Foto de familia del equipo del taller de Pedro del Hierro. Esteban Palazuelos
Los desfiles de Pedro del Hierro también son posibles gracias a ellos: conocemos al equipo de taller de la casa
Patronistas, cortadores y maquinistas son los responsables del salto del boceto a la realidad de los diseños.
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Corría el año 1974 cuando el diseñador madrileño Pedro del Hierro (1948-2015) creó una de las firmas que marcaría para siempre la historia de la moda española. Más de cinco décadas después, su estela sigue intacta. Fue y sigue siendo posible gracias al trabajo continuo y arduo de un amplio equipo, entre ellos, los miembros de su taller.
Día tras día, en el corazón de Madrid, dan vida a diseños destinados a brillar en pasarelas, alfombras rojas y street style. Todos unidos por su talento, pasión y dedicación, son algunos de los guardianes de la artesanía española y el símbolo de que el saber hacer no se desvanece con el paso del tiempo.
Nada más pasar las puertas del taller, destaca la presencia de Rosabel Rodríguez, coordinadora de la zona de corte y confección de patronaje. Es una de las expertas más longevas de Pedro del Hierro: desde hace 27 años su destino y el de la casa están entrelazados.
Ha sido una de las testigos y protagonistas de la evolución de la casa. "Entré como patronista y fui ampliando funciones. Ahora me corresponde organizar los equipos".
De sus inicios, recuerda: "En un principio, se creaban prendas para la producción y el desfile, aunque durante unos años se dejó de organizar. Ahora ha vuelto y vestimos también a muchas celebrities".
En estos momentos, su prioridad es la colección que se presentará en la siguiente Mercedes-Benz Fashion Week. Con serenidad, subraya que "ya está planteada, está casi todo hecho y probado. Faltan los últimos retoques y adjudicar tejidos para empezar a confeccionar la prenda original que va a salir en el desfile".
Rosabel Rodríguez es una de las profesionales más longevas de la casa. Esteban Palazuelos
Rosabel prepara, junto a su equipo, una media de 800 patrones al año. "En el taller hay que tener paciencia porque las cosas se tienen que hacer una, dos o tres veces para que queden bien o para llegar a lo que el diseñador quiere. Hay que trabajar mucho para conseguir una visión conjunta. Tienes que repetir las cosas y perfeccionar, las veces que haga falta. No salen a la primera", explica, amparada por la experiencia.
La coordinadora ha participado en la confección de numerosas siluetas, aunque destaca con cariño la propuesta de 'La Leyenda del Tiempo'. "Fue un trabajo redondo, quedó muy bonito. Supuso mucho esfuerzo porque además fue un desfile largo. Es el que más ilusión me ha hecho, aunque siempre puede venir uno nuevo".
Rosabel sueña con fomentar que el patronaje tenga más visibilidad: "Es un tema desconocido. La gente no sabe qué es un patronista ni qué funciones tiene. Me gustaría que se tuviera más en cuenta". Nos recuerda, a su vez, que nada sería posible sin la comunicación y el cariño de todos.
Otro de los grandes artífices del taller es Iván Vaz, coordinador de la zona de corte y confección de patronaje. Desde hace 18 años (nos cuenta que entró primero como patronista, cubriendo una baja), el profesional trabaja con entrega y pasión en la casa Tendam, contribuyendo a la parte técnica, así como a la cohesión del grupo.
A lo largo de este tiempo, Iván vivió diferentes etapas y cambios, sin jamás perder el foco. Su trabajo es más bien poco rutinario. Confiesa que algunos días son tranquilos, mientras que otros resultan más caóticos: "Generalmente, se suele seguir un orden, pero siempre hay imprevistos, asuntos que corren mucha prisa. En estos casos, hay que dejar todo lo que estamos haciendo para atender esta nueva propuesta".
Iván Vaz, posando en el taller. Esteban Palazuelos
En la actualidad, está coordinando la confección de "unos veintitantos modelos a la vez", una media alta, teniendo en cuenta que a veces no supera los seis encargos. Depende, lógicamente, del momento del año.
La pasarela Mercedes-Benz Fashion Week es una de las citas clave, y más cuando se suma a otros eventos, como los Premios Goya, en los que numerosas personalidades apuestan por la casa.
El principal objetivo de Iván es sencillo, pero fundamental: "sacar adelante el trabajo y conseguir que sienten bien los diseños". Recuerda algunos con mucho cariño, entre ellos, uno elaborado para la reina Letizia. Lo estrenó en 2021, en el marco de su visita a Suecia.
El coordinador tiene claro que "la creatividad y la paciencia no pueden faltar en el día a día", sobre todo ante los retos que se presentan cuando las peticiones no son totalmente realizables. "Hay que llegar a un consenso, a veces nos piden un diseño que no se puede hacer". Eso sí, con la pasión, el talento y el compromiso como bandera.
Avanzando en el taller, tras una mesa de imponentes dimensiones, se encuentra otro de los grandes talentos de la casa: Paula Gómez, cortadora. Empezó de prácticas en 2021. "Estuve todo mi segundo año de formación y después, me contrataron", nos cuenta.
