Anne Clifford.

Anne Clifford. Julia Ramírez.

Magas-Mujeres en la Historia

Anne Clifford: la aristócrata inglesa que se enfrentó a su tío y primos para recuperar la herencia que su padre le negó

La única hija del tercer Conde de Cumberland plantó cara a su tío y a su primo reclamando las tierras que, por herencia, le pertenecían.

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Anne Clifford, la tercera de sus hermanos y la única hija del tercer Conde de Cumberland, el señor George Clifford, y su esposa, Lady Margaret Russel. Nació el 30 de enero de 1590 en el castillo de Skipton, la residencia familiar de los Clifford.

Siendo la tercera en la línea de sucesión y mujer, su futuro parecía estar escrito desde el momento en el que se conoció su llegada al mundo. Sin embargo, la frase popular de 'todo cambia de la noche a la mañana' sacudió de lleno a la familia.

Sus dos hermanos mayores murieron antes de que lo hiciera su padre, por lo que Anne se convirtió en la heredera al título de baronesa Clifford en plenos derechos.

Las herencias nunca son sencillas, pero si a eso se le añadía su condición de mujer en aquella época, hacerse con la suya iba a costarle más de lo que podía pensar.

Su infancia no fue fácil. El fuerte carácter de su padre hizo que el matrimonio de sus progenitores se resquebrajase y Anne se criase con su familia materna.

Una niña que gozó de una educación envidiable en la sociedad inglesa de la época, y que quedó huérfana de padre en 1605. Este le dejó una suma de 15.000 libras pero, ¿y las tierras? Ahora sí, empezaría para la joven un periodo de lucha para reivindicar su herencia.

Dejó a su hermano Francis, tío de Anne, y sus herederos masculinos, sus primos, el legado de todas las tierras. Incumplió con el mayorazgo datado a principio del siglo XIV, en el que se decía que la herencia se debía pasar de padres a hijos indistintamente del género.

La verdadera heredera no se quedó de brazos cruzados y luchó por recuperar las tierras que le pertenecían a su familia. Peleó y no las consiguió.

Las batallas legales contra su tío y su primo fueron un fracaso para la joven. Sus esperanzas estaban en que su primo no tuviese descendencia, y acabaron haciéndose realidad: Enrique murió en 1643 y sin hijos a los que dar su herencia.

Anne Clifford.

Anne Clifford. Getty Images

No se quedó ahí. En su vida, uno de sus planes fue reconstruir edificios que habían sido dañados durante la Guerra Civil inglesa, como castillos e iglesias.

Construyó edificios e infraestructuras de servicio como asilos para viudas y sus hijos, se encargó de los monumentos y actos funerarios de su familia y cercanos, se convirtió en una gran arquitecta y en una de las nobles más ricas de su tiempo.

Su vida amorosa estuvo muy lejos de parecerse a un cuento de princesas. En 1609, se casó por primera vez, y lo hizo con el tercer conde de Dorset, Richard Sackville. Un matrimonio que no duró mucho, pues en 1624 se quedó viuda.

Años más tarde, en 1630, llegó su segundo matrimonio con el cuarto conde de Pembroke, Philip Herbert, un hombre viudo con hijos con quien mantuvo una relación a distancia por su diferencia de ideas.

Su diario, The Diary of Lady Anne Clifford, se haría conocido más tarde. En él escribió sucesos tanto personales como históricos: su lucha por conseguir las tierras que le pertenecían, la crianza de sus hijas, la muerte de la monarca inglesa Isabel I...

Fue mecenas de las artes literarias, considerada una gran figura en este campo, y una de las primeras arquitectas de la historia conocida. Murió en 1676 con 86 años.