Imanol Calderón y Marta Alonso, fundadores de Mayice Studio.

Imanol Calderón y Marta Alonso, fundadores de Mayice Studio.

Lujos

Imanol Calderón y Marta Alonso, los ‘iluminados’ que encontraron la fórmula para fabricar luz sin bombillas

Su esencia, materializada en su estudio, Mayice, está en el respeto por los materiales y su funcionalidad: desde el primer boceto hasta el resultado final.

Más información: Javier Menacho, el artesano andaluz que conquistó a Dior: "Una buena piel puede durar más de 500 años"

Paloma Herce
Publicada

Decía Voltaire, en una frase universalmente conocida, que lo perfecto es enemigo de lo bueno. Es precisamente la artesanía un arte imperfecto. Para muchos, es una filosofía de vida; para otros, solo una manera de trabajar. Sea como sea, debería ser respetada como los monumentos que son patrimonio de la humanidad.

La artesanía es tradición e historia. Basta con echar un vistazo al callejero de Madrid: Curtidores, Cuchilleros, Bordadores… Quienes se dedicaban a este oficio forman parte de nuestra vida. Por desgracia, quedan muy pocos maestros artesanos actualmente.

Los encontramos en pequeños talleres repartidos por nuestro país: en Ubrique, en Arnedo, en Elche. Ahí reside su savoir faire aunque en los últimos tiempos, su magia se esté dejando en cajones olvidados, como las herramientas que utilizan.

Por suerte, hay firmas que buscan enaltecer el made in Spain y ese estilo de vida en el que lo imperfecto, si está hecho a mano, es lo ideal. Imanol Calderón y Marta Alonso, arquitectos de profesión y maestros de corazón, buscan con su proyecto, Mayice Studio, que más gente comparta su visión, su forma de entender este arte. Son dos artistas iluminados que encontraron la fórmula para fabricar luz sin bombillas

“Valorar la artesanía está vinculado a tu forma de vivir y observar el mundo”, declaran en su conversación con Magas. Calderón y Alonso fundaron su estudio multidisciplinar, en 2013. Juntos se dedican al diseño de producto y la arquitectura.

La esencia de Mayice Studio está en el respeto por los materiales, su historia y la funcionalidad, desde el primer boceto hasta el resultado final. Imanol siempre quiso ser diseñador y a Marta siempre le atrajo el arte. “Hemos tenido grandes maestros que nos transmitieron el amor por el trabajo, el esfuerzo, la rigurosidad y la constante búsqueda de la belleza y la funcionalidad”, detallan en esta conversación.

Zoo fue el primer trabajo de Mayice Studio, en 2014. Una pieza multifuncional en forma de Z que se fabricó a mano.

Zoo fue el primer trabajo de Mayice Studio, en 2014. Una pieza multifuncional en forma de Z que se fabricó a mano.

¿Cómo fueron sus inicios? “La manera más fácil de comenzar fue construyendo nuestros propios muebles y objetos. El paso fue por casualidad y de forma natural. A día de hoy seguimos trabajando con la misma intensidad en espacios y objetos, siempre con nuestras reglas. Creemos que quizá, sin quererlo, hemos conseguido construir un estilo de vida, una actitud que hace que disfrutemos de nuestro trabajo”, afirman.

En los proyectos de Mayice Studio encontramos muebles y lámparas con personalidad propia. Zoo fue su primer trabajo, en 2014. Una pieza de mobiliario multifuncional en forma de Z que se fabricó a mano.

Se hizo con madera que llega de bosques sostenibles, aquellos que están gestionados de manera responsable para que su productividad no esté reñida con su capacidad para regenerarse, sobrevivir en el tiempo y mantener una biodiversidad en constante evolución, donde las especies no estén en peligro.

La pareja, con una de sus obras.

La pareja, con una de sus obras. Pablo Gómez Ogando

El artesano de esta obra fue Antonio Rodríguez, del que conocemos su existencia porque le citan. Quien hace realidad la pieza también es importante dentro del proceso.

