'Collage' con algunos de los looks de los asistentes de la Met Gala de 2025.

'Collage' con algunos de los looks de los asistentes de la Met Gala de 2025. Gtres

Moda

El tema de la Met Gala 2026: 'Costume Art', una celebración de todos los cuerpos y su conexión con la moda

El primer lunes de mayo, las escaleras del Metropolitan de Nueva York se visten de rojo una vez más para recibir a los nombres más ansiados del sector. 

Más información: Las botas del invierno tienen un nombre y se llaman 'slouchy': la tendencia de la arruga que se lleva con trajes 'oversize'

Publicada

Hace unos días Anne Hathaway compartió a través de las redes sociales el tráiler de la segunda parte de una de las películas más adoradas por los amantes de la moda: El diablo se viste de Prada.

En una de las escenas más emblemáticas de la primera cinta, Meryl Streep, cuyo personaje está inspirado en Anna Wintour, da un discurso digno de permanecer en la memoria donde explica a la perfección cómo funciona la industria de la moda, revelándole a Andy Sachs (Hathaway) por qué ella lleva el jersey que luce.

En el sector fashion, nada queda al azar y mucho menos lo hace en la noche de la Met Gala —otro momento que queda reflejado en el film que se cita—, la más importante del año en este contexto.

Esos escalones del Museo Metropolitano de Nueva York que tantas escenas de Gossip Girl adornaron se engalanan cada primer lunes de mayo para recibir a los invitados de una cita ineludible en la agenda de la que fuera la editora jefa de Vogue

En cada edición hay una temática que guía a los asistentes a la hora de escoger sus estilismos y que está relacionada con la exposición que se inaugura esa misma noche en la galería. En 2026 la pista que ya se ha desvelado —y que hace que las cabezas vuelen intentando adivinar qué se esconderá de forma definitiva tras la misma— es Costume Art (Arte del vestuario).

Demi Moore en la pasada MET Gala con un diseño de Thom Browne.

Demi Moore en la pasada MET Gala con un diseño de Thom Browne. Matt Crossick Gtres

Andrew Bolton, el comisario de la propuesta, ha declarado, de acuerdo a la edición estadounidense de la citada revista, que su idea es insistir en la importancia del cuerpo y la conexión indivisible entre los mismos y la ropa que llevamos. 

Por otra parte, tras este planteamiento subyace también la idea de elevar la disciplina del diseño y la costura a la categoría artística, sobre la que el curator hace un comentario con diversas implicaciones: "La moda tiene la ventaja de tratarse de una experiencia vivida y encarnada por cada persona".

Las claves del Costume Art

A pesar de que la temática ya ha quedado definida, tras las declaraciones de Bolton, que hizo la presentación de la misma junto a Wintour, el código de vestimenta del evento es algo que se mantiene en el aire hasta dentro de un tiempo. 

No obstante, los diseñadores que se encargarán de vestir esas figuras a los que alude la propia exposición ya pueden tener una idea para encaminar su creatividad o sus propuestas.

El actor Colman Domingo fue uno de los anfitriones del evento el año pasado.

El actor Colman Domingo fue uno de los anfitriones del evento el año pasado. Matt Crossick Gtres

En concreto, la muestra, donde más de 200 creaciones fashion encontrarán sus mejores accesorios en otras tantas de carácter pictórico, escultórico u objetual, se divide en diferentes segmentos que ponen el foco en el cuerpo desnudo, clásico, embarazado o envejecido, haciendo también así una labor de inclusión de una serie de realidades que a veces quedan aisladas. 

Al hacer esta aclaración, hay nombres de grandes casas que de forma inevitable saltan del cerebro a la punta de la lengua: 

  • Schiaparelli, bajo la dirección del creativo Daniel Roseberry, con sus complementos ideados a raíz de partes corporales o esos corazones que laten al ritmo de la moda y el surrealismo que plagan sus desfiles y que recuerdan a los tiempos de la fundadora del atelier

  • Balmain, a pesar de la salida de Olivier Rousteing, que a lo largo de sus años al frente de la maison ha sorprendido con looks escultóricos como el que llevó la cantante Tyla precisamente en esta cita en 2024; Zendaya en el Festival de Venecia en 2021; o Sydney Sweeney en la presentación de Immaculate, donde apareció con un corsé especial que abrazaba su figura. 

  • Jean Paul Gaultier, con algunos de sus diseños más reconocidos teniendo por base el corsé, el mismo que adorna muchas de sus apuestas de fragancias. Quizás sea la ocasión idónea para recuperar algunas de sus creaciones de archivo, como podrían ser los bustiers que lucía Madonna en los 80. 

  • Iris Van Herpen, la firma neerlandesa que se ha coronado como una de las favoritas de las celebrities en esta cita puede ser un movimiento seguro de cara a la nueva convocatoria. Sus modelos son una suerte de obras de arte que mezclan moda y tecnología, haciéndole así también un guiño a la incipiente tendencia y herramienta de la inteligencia artificial. 