Su labor es tan precisa como minuciosa: siguiendo las pautas numéricas asignadas a cada prenda, se encarga de los cortes necesarios para su confección. Trabaja las piezas de una en una, sin embargo, "siempre existe un orden en las tareas que hay que realizar, ya sea por placer, por preferencia o por la fecha límite que se tenga. Al final, muchas veces ocurre que hay que dejar de lado el encargo actual para atender otra prioridad".
En ese momento, se encarga, tijeras en manos, de "un pantalón que vamos a mandar a un proveedor, tiene que estar totalmente terminado. No va a ir en el tejido original, sino en una sabanilla que se utiliza para las tuales, que son las pruebas".
"Lo voy a cortar entero. A veces se hace media muestra, en este caso lo haré completo, pero en un textil mucho más sencillo. Tardaré aproximadamente hora y media", calcula la profesional.
Paula Gómez lleva desde el año 2021 en la casa. Esteban Palazuelos
Pero el trabajo de Paula no acaba ahí. Retomar una prenda es una tarea habitual. Los vestidos de pasarela "siempre vuelven a la mesa. Me encargo de los arreglos, los coso a mano". Recuerda de la última edición un diseño de flores y lentejuelas, que resultó especialmente exigente.
Aunque su oficio parezca en principio solitario, está en estrecha colaboración con el resto del equipo, incluyendo patronistas y maquinistas, siguiendo una cadena necesaria para la confección de cada modelo. Confiesa, sin dudarlo, que están todos unidos por "su pasión por la moda, aunque también comentan asuntos de temas para fuera del trabajo".
Les ha permitido crear una complicidad necesaria. "Decir lo que se necesita, contar con el otro y estar siempre atento a lo que va a hacerle falta a un compañero es clave", confiesa.
Cerca del espacio de trabajo de Paula, suena el reconocible fragor de las máquinas de costura. Una de ellas es la de Mirna Paccamiccio, modelista para Tendam desde hace tres años. Al igual que Paula, contribuye a la puesta en forma del diseño, a partir del boceto.
"Nos entregan las piezas que preparan los cortadores. Sin embargo, antes de que lleguen a nosotros, pasan por una persona encargada de preparar los interiores de las prendas. Esta se encarga de colocar los elementos necesarios para los acabados de escotes y detalles, lo cual es fundamental para el acabado final. Después de este proceso, las piezas se asignan a cada maquinista, dependiendo de quién esté disponible en ese momento", nos explica sobre el proceso.
Mirna Paccamiccio, posando en su espacio de trabajo. Esteban Palazuelos
Aunque reconoce que el volumen de trabajo es importante, destaca que es "divertido también, porque siempre estamos haciendo cosas distintas. No es nada rutinario y la verdad es que hay buen ambiente de trabajo", confiesa, sonriendo.
Afronta la tarea con un objetivo claro en mente: "Terminar una prenda de la mejor manera posible, porque aquí hacemos casi alta costura. Tiene que tener un acabado impecable, tanto por dentro como por fuera".
Recuerda algunos diseños de forma especial. Uno de ellos, un vestido verde drapeado, parte de la colección 'Delirio Habanero' que presentó Pedro del Hierro para la primavera-verano 2024. "Fue un trabajo de muchas horas, porque esa técnica es bastante difícil, pero luego ves el resultado en la pasarela y es muy bonito". Con este oficio, Mirna afirma que vive "un sueño de niña".
En el taller, nos encontramos a su vez con Teresa Rodríguez, patronista, quien al igual que Rosabel, lleva tres décadas en la casa, concretamente, 34 años. Rememora que entró cuando "apenas acababa de salir de la escuela". En su día a día, detalla que se encarga del "diseño que me pide Rosabel que ejecute. Lo voy elaborando y desarrollando".
Teresa destaca con ilusión su paso por la casa que, pese a los cambios inherentes al tiempo, preserva los mismos valores. "Cuando empezamos a desfilar en Cibeles, nos emocionaba muchísimo. Ahora también, pero al principio, era especial. Trabajábamos de la mano con Pedro…".
En el día a día, además de los márgenes de tiempo, confiesa, al igual que sus compañeros, que lo más difícil es conseguir que las prendas sienten bien, ya que depende de muchos factores, como los tejidos.
Teresa Rodríguez cuenta con más de tres décadas de experiencia. Esteban Palazuelos
En estas décadas, su profesión no solo ha evolucionado a nivel creativo, sino también de forma técnica: "El impacto de los programas de ordenador en nuestro trabajo ha sido muy significativo. Cuando yo empecé en este sector, todo se hacía de manera mucho más manual y, por lo tanto, era un proceso más lento. La llegada de la informática y, en particular, de ciertos softwares, supuso un cambio radical. Creo que ha sido la transformación más importante que hemos experimentado desde entonces", explica Teresa.
De su oficio, destaca que permite "nunca dejar de aprender, porque cambian las modas y surgen retos diferentes. Contribuye a que te vayas renovando".
Estos profesionales, motivados por la creatividad, el entusiasmo y el compromiso, representan a los custodios de la tradición artesanal española. Esperamos con ansias el resultado de sus próximos retos.