
Begoña Zunzunegui, en una foto de archivo. EFE
Adiós a Begoña Zunzunegui, la interiorista que revolucionó el sector y trajo, con su hermana, Armani a España
La fundadora de Becara fue pionera en el mundo del interiorismo y decoró las casas de algunas personalidades de gran prestigio.
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El pasado 8 de abril, el mundo de la moda y del interiorismo se despidió de una de sus figuras más emblemáticas: Begoña Zunzunegui (1936-2025). La empresaria, fundadora de Becara, revolucionó el sector y fue pionera en múltiples aspectos.
La andadura de Begoña Zunzunegui empezó con la importación de muebles antiguos. En 1963, tras la quiebra de la empresa familiar de su esposo, inició su negocio en un garaje que tenía su padre para guardar coches de caballos: "No había luz eléctrica, pero sí muchas ratas que tenía que espantar dando palmas", dijo a EFE en una entrevista. Todo ello, encargándose a la vez de sus cuatro hijos.
Pese a ello, Becara (cuyo nombre está formado por las primeras sílabas de los nombres de la propia Begoña y sus hermanas, Carmen y Amalia) se abrió camino en los mercados internacionales, exponiendo en las ferias más importantes de Europa como el Salón de Mueble de París.
Pudo exportar su trabajo a más de 40 países. Uno de sus logros más destacables fue la consecución de las licencias de Armani para vender en España. La firma las recuperó en 2009.
El país que cambió el destino de su negocio fue China. En los años 70, la empresa pasó de contar con 10 a 50 empleados. A partir de allí, la expansión fue imparable. Entonces "no iba nadie a China y nadie hablaba inglés", lo que se presentó a la vez como un reto y una oportunidad.
En el año 2000, abrió su primera tienda en Madrid, en el barrio de Salamanca, el templo de la decoración, desde donde Zunzunegui transformaba los hogares en espacios llenos de personalidad. "Cada mueble tiene una historia y una aventura detrás", afirmaba.
Con actividades de mayorista y retail, se extendió a otros puntos de España como Marbella, además de tener presencia en ciudades como Roma, Estambul, Lisboa, Bogotá, Casablanca y México DF.
En 2004 le fue concedida la Medalla al Mérito en el Trabajo. Dos años más tarde, el incendio que asoló su taller la llevó a rehacerlo por completo. "Una empresa no se quema, es como una familia. Se quema la casa, pero te vas a otra. Eso es lo que hicimos", confesaba entonces, con la resiliencia por bandera.
Su talento la llevó a decorar las casas de algunas personalidades míticas como Claudia Schiffer y Victoria Beckham. Begoña Zunzunegui trabajó hasta el final con emoción y ganas. En 2014, declaró en una entrevista que "le divertía", por lo que no pensaba jubilarse. Deja como legado un sentido innato del estilo y una valentía fuera de serie.