María Vitoria Sola, en un posado para Magas.

María Vitoria Sola, en un posado para Magas. Esteban Palazuelos

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María Vitoria Sola, la traumatóloga que conquista Instagram: "Trabajar el músculo mejora la libido"

Especializada en traumatología deportiva, esta doctora de 37 años acerca la medicina a los pacientes tanto en consulta como en su faceta de divulgadora.

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"Siempre veía Urgencias con mi madre y George Clooney me enamoró. Entonces dije: 'Yo tengo que ser médico para conocer algo así en el hospital'", recuerda esta reconocida traumatóloga que, además, también tiene una gran comunidad en redes sociales. María Vitoria Sola no se topó con el ya mítico Doctor Ross, pero sí con un jugador de rugby que hoy es su marido.

Lo suyo son los huesos sanos (y los tendones y los músculos, los grandes olvidados) y uno de los secretos de su éxito reside en su capacidad didáctica tanto en su consulta del hospital HM Sanchinarro de Madrid como en las redes sociales, donde dispone de una gran comunidad de seguidores. Su usuario lo dice todo: @soymariatutraumatologa.

Quizá haya aprendido la narrativa a base de ver cuando era pequeña aquella serie divulgativa Érase una vez el cuerpo humano: "¡Me encantaba!". Sus padres eran profesores de Ciencias Sanitarias, así que el ambiente médico formó parte de su infancia... y le imprimió carácter.

Como ella misma confiesa, siempre le gustó saber cómo funcionaban las cosas y la influencia de sus padres, ambos profesores de ciencias sanitarias, fue decisiva para la elección de su futuro. De San Sebastián, donde nació, se fue a Pamplona a estudiar con 18, hizo el MIR y la residencia y en 2018 se trasladó a Madrid. Hoy es una profesional de referencia con grandes proyectos por delante.

A sus 37 años, casada y con dos hijas pequeñas, quiere seguir avanzando y ver cumplidos sus sueños a nivel personal y laboral. Pasamos consulta con María...

¿Fue traumatología la primera de tus opciones cuando pensaste estudiar Medicina?

De pequeña ya decía que iba a ser cirujana y mis padres se reían, porque nunca he sido muy artista, y parece que tienes que saber dibujar para operar y esas cosas. Luego, un amigo de mi padre era oncólogo y esa rama me llamó la atención porque soñaba con poder curar esa enfermedad.

Pero luego durante la residencia roté en esta especialidad y la verdad es que no pude con ello, es muy duro. Necesitaba algo diferente y me gustaba mucho el deporte, así que me decanté por ser trauma.

La doctora planea abrir su propia clínica en 2026.

La doctora planea abrir su propia clínica en 2026. Esteban Palazuelos

Una curiosidad, ¿cuánto tardaste en aprobar el MIR?

Siete meses. Siempre he sido una empollona, imagínate, hija de profesores y mi padre incluso fue director de mi colegio... Aun así, reconozco que se me hizo bastante duro, porque yo soy superdinámica y tener que estar ocho o diez horas estudiando al día y pensando solo en el MIR era complicado para mí.

Además, entras en un bucle horrible de pensar solo en la prueba, en los percentiles para saber si vas a terminar en tu especialidad o no. ¡Menos mal que lo acabé pronto! Conozco a gente que lo ha repetido una y otra vez hasta que ha conseguido lo que quieren. Yo creo que no hubiera sido incapaz.

Entremos en materia. Solemos simplificar el tema de los huesos a roturas y esguinces, ¿pero cuánto son de importantes para la salud en general?

Primero decir que los traumatólogos también tratamos los músculos y los tendones, ¡que parece que solo somos médicos de huesos! El sistema locomotor es el que te lleva a los sitios, evidentemente, y el que hace que puedas caminar, maquillarte o lavarte los dientes. Así que sí, es muy importante.

Por otra parte, el músculo no es un órgano tonto y es el que nos protege frente a los dolores articulares. Además, también tiene cierto componente hormonal, lo que nos ayuda a mejorar el descanso y a nivel cognitivo del cerebro.

