Alba Rosado
Publicada

Benalmádena, 5:25 horas del domingo 9 de febrero. Las llamas de una vivienda ardiendo en la calle Álamos de la localidad malagueña se aprecian desde diferentes edificios del pueblo. Son varios los vecinos que alertan al 112 de Andalucía del incendio que devora el número 27 de la citada vía. De inmediato, se trasladan al lugar agentes de la Policía Local, Bomberos y una ambulancia del 061 ante la posibilidad de que haya algún herido.

Los primeros observan que en la puerta de la vivienda se encuentra un padre junto a tres pequeños de siete, nueve y 11 años. Gracias al relato de este último, descubren que no acudían a una intervención por fuego en un domicilio, sino por algo aún más trágico: un caso de violencia de género.

El pequeño narró a los agentes, dentro de lo que le permite su corta edad, lo que había vivido aquella terrible madrugada. Les contó que su padre había matado a su madre para luego quemar el domicilio familiar. Palabras que contrastaron cuando pudieron sofocar las llamas y localizar el cuerpo de Lina en el interior.

Las primeras hipótesis apuntan a que pudo morir asfixiada y que su pareja, un hombre llamado Augustine, de 42 años, trató de quemar la casa para ocultar pruebas. Se encontraron elementos inflamables una vez apagado el fuego. Parece que la golpeó y le clavó varias veces un arma blanca. Los niños también presentaban contusiones. Se baraja la posibilidad de que ellos trataran de defenderla y el padre les hiriera.

Catalina Guillén —ese es su nombre completo— tenía 48 años y era muy querida en Benalmádena, donde todos dicen que era habitual verla sola con sus "tres soles" de allá para acá. Tenía otro hijo de 19 años, fruto de una relación anterior, pero no se encontraba en el lugar del crimen aquella noche.

Él vivía con su abuela materna en la parte superior de la casa y no guardaba buena relación con el agresor, explican fuentes consultadas, ya que este "no toleraba tener cerca a un chico que no era suyo".

La víctima estaba trabajando como monitora auxiliar en el centro escolar donde estudiaban los menores. Cuentan que ella "ha sido siempre muy currante. Ahora estaba muy contenta en el colegio. Su labor era recoger a los niños en un punto de encuentro y los acompañaba hasta la escuela. Pero también ha limpiado bares de la plaza del pueblo".

Si había que trabajar como asistenta, allá que iba ella. Si había que cuidar a alguna persona dependiente, también estaba dispuesta. En casa no tenían una economía boyante, de hecho les habían rechazado recientemente el Ingreso Mínimo Vital, y había que sacar a sus pequeños hacia delante como fuera.

"Para nosotros siempre fue una persona humilde, trabajadora y muy buena madre", dicen algunas de las vecinas del pueblo que la conocían. Últimamente, iba menos justa de dinero, tras meses trabajando y ahorrando. "Disfrutaba llevando a los niños a comer o comprándoles algún juguete, cosa que no siempre había podido", dice una de sus amigas. De hecho, "se quitaba de lo poco que tenía para dárselo a los demás".

Una denuncia

Entró en el sistema VioGén, plataforma donde se registran las víctimas de violencia de género, por una denuncia interpuesta el pasado 20 de enero. Augustine le levantó la mano cuando, al parecer, ella le reprochó haberle mirado el móvil.

Su mayor confidente, una de sus mejores amigas, relata que el hecho de verle momentáneamente en el calabozo, fue un respiro para ella. Se veía más cerca de poder sacarlo de la casa en la que ambos convivían, pero el juzgado denegó su petición de orden de alejamiento. Se consideró que no concurrían los presupuestos exigidos en la Ley de Enjuiciamiento Criminal para estas situaciones. De hecho, la valoración del riesgo era "medio".

"Ella jamás peleó. Era muy paciente. Pero en cuanto vio que los niveles de violencia iban aumentando, poniendo en riesgo a sus hijos, reaccionó con firmeza. Siempre fue muy valiente.", declara Inma, una de sus inseparables amigas.

Y añade: "Igual seguiría viva, porque le hubiera permitido cambiar el bombín de la puerta y no dejarle volver a entrar. Hay que decirlo claro. Él fue un calculador que pretendía someterla y ella no quería seguir conviviendo porque consideraba que estaban ya separados".

