Concierto de Año Nuevo de la Orquesta Filarmónica de Viena en 2025. Foto: EFE/ Dieter Nagl/Filarmónica de Viena EFE
El Concierto de Año Nuevo de Viena 2026 se rinde al genio de las compositoras Florence Price y Josephine Weinlich
Ambas artistas se encuentran tras dos de las nuevas obras que sonarán el próximo uno de enero en la Sala Dorada de la Musikverein.
Más información: El Concierto de Año Nuevo evidencia la desigualdad en la música clásica: "Hasta 1997 las mujeres no podían participar"
Como cada año desde su primera edición en 1939, el día uno de enero, la Sala Dorada de la Musikverein, ubicada en la capital de Austria, acoge el Concierto de Año Nuevo de la Orquesta Filarmónica de Viena.
La tradición ha sido uno de los pedestales sobre los que se ha erigido esta distinguida cita. Sin embargo, en los últimos tiempos se han tratado de introducir pequeñas innovaciones motivadas por la conciencia social y musical de la época.
Cabe recordar que hasta 1997 ninguna mujer había formado parte de sus intérpretes, y no fue hasta la 85ª edición cuando comenzaron a tocar obras de autoría femenina en el programa musical del evento.
Fotografía de 'Délica Chambers Orchestra', un grupo formado solo por mujeres.
De esta forma, el concierto de 2025 marcó un gran hito en su historia al ofrecer, por primera vez, la obra de una compositora. Fernandus-Walzer, que se traduce como Sueños de Primavera, es un vals romántico creado por la pianista, actriz y cantante austriaca Constanze Geiger.
Ella, que comenzó a componer a los nueve años y debutó sobre un escenario a los 13, se despidió de su carrera profesional al contraer matrimonio.
Un año después, en 2026, esta prestigiosa cita deleitará a los amantes de la música lírica con un par de piezas fruto de la creatividad de dos mujeres: Florence Price y Josephine Weinlich.
La primera afroamericana reconocida como compositora sinfónica
Florence Price está considerada la primera mujer afroamericana en ser reconocida como compositora sinfónica.
Tras acabar la secundaria, se matriculó en el Conservatorio de Música de Nueva Inglaterra con una especialización en piano y órgano, haciéndose pasar por mexicana para esquivar la discriminación racial.
Años más tarde, los abusos que sufrió por parte de su esposo la llevaron a divorciarse y convertirse en madre soltera de sus dos hijas. Para poder llegar a fin de mes, Price trabajó como organista en proyecciones de películas mudas y compuso canciones para anuncios de radio bajo un seudónimo.
Gracias al contacto de una amiga, pudo conocer al escritor Langston Hughes y la contralto Marian Anderson, figuras prominentes en el mundo del arte que ayudaron a Price a alcanzar el éxito como músico.
En 1933 la Orquesta Sinfónica de Chicago estrenó su Sinfonía número 15, convirtiendo la pieza de Price en la primera composición de una mujer afroamericana interpretada por una orquesta importante.
La Primera Orquesta Europea de Mujeres
La segunda autora protagonista de este año es Josephine Weinlich, algo menos conocida. Más allá de lo aprendido por su padre, Franz Weinlich, gran melómano, su formación se envuelve en un gran interrogante. Sin embargo, Weinlich escribió algunas composiciones, entre ellas polkas y valses propios de Viena, ciudad donde creció, que fueron publicadas.
No obstante, la interpretación y la dirección musical siempre fue su principal labor. Josephine Weinlich se abrió su propio espacio en 1868 como fundadora de un cuarteto instrumental femenino, el Josephine Weinlich’s Damenkapelle, donde participó, además, como pianista.
Si bien su grupo no era algo realmente novedoso, pues ya existían coros y orquestas de mujeres en los conservatorios de Venecia, sí lo era su funcionamiento, ajeno al amparo de la Iglesia.
Sin embargo, su mayor diferenciador tiene que ver con el aumento paulatino de su número de integrantes, crecimiento que desembocó en la configuración de la Primera Orquesta Europea de Mujeres, un cuerpo de profesionales que llegó a superar los 50 músicos durante los años 70.
Su repertorio incluía creaciones propias, como Gruß an Graz, Frühlingsluft, Josephinen-Polka y Gruß an die Neugablitzer, entre otros. La formación recibió críticas por la ausencia del viento metal, carencia que se justifica porque eran instrumentos tradicionalmente ejecutados por hombres.
No obstante, la actividad profesional de la orquesta se extendió entre 1869 y 1879 con una buena acogida del público. Además, impulsó la creación de agrupaciones femeninas en otras ciudades, logrando un impacto significativo en el panorama cultural de la época.
En julio de 1873, Josephine Weinlich y sus compañeras ofrecieron conciertos en el Musikverein de Viena, afianzando su postura revolucionaria y de poder femenino.
Esta edición, el Concierto de Año Nuevo de la Orquesta Filarmónica de Viena rompe con siglos de invisibilización femenina. En 2026, su Sala Dorada acogerá las obras de grandes mujeres pioneras en la industria musical sobre un imponente escenario donde resonará tradición vienesa y poder femenino.