"Toda mujer en perimenopausia y menopausia debe tomar es creatina, porque nos va a ayudar a que nuestro músculo sea mejor"

He leído en unos de tus post en redes en los que explicas que incluso están relacionados con la líbido...

¡Por supuesto!, y ya hay estudios. De cara a la perimenopausia, el músculo ayuda a elevar las hormonas que van disminuyendo con el paso del tiempo y que hace que el deseo, la libido, baje. Si tú estás activa físicamente y bien con tu cuerpo vas a tener más ganas de interactuar con él.

¿Podemos decir que trabajar el músculo es un afrodisiaco natural?

Pues sí, vamos a decirlo, me encanta.

En menopausia, el cambio de hábitos es clave. Dinos lo que hay que hacer sí o sí.

Para la salud articular es fundamental la nutrición, también el descanso y, sobre todo, realizar entrenamiento de fuerza tres veces a la semana. Caminar no es hacer deporte, tampoco bajar el perro tres horas, eso es moverse simplemente. Se debe hacer ejercicio para fortalecer la musculatura, es clave.

Y a nivel de suplementación, lo que toda mujer en perimenopausia y menopausia debe tomar es creatina, porque nos va a ayudar a que nuestro músculo sea mejor.

¿Qué principal mito desterrarías en relación a los huesos?

Algunos, como el reposo sí o sí en caso de lesiones. El ejercicio no se para, se adapta. Si tú tienes un esguince de tobillo, ¿por qué no vas a fortalecer los brazos, el abdomen o la espalda? De hecho, ahora cada vez más los traumatólogos deportivos tendemos a dar una movilidad precoz cuando hay una lesión, incluso después de una cirugía.

Pocas veces has de quedarte quieto, en algunas fracturas evidentemente sí, porque el hueso tiene que pegar. Es importante que el ejercicio sea guiado. Veo muchos pacientes que van al gimnasio, pero no hacen lo que necesitan. Van a lo loco.

Una de tus frases más curiosas es que deberíamos ir al fisioterapeuta como a la peluquería, ¿por qué?

Los fisios hacen una labor fundamental a los traumatólogos, nos curan a los pacientes antes y ayudan muchísimo después de una cirugía. Yo los mando a profesionales que conozco para estar en contacto y ver la evolución.

Ellos ayudan al paciente a entender la lesión, porque a veces a los traumatólogos nos falta explicarlo un poco. El fisio es una maravilla y ejerce de psicólogo muchas veces.

Además de atender a tus pacientes en consulta, ejerces una importante labor divulgativa en redes sociales con tu cuenta de Instagram.

Sí, porque yo creo que hay que acercar la medicina a las personas para que entiendan por qué hacemos las cosas. Los médicos siempre hemos sido como esos entes de bata blanca que estaban detrás de una mesa, y la gente entra en la consulta como con miedo, muy nerviosa, como si les fuéramos a reñir.

Yo hablo mucho con los pacientes, porque si comprenden lo que tienen, me van a hacer caso y se van a curar antes. Desde pequeña he tenido la inquietud de entender qué pasa en el cuerpo y eso es lo que trato de trasmitir.

Es un trabajo extra, porque ser creadora de contenido es laborioso. ¿Le echas muchas horas?

Al principio sí, por las propias inexperiencias e inseguridades. Ahora le dedico menos, porque trabajo con una empresa de comunicación que me asesora. Cada uno tiene que dedicarse a lo que sabe. Yo puedo elegir el contenido, pero ellos saben cómo plasmarlo mejor.

"A veces me piden opinión sobre algo en redes y me mandan tres radiografías y un informe médico, y digo: 'Hombre, esto es consulta médica'"

¿La gente confunde Instagram con una consulta gratis?

Sí, a veces me piden opinión sobre algo y me mandan tres radiografías y un informe médico, y digo: 'Hombre, esto es consulta médica'. Entonces le sugiero que pida una cita para poder explorarlo y atenderlo. Soy muy cercana en redes y a veces se confunden.

También hay quien cree que Instagram es una app de citas y me hacen propuestas tipo: 'Oye, ¿cuándo libras?'.

Hablando de citas, ¿cómo fue eso de conocer a tu marido en la consulta?