Una de sus últimas colaboraciones, la lámpara Seda que realizaron junto a Ábbatte, es otro ejemplo. Realizada en seda natural virgen, la pieza está envuelta en una crisálida de vidrio soplado con base de alabastro.

Una auténtica joya que se hizo con uno de los últimos maestros sopladores de vidrio de nuestro país. Solo hay 12 repartidas por el mundo.

Cada vez hay menos maestros artesanos en España, pero es que cada vez existen menos en el mundo con la maestría del gran Eduard Garuti, que está a punto de jubilarse. Llevamos años trabajando con él y siempre dice que por qué no nos conocimos hace años”. Una reflexión interesante relacionada con la pérdida de estos oficios. “Para las nuevas generaciones, quien decida ser maestro vidriero tendrá un gran futuro y siempre trabajo”, explican a Magas.

Seda, fotografiada en el Monasterio de Santa María de la Sierra, en Segovia, donde se sitúa el taller de Ábbatte.

Seda, fotografiada en el Monasterio de Santa María de la Sierra, en Segovia, donde se sitúa el taller de Ábbatte.

Este proyecto, de haberse realizado en unos años, quizá no hubiera sido posible. Los artesanos son una especie en extinción. “Trabajar con un artesano artista siempre es difícil y a la vez enriquecedor. Aprendemos constantemente unos de los otros y el trabajo siempre se basa en la confianza y el trabajo en equipo”, declaran los arquitectos.

Pasado y futuro

La artesanía baila con la tecnología en muchas ocasiones. “Conviven y ayudan a evolucionar”, explican. “Aunque casi siempre trabajamos con maestros, personas muy especializadas en una materia o tema, y que siempre aportan un gran valor”. ¿La arquitectura ha ayudado a valorar más la artesanía? “Quizá”, responden. “El ser arquitecto te hace valorar los procesos, materiales, proporciones, lo riguroso, la belleza…”. Pero como ellos defienden: es un valor que está vinculado a tu manera de observar el mundo. Da igual si uno es arquitecto, profesor u abogado.

Cuando Imanol y Marta han observado cómo se trabajan a mano las piezas que diseñan han declarado en más de una ocasión que parece magia. “¡Realmente lo es!”, exclaman. “Animamos a que la gente se pase por el Museo de la Real Fábrica de Cristales de La Granja y así puedan conocer cómo se fabrica el vidrio soplado.

¿Cómo es posible que a partir de arena, sílice, carbonato de sodio, a temperaturas de más de mil grados, se construya ese magma impresionante?”, siguen relatando. “Después, a través de la técnica de soplado de caña, se fabrica el vidrio soplado, que no hay que olvidar que es una técnica milenaria. Siempre nos parece algo muy especial y nunca nos deja de sorprender”, explican.

Artesanía: cabeza, mano y corazón

Dice el escritor y sociólogo Richard Sennett, en su libro El Artesano, que esos maestros se centran en la conexión entre su cabeza y la mano. Desde Mayice Studio defienden que el made in Spain y la artesanía no se valoran como se merece.

“Una pieza realizada de forma artesanal lleva mucho tiempo, esfuerzo y recursos. Es imposible que su precio de coste sea igual que una pieza industrial, de la que se fabrican millones de forma muy rápida. La artesanía está vinculada a procesos sostenibles, honestos y merece su reconocimiento y su valor”, indican, rotundos.

Quien trabaja de manera manual es consciente de la satisfacción que supone realizar algo él mismo; es otra de las reflexiones del citado sociólogo estadounidense. Además, solo hay que preguntarle a cualquier artesano si se siente orgulloso de su trabajo. Sin embargo, somos nosotros los que miramos a un lado y no cambiamos la mirada, como explican estos arquitectos.

Aún nos queda mucho. Nuestra visión es que se valora mucho más fuera de nuestras fronteras”, reflexionan. A pesar de todo, Calderón y Alonso son optimistas. “Tenemos plena fe en que nunca desaparecerá el trabajo de los artesanos. Es necesario”. De alguna manera, depende de nosotros. De nuestra cabeza, de nuestra mano y del corazón. Como el proceso artesanal.