La víctima era como su hermana y ahora cree que está viviendo un mal sueño del que espera despertar. No llevan la misma sangre, pero sí que se consideraban "comadres". "Si tengo que decir algo de Lina es que no la había más noble. Era nobleza absoluta", dice entre lágrimas. También pone en valor la pasión por su tierra que tenía la fallecida, formando parte activa de cada una de las tradiciones de la localidad. En concreto, estaba muy vinculada a la iglesia y a la Hermandad Sacramental del Nazareno de Benalmádena.

¿Y qué era lo que más le gustaba a Lina? "Sonreír". Una tarde con amigas en la plaza del pueblo mientras sus niños jugaban era el mejor regalo que podían hacerle. Evitaba, especialmente desde hace unos meses, estar en su casa. "Tenía una personalidad muy positiva, amaba el cachondeo. No viajaba, porque no tenía coche, pero se convirtió en una disfrutona de su tierra", cuenta su comadre.

También recuerda con cariño el día que descubrió cómo Lina enseñaba los clásicos de dibujos animados a sus hijos. "Siempre fue muy tradicional, tanto, que incluso ponía 'Heidi' a los niños, algo que me hacía gracia. No habrá nunca una persona tan pura como ella", concluye esta amiga de la familia.

El recuerdo de un pueblo

Justo después de conocerse este fatal caso de violencia de género, Benalmádena se movilizó para realizar una convocatoria en la plaza de las Tres Cruces con el fin de condenar los hechos y honrar a la víctima. El movimiento fue vecinal y no estuvo coordinado por ninguna institución, aunque algunas personalidades como el alcalde, Juan Antonio Lara, estuvieron presentes.

En ese momento, se pidió prudencia mientras la investigación seguía su curso. Si bien, el lunes 10 de febrero se conocía que Igualdad confirmaba el asesinato de Lina como un nuevo caso de violencia de género y el culpable enviado a prisión. Tras la noticia se celebraba una nueva concentración en la puerta del Consistorio. 

El edil aseguró entonces que se sentía "con el alma, el cuerpo y el corazón roto", y subrayaba que se estaban "preocupando por esos niños, esos tres menores que vivieron este caso", para quienes destacó que había que darles atención psicológica. También aseguró que las Administraciones Públicas tienen que estar "todas a una para luchar, para prevenir y para que estas cosas no vuelvan a pasar". Cuando los  periodistas le preguntaron cómo se encontraba la familia, dijo: "Nosotros lo único que podemos hacer, por desgracia, es darles ese apoyo, esa moral... estar ahí detrás".

Segunda víctima en España

Catalina Guillén Balbuena es la segunda víctima de la violencia de género en España este 2025. Karilena, de 39 años, fue la primera. Madre de dos hijos, fue asesinada por Francisco F, de 72, en Sama de Langreo, Asturias, el pasado 31 de enero.

Con Lina ya son 1.295 las mujeres que han muerto a manos de sus parejas o exparejas desde 2003, año en el que comenzaron a elaborarse las estadísticas oficiales de la violencia machista. Los especialistas en el tema alertan de que el momento de romper o separarse de un maltratador es uno de los de mayor riesgo. Cuando ellas plantean que se van, el peligro aumenta. Una de cada cuatro condenas tiene como origen este hecho.

Los menores huérfanos por la violencia machista de 2025 ascienden a cinco (los mayores no se incluyen en las estadísticas). Desde 2013, 474 niñas y niños han quedado huérfanos tras los asesinatos de sus madres y 62 también han muerto a manos del agresor.

No estás sola

El Ministerio de Igualdad, por medio de la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género, quiere recordar que el teléfono 016 (es un número de teléfono gratuito y confidencial que no deja rastro en la factura), las consultas online a través del email 016-online@igualdad.gob.es, el canal del WhatsApp en el número 600 000 016 y el chat online, accesible desde la página web violenciagenero.igualdad.gob.es/, siguen funcionando con normalidad las 24 horas, todos los días de la semana.

En el 016 se puede pedir asesoramiento sobre los recursos disponibles y los derechos de las víctimas de violencia de género, así como asesoramiento jurídico de 8 h a 22 h todos los días de la semana, con atención en 53 idiomas y un servicio adaptado a posibles situaciones de discapacidad.