Sí, vino a urgencias con una hernia, casi cojo, le tuvimos que operar al día siguiente y estuvo en el hospital tres días. Me dejó unas flores cuando se fue y yo dije: 'Yo a este me lo tengo que quedar'. Él vivía en Madrid y yo aún estaba en Pamplona, así que le agendé una consulta porque tenía que ir allí a rotar. Me contactó vía Facebook, imagínate, y desde entonces...

Tenemos dos hijas, de casi cuatro y casi tres, que son mis pequeñas terroristas (se ríe).

Y gracias a él también te has vuelto forofa del rugby.

Sí, siempre he sido de deportes minoritarios. No me gusta el fútbol, lo mío era el bádminton, que ahora gracias a Carolina Marín lo conoce todo el mundo. Empecé a ir a partidos para verle jugar y acabé siendo la médico del equipo. ¡He tenido que saltar al campo en casi todos los encuentros!

Médico, madre, divulgadora... ¿llegas a todo?

Sí, porque soy muy organizada y disciplinada, aunque a veces también demasiado controladora y eso me juega malas pasadas. Pero sí, me organizo y además duermo mucho, a las nueve y media estoy en la cama, me voy con las niñas para poder descansar. El deporte lo hago por la mañana o el mediodía.

De todos soy una médico rara, no hago guardias, ni trabajo todas las tardes, con lo cual tengo tiempo para el ocio, la familia y la pareja. Mi marido y yo intentamos tener un momento solos a la semana y nos preparamos una cita al mes. Es que si no parecemos compañeros de piso...

Lo organizamos con tiempo, sacamos las agendas y una vez lo prepara él y otra yo, todo organizado tiene que ser con tiempo.

Entre tus proyectos de futuro está abrir una clínica.

Sí, estamos en ello, porque lo que iba a ser un proyecto moderado ahora lo hemos hecho un poquito más grande. Estará muy enfocado a los deportistas, a la recuperación de la lesión. Le vamos a dar mucha importancia a la actividad física, porque vamos a tener entrenadores para grupos específicos.

Pretendemos abrir a principios del año que viene. Aun así, seguiré trabajando en el hospital, donde cuento con un equipo estupendo. Quiero seguir creciendo como traumatóloga deportiva, como
cirujana, empezar a hacer operaciones más complejas que no se hacen en todo el mundo como las de músculo y tendones.

¿Y planes a nivel personal?

Me gusta mucho mi trabajo, pero también me encanta la vida y no me quiero perder nada. Por eso me dedico a la medicina privada, porque me da más calidad y tiempo para estar con mi familia, con mis amigos...

María Vitoria Sola está casada y tiene dos hijas.

María Vitoria Sola está casada y tiene dos hijas. Esteban Palazuelos

¿En qué medida te ha afectado la maternidad en tu trabajo?

Esto suena a tópico, pero yo he tenido dos embarazos y trabajo con radiación con lo cual mi jefe se enteró antes que mi marido de que iba a ser madre. Ahí ya había muchas cirugías que yo no podía hacer, con lo cual vas perdiendo oportunidad.

Una persona a nivel profesional crece entre los 30 y los 45 y ahí es cuando las mujeres tenemos hijos, así que hay que tenerlo en cuenta. Yo hablo mucho del empoderamiento, pero no porque quiera que me regalen nada, sino porque biológicamente los hombres no gestan, así que tenemos que ayudarnos entre nosotras. La rivalidad entre mujeres es una idea errónea que nos han metido en la cabeza.

También tengo que decir que tengo muchos compañeros hombres que me han apoyado muchísimo y me han empoderado cuando he vuelto de los embarazos porque llevas tiempo sin entrar en el quirófano y quizá estaba insegura.

En la traumatología en concreto; ¿hay más hombres que mujeres?

Sí, somos muchas menos y en la deportiva se nota todavía más. Tenemos la idea del traumatólogo enorme, grande, cachas... Aun así, a nivel de los pacientes nunca me he encontrado con ninguna reticencia por ser mujer, quizá sí con algún compañero, lo que es una pena. Hay algún prejuicio por ser joven y con ambición, pero yo soy una leona y no me importa lo que me digan.