Habitación de estilo medieval.
Así es por dentro el Parador más bonito de España, lujo, historia y encanto: "Volvería mil veces solo por sus interiores”
Un monasterio milenario convertido en un hotel de ensueño: arquitectura monumental, claustros únicos y un spa con vistas inolvidables.
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Sumergirse en el Parador de Santo Estevo es como aterrizar en otro siglo. Este monasterio benedictino, ubicado en la Ribeira Sacra (Ourense), ha sido transformado en un hotel que respeta su belleza milenaria y ofrece modernas comodidades. Con más de 77 habitaciones, conserva tres claustros de estilo románico, gótico y renacentista.
En su interior destacan espacios llenos de historia, donde cada sala, pasillo y vista a los cañones del Sil parece contarte una leyenda. Además, el edificio ha sido declarado Bien de Interés Cultural, reforzando su valor arquitectónico y patrimonial.
Gastronomía, descanso y belleza convergen en este enclave: habitaciones únicas con vistas, salones históricos, un spa en las antiguas bodegas... todo pensado para que vuelvas mil veces, solo por su atmósfera.
El Parador de Santo Estevo ocupa un monasterio benedictino del siglo X, con tres claustros (románico, gótico y renacentista), rehabilitados respetando su valor original. Está declarado Bien de Interés Cultural y ofrece alojamiento en dependencias monacales convertidas en habitaciones singulares.
Las 77 habitaciones del Parador se distribuyen por los claustros y disponen de elementos originales, como muros de piedra, techos con vigas y vistas privilegiadas a los cañones del Sil, completando una experiencia que une lo histórico con el confort.
Un spa oculto entre siglos de piedra. Instalado en las antiguas bodegas del monasterio, el spa del Parador de Santo Estevo ofrece circuitos termales, tratamientos relajantes y una terraza con jacuzzi frente al bosque, integrando bienestar y patrimonio en un entorno único.
El restaurante se sitúa en lo que fueron las antiguas caballerizas, y la cafetería abre sus puertas junto a un claustro con terraza. Ambas zonas han sido restauradas, conservando su atmósfera medieval y naturales vistas exteriores.
Desde su origen monástico hasta su rehabilitación (1986-2004), este Parador mantiene un equilibrio entre la arquitectura medieval y las soluciones modernas (como cerramientos en vidrio en los claustros), que aseguran comodidad sin romper con su identidad histórica.
Muchos visitantes destacan el lugar como un refugio para desconectar. Con su mezcla de silencio, piedra, historia y naturaleza, se convierte en uno de los Paradores más recomendados para desconectar del mundo sin dejar de viajar en el tiempo.
El Parador de Santo Estevo es mucho más que un alojamiento: es un viaje a través del tiempo. Restaurado con rigor, conserva claustros de gran valor patrimonial, habitaciones con carácter y descansos en su spa histórico. Enseguida entiendes por qué "volverías mil veces solo por sus interiores".
Santo Estevo es también un lugar muy demandado para bodas y eventos especiales. Sus salones históricos, patios y jardines ofrecen un escenario inigualable para celebraciones íntimas o grandes banquetes, siempre con la elegancia que proporciona un edificio cargado de historia y restaurado con gusto.
Aunque muchos visitantes se acercan en primavera y verano para disfrutar de la naturaleza en su máximo esplendor, el Parador mantiene un encanto especial en otoño e invierno. El sonido de la lluvia sobre los claustros, las chimeneas encendidas y la gastronomía local crean una atmósfera acogedora y única.
El restaurante del Parador apuesta por productos locales y recetas tradicionales gallegas reinterpretadas con un toque contemporáneo. Platos como la ternera gallega, el pulpo á feira o los postres con castañas y miel de la zona permiten que la experiencia sea también un viaje gastronómico inolvidable.
Cada habitación del Parador de Santo Estevo ha sido diseñada para conservar la esencia monástica original, incorporando muros de piedra, techos altos y mobiliario de inspiración clásica. Muchos ofrecen vistas directas a los claustros o a los bosques que rodean el edificio, creando una sensación de calma absoluta.
Más allá del alojamiento, el Parador de Santo Estevo es un refugio para el descanso físico y mental. Su spa, integrado en antiguas bodegas, combina circuitos termales, masajes y tratamientos de vinoterapia con vistas a la naturaleza, convirtiendo la estancia en una experiencia de bienestar integral.