
Cicely Saunders, pionera en los Cuidados Paliativos e impulsora del Movimiento Hospice
Cicely Saunders, la historia de la doctora que dijo no a la eutanasia y enseñó que la muerte también es bonita
Esta británica fue referente en aliviar el dolor y acompañar a los enfermos. Se negó a la eutanasia y apostó por una vida digna hasta sus últimos días.
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"Usted importa por lo que es. Importa hasta el último momento de su vida y haremos todo lo que esté a nuestro alcance, no solo para que muera de manera pacífica, sino también para que, mientras viva, lo haga con dignidad". Estas fueron las palabras de Cicely Saunders, la pionera que puso en marcha los cuidados paliativos en Gran Bretaña y que, con su fuerte convicción, lo extendió internacionalmente.
Estamos hablando de una mujer que fue enfermera, trabajadora social (limosnera), médica y filósofa; y que dedicó su vida a investigar las carencias que existían en los cuidados paliativos para demostrar así que la muerte puede ser una experiencia positiva a la que todos tenemos derecho. Y vaya si lo consiguió.
Cicely Saunders vivió al lado de sus ideas hasta el final de los días, pues tras su fallecimiento, su legado perduró, convirtiéndola en un símbolo de la defensa de la muerte con dignidad. Conocedora de las carencias que existían en los cuidados paliativos, se opuso a la eutanasia para conseguir trasladar a las personas que el final de la vida también es otra fase de esta, y no por ella hay que vivirla de manera superficial.
Enfermera en la guerra
El norte de Inglaterra, más concretamente Barnet, Hertfordshire, vio nacer el 22 de junio de 1918 a la precursora de los cuidados paliativos, Cicely Saunders. Una mujer de un metro ochenta que desde joven estuvo al lado de aquellos que más lo necesitaban.
Fue la mayor de tres hermanos y la mujer que lideró el 'Movimiento de Hospicio'. Inició sus estudios en Filosofía, Política y Economía en el St Anne's College de Oxford en 1938. Durante la Segunda Guerra Mundial pasó a formar parte de la Escuela de Entrenamiento Nightingale para formarse como enfermera de la Cruz Roja, hizo las prácticas en el hospital Park Prewett, pero, en 1944, con el título de Enfermera Registrada del Estado y debido a una lesión de espalda, tuvo que regresar a St. Anne's College.
Tras graduarse como trabajadora social y darse cuenta de la prácticamente nula influencia que tenían estas y las enfermas sobre los pacientes, empezó sus estudios de medicina con 33 años en la Facultad de Medicina de St. Thomas. Acabó en 1957 con una beca para estudiar el tratamiento del dolor en enfermos terminales y un año más tarde hizo uso de la misma trabajando en el Hospicio St. Joseph de Londres.

Cicely Saunders, la pionera de los cuidados paliativos.
La polímata se dio cuenta, a través de su servicio a un paciente terminal, de que estos requerían de una atención médica enfocada a sus necesidades particulares. Observó que el dolor que experimentan las personas en los últimos momentos de su vida no son solo físicos, también existe el dolor emocional, espiritual e incluso social, lo que le hizo recogerlo y desarrollar la 'Teoría del Dolor Total'.
Líder en su rama
Cicely también fue la primera persona que se preocupó por los enfermos en fase terminal y su dolor, la que se ocupó de que sus últimos momentos fuesen dignos y la que comenzó a aplicar su método paliativo que se basaba en administrar morfina por vía oral de manera repetida a los pacientes para aliviarles el dolor, pero que no se quedaran completamente dormidos.
A partir de la década de 1950 empezó la planificación de un hospicio especializado y en 1967 abrió St. Christopher’s Hospice en Londres, el primer hospicio y pionero en el campo de los cuidados paliativos. Un lugar creado y dedicado en exclusiva a los pacientes, fue el primer hospicio académico en el que se enseñaron las técnicas que aplicó Saunders para una atención compasiva a los enfermos.
Tras su apertura, puso en marcha el 'Movimiento Hospice', que lideró durante más de 40 años y gracias a él se crearon más asilos con el fin de acompañar y aliviar a los pacientes incurables. También fue la pionera en crear el primer equipo de atención domiciliaria en 1969. Ocupó el puesto de Directora Médica, Presidenta y Fundadora de St. Christopher's Hospice durante 34 años y el de fideicomisaria de varios fideicomisos de otorgamiento de subvenciones.

Cicely Saunders.
Los polacos de Cicely
A lo largo de su vida tuvo tres amores, todos ellos polacos. David Tasma, el primero del que se enamoró, era un paciente enfermo de cáncer que conoció mientras prestaba servicio como trabajadora social, se enamoraron y, cuando Tasma murió, legó a Cicely 500 libras que invirtió en la construcción de un hospicio.
A su segundo amor lo conoció en el hospital que llevaban las Hermanas de la Caridad, Antoni Michniewicz, y fue el que inspiró el nombre de su asilo. Por último, su tercer amor, Marian Bohusz-Szysko, fue el hombre de su vida, con el que se casó en 1980 y al que cuidó hasta su aliento final en 1995 en el St Christopher's Hospice. Su historia de amor estuvo ligada al arte, y los cuadros de Marian estaban expuestos en la Galería Drian de Londres cuando Cicely compró su obra Cristo calmando las aguas. A partir de ese entonces vivieron su historia de amor.
Una vida de ayuda
Su trabajo fue una gran aportación para que en 1987 el Real Colegio de Médicos reconociese los Cuidados Paliativos como una nueva especialidad médica. En 2002 fundó la Cicely Saunders Foundation con el fin de promover la investigación de los cuidados paliativos. Con la recaudación de 10 millones de libras por parte de los fondos fideicomisarios de Cicely Saunders International se pudo construir el Instituto Cicely Saunders en 2010, la primera institución multiprofesional.

Cicely Saunders.
Pasó de ser una niña tímida a convertirse en la mujer que cambió la calidad de vida de los pacientes incurables en sus últimos momentos, en la autora de numerosas obras sobre cuidados paliativos y en la ponente de diversas conferencias, muchas de ellas en Estados Unidos. Todo ello le llevó a recibir en vida 22 doctorados honoris causa y numerosos reconocimientos.
Entre estos se encuentran el Conrad N. Hilton Humanitarian Prize, el premio humanitario mundial más importante que reconoce a las organizaciones sin fines de lucro de todo el mundo dedicadas a aliviar el sufrimiento humano, el título de Dama del Imperio Británico en 1980, la Medalla de Oro de la Asociación Médica Británica, el Premio Templeton al Progreso en la Religión, el Premio Humanitario Raoul Wallenberg, entre otros.
Cicely murió el 14 de julio de 2005 a los 87 años de edad en St. Christopher’s Hospice debido a un cáncer de mama de la manera más plácida gracias a los tratamientos y cuidados que ella diseñó. Un año después de su muerte se celebró en la Abadía de Westminster un servicio de agradecimiento al que asistieron casi 2.000 personas.