Despensa en la cocina.

Despensa en la cocina.

Interiorismo

Un experto en interiorismo, sin rodeos: "Para una cocina funcional, la lavadora debe ir fuera y la despensa dentro"

Algunos expertos en interiorismo sugieren que la despensa se quede dentro y la lavadora salga de la cocina. Esto se basa en la funcionalidad.

Más información: Laura, interiorista: "No pongas lámparas en la mesita de noche, existe una alternativa mucho más práctica"

Publicada

Cuando pensamos en una cocina ideal, es común que la imaginemos con todo integrado: el fregadero, el fogón, los espacios de almacenamiento... y en ocasiones, la lavadora también. Sin embargo, algunos expertos en interiorismo sugieren lo opuesto: que la despensa se quede dentro y la lavadora salga de la cocina. Esta concepción es asombrosa, pero cuenta con bases sólidas.

Su lógica se basa en la funcionalidad: al dividir las tareas de cocinar y lavar ropa, se puede conservar una cocina más organizada, limpia y sin distracciones. Si la lavadora se ubica en un área separada, disminuyen el ruido, la humedad y las intersecciones de productos.

Asimismo, mover la despensa a otro lugar dentro de la cocina aumenta la eficacia. Tener a la mano utensilios y alimentos hace más sencilla la administración del día a día. Expertos en decoración han resaltado esta propuesta recientemente.

Colocar la lavadora en un espacio independiente (un cuarto de lavabo o pasillo contiguo) permite que la cocina respire: se elimina el ruido, se controla mejor la ventilación y se evitan vapores que pueden afectar a alimentos o muebles. Los estudios de interiorismo lo consideran una mejora de confort y convivencia.

Por otro lado, la despensa dentro de la cocina permite organizar alimentos de uso frecuente sin tener que cruzar pasillos. Tener especias, conservas o víveres justo al lado del área de cocción ahorra pasos y tiempo. Esto es especialmente útil en cocinas pequeñas, donde cada centímetro cuenta.

Además, determinados expertos subrayan que esta distribución no solo es estética, sino práctica. Según algunos especialistas, una cocina bien organizada combina ergonomía, funcionalidad y fluidez, y esta fórmula les parece ideal.

Para implementar esta idea, primero hay que definir dónde colocar la lavadora. Puede ir en un cuarto de lavado cercano, en un pasillo servicial o incluso en el baño, siempre que exista ventilación y conexión adecuada. Lo importante es evitar que el equipo reste espacio o contamine visualmente la cocina principal.

Una despensa.

Una despensa.

En la cocina, debe considerarse un módulo para despensa bien diseñado: baldas extraíbles, estantes regulables, puertas que aprovechan el espacio hasta el techo. El objetivo es que la despensa no se perciba como un mueble más, sino como parte integrada del flujo de trabajo.

También conviene pensar que el triángulo de trabajo: cocción, lavado de vajilla y almacenamiento. Al mantener la despensa cerca del área de cocción, se preserva la cohesión del diseño sin romper la armonía espacial.

Lavadora en la cocina.

Lavadora en la cocina.

Obviamente, trasladar la lavadora fuera de la cocina implica costes: preparar tomas de agua, desagües, ventilación y espacio estructural. En reformas grandes puede ser complejo, pero en nuevas construcciones o reformas integrales es viable si se proyecta con antelación.

Otra dificultad es que algunas viviendas no tienen despensa hoy, por lo que habría que crearla desde cero. Pero muchos diseñadores estiman que es una de las mejores inversiones en funcionalidad que se puede hacer en una cocina moderna.

Asimismo, hay soluciones intermedias: lavadoras ocultas tras muebles integrados, zonas de lavado separadas por puertas correderas o cristaleras que las ocultan visualmente sin aislarlas completamente.

En definitiva, la afirmación "la lavadora debe ir fuera y la despensa dentro" no es una ocurrencia, sino una apuesta sensata por una cocina más limpia, ordenada y eficiente. Con esta distribución, se gana en confort, estética y ergonomía.