Una mujer tranquila en casa.

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Interiorismo

Irene Rivero, interiorista: "El interiorismo está ligado a la psicología, un rincón bien pensado puede ser un refugio"

Cómo los espacios que habitamos influyen en nuestras emociones y por qué diseñar con intención puede convertirse en un alivio psicológico.

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Cuando pensamos en interiorismo, tendemos a centrarnos en lo estético, lo funcional o lo moderno. Pero según Irene Rivero, interiorista de Sira Barcelona, y tal y como cuenta para la Revista Interiores, ese enfoque es solo una parte. Para ella, el interiorismo está profundamente conectado con nuestra psicología y nuestro bienestar emocional.

Rivero sostiene que un rincón bien diseñado no solo mejora visualmente un hogar, sino que puede funcionar como un refugio emocional, especialmente en momentos de tensión o dificultad. Esa idea nos invita a considerar cada detalle: la iluminación, los materiales, la disposición del espacio, los colores... todos tienen un papel en cómo nos sentimos.

Irene Rivero.

Irene Rivero.

El diseño de interiores no se limita a embellecer espacios: también busca mejorar cómo nos sentimos en ellos. La psicología ambiental muestra que la forma de distribuir el mobiliario, la presencia de luz natural, el uso de materiales cálidos y la organización influyen directamente en estados emocionales como la calma, la creatividad o el estrés.

Irene Rivero enfatiza que no es solo decoración; es pensar el espacio con empatía, teniendo en cuenta quién lo habita, cómo vive y qué necesita emocionalmente. Lo que podría ser un salón común pasa a ser un lugar donde refugiarse tras un día agotador si se configuran sus elementos con intención.

Un ambiente bien iluminado favorece la regulación de los ritmos circadianos, mejora el ánimo y disminuye la sensación de claustrofobia. Estudios recientes muestran que cambiar los niveles de iluminación puede alterar significativamente cómo percibimos un espacio, tanto en confort como en estímulo emocional.

Que un espacio refleje quién eres ayuda a crear sentido de pertenencia. Mantener el orden disminuye la sobrecarga cognitiva y el estrés. Rivero lo sugiere al hablar de rincones pensados: no se trata de llenar sino de seleccionar lo que aporta bienestar.

Introducir madera, tejidos suaves, plantas o elementos naturales tiene efectos reparadores. Según la teoría del diseño biofílico, al reconectar con la naturaleza incluso en entornos interiores se promueven beneficios psicológicos, como sensación de calma, recuperación mental o creatividad.

Además, cada vez más expertos coinciden en que el diseño consciente del hogar puede ser una herramienta de autocuidado. Dedicar tiempo a crear un espacio pensado para el descanso, la lectura o la meditación no es un lujo, sino una forma de mejorar la salud mental y emocional en el día a día.

El interiorismo, tal como lo plantea Irene Rivero, va más allá de lo estético: está imbuido de psicología. Un rincón bien pensado puede convertirse en refugio emocional, un espacio que proteja, inspire y sane.

Diseñar con intención, considerando la luz, los materiales, la disposición y lo que necesitamos emocionalmente, nos posibilita transformar lo ordinario en extraordinario. Porque al fin y al cabo, quien habita un lugar bien concebido habita también una parte de su bienestar.