  • Alexander McQueen puede ser otra buena alternativa para adentrarse en la temática. La casa británica convierte el cuerpo en arte a través de siluetas intensas, escultóricas y narrativas. Su obra tiende a explorar la fragilidad, la metamorfosis y la fuerza. 

  • Maison Margiela, de la mano del polémico John Galliano, fusiona teatralidad y deconstrucción para revelar nuevas posibilidades del cuerpo. Sus creaciones funcionan como performances que desarman identidades, cuestionan las formas tradicionales y celebran lo imperfecto.

    Como prueba, solo hay que repasar algunos de sus últimos desfiles. Sin duda, uno de los primeros que llega a la mente es el de la Alta Costura de comienzos de 2024, con Pat McGrath a los pinceles. 

  • Comme des Garçons redefine la silueta mediante volúmenes imposibles, siluetas abstractas y experimentación radical. Kawakubo, una de las creadoras más disruptivas del panorama, convierte la prenda en una idea, no en un adorno. Su visión rompe fronteras entre moda y arte.

  • Desde Balenciaga, y en concreto bajo la batuta de Demna Gvasalia, se explora la figura desde la polémica y el cuestionamiento de la corrección actual y los códigos sociales, utilizando como herramientas la exageración, la distorsión y la arquitectura textil. 

  • Loewe ha vivido una de sus etapas más boyantes gracias a la dirección creativa de Jonathan Anderson —que ahora ocupa este mismo cargo en Dior—. Durante sus temporadas en la casa se dedicó a fusionar una artesanía exquisita e inesperada con el surrealismo y el humor conceptual.

    De este modo, el cuerpo se convierte en el lienzo perfecto para construir una narrativa que trasciende las pasarelas y que siempre va de la mano de la sofisticación.

  • Thom Browne ha dejado looks memorables en las últimas ediciones de la Gala Met. Es imposible que caiga en el olvido el estilismo que lució, por ejemplo, Demi Moore el año pasado, con una exagerada corbata que envolvía su cuerpo en forma de vestido, con un toque casi infantil, como si el dibujo de un niño se hubiera materializado en la vida real.

    La teatralidad de sus apuestas se mezcla con la rigidez de la estética de los uniformes, que se transforman en auténticas performances

  • Rick Owens ha conseguido la difícil misión de no dejar indiferente a nadie. Y eso de por sí confirma que la moda es también una forma de arte. Sus propuestas, sin etiquetas, han conquistado al mundo, que se ha encargado de ponerle a él la de prodigio. 

    Si visión de la silueta se aborda desde lo monumental y lo ritual: líneas futuristas, drapeados potentes y presencia casi escultórica. Distorsión e introspección en una misma ecuación.

  • Mugler adhiere sus formas a la anatomía femenina, esculpiéndolas a ras de piel. La firma combina sensualidad y precisión técnica para crear unas figuras icónicas que volvieron a ser tendencia hace unas temporadas.

Detrás de la temática

Más allá del espectáculo que acontece en una de las escalinatas más reconocidas del mundo, la Met Gala suele ser momento reivindicaciones más o menos justificadas. No obstante, desde la visión externa, lo fashion suele asociarse a un viso de superficialidad del que solo se despoja cuando se conocen sus recovecos. 

En torno a esta cuestión, en los últimos años se ha generado también un debate en el sector que enfrenta a la moda comercial con la concepción de la misma como disciplina artística, un equilibrio complicado de alcanzar en muchas ocasiones para las grandes casas. 

Los eventos de este tipo ensalzan precisamente la segunda acepción que se considera en la discusión. En estas citas, se despliega la verdadera esencia de las firmas, que en estas ocasiones huyen de una serie de criterios económicos y se amoldan más a otro tipo de guías.

Igualmente, teniendo en cuenta la temática establecida de cara a esa noche del primer lunes de mayo, probablemente muchas de las celebrities que asistan a la llamada del museo y de Vogue aprovechen la gala para hacerle un guiño a la cuestión de la diversidad y la representatividad en este ámbito.

Anne Hathaway a su llegada a la gran cita de la moda.

Anne Hathaway a su llegada a la gran cita de la moda. Matt Crossick Gtres

Esto mismo ya se ha puesto en el foco por parte de la organización, hablando de los cuerpos como espacio político, tocando temas como el género, la disidencia o el envejecimiento. Todo esto, a su vez, entronca con los estándares clásicos de belleza, que no para de reescribirse. 

Todo apunta a que la Met Gala 2026 será la alfombra roja más esperada de la temporada, pero también un recordatorio de que vestir es contar una historia propia, que en este caso se funde además con la que nutre a las firmas.

Un mensaje de que el cuerpo —con sus límites, sus cambios y sus cicatrices— merece ocupar el centro del discurso sin filtros ni artificios. Y que, cuando la moda se atreve a pensarse a sí misma, deja de ser un accesorio para convertirse en un lenguaje que alude a la realidad que se vive en el street style.