Lourdes, pescadera en su puesto de trabajo.

Lourdes, pescadera en su puesto de trabajo.

Estilo de vida

Lourdes, pescadera desde hace 50 años: "Para que el marisco quede perfecto, debes congelarlo antes"

Se aproxima una de las fechas en las que más se disparan los precios de los alimentos, por lo que esta recomendación te interesa.

Más información: El secreto de los mejores cortadores para conservar perfecto el jamón: ni taparlo con su grasa ni con un trapo

Publicada

La cuenta atrás para la Navidad ya ha empezado y, con ella, el miedo a uno de los clásicos de cada diciembre: los precios del marisco disparados.

Año tras año ocurre lo mismo y lo que vale un kilo de merluza que hoy cuesta 15 euros, se planta en 22 entre el 22 y el 24 de diciembre.

Las quisquillas de Motril pasan de 28 euros a casi 90 si son de gran tamaño. Y así con todo. ¿La buena noticia? Existe un truco infalible para evitar pagar de más y viene de quien más sabe.

Lourdes Canon, pescadera granadina con más de 52 años de experiencia al frente de Pescadería Encarnita, es una enciclopedia viviente del mar.

Mitad memoria gastronómica del barrio, mitad consejera experta de generaciones enteras de familias, habla claro y sin rodeos.

El truco de una pescadera

La recomendación de Lourdes se ha convertido en tendencia: una forma sencilla de cocinar y congelar el marisco para que quede "como recién hecho" el día de la cena.

"Se cuece y se congela con la misma agua, cuando ya esté templada, en un tupper", explica con la tranquilidad de quien ha visto de todo tras el mostrador.

"Se saca un día y medio antes de la comida o la cena y está como recién cocido". La frase, que podría sonar a promesa, en boca de Lourdes es una garantía.

Por qué funciona

La pescadera insiste en que la clave está en adelantarse. Los precios "pueden subir 5 o 6 euros de media el kilo" conforme se acercan las fechas señaladas, algo que cada año se repite como un reloj suizo.

Además, la demanda aumenta, parte del género se desplaza a grandes plazas y el riesgo no es solo económico, sino que también puedes quedarte sin tu producto favorito.

Quien haya buscado a última hora quisquillas, gambones o un buen rape sabe que la escena puede rozar el drama navideño. Por eso este truco no solo ahorra dinero, sino estrés.

Lourdes lo resume con la sabiduría de quien lleva medio siglo escuchando inquietudes de cocina familiar: "¿Vas a esperar a última hora o prefieres tenerlo listo y evitar sustos?". Por lo que su recomendación es clara:

  • Compra ahora el marisco, cuando el precio todavía es estable.
  • Límpialo y cuécelo como haces normalmente.
  • Deja que repose y se temple en su propio agua de cocción.
  • Congélalo con esa misma agua dentro de un tupper bien cerrado.
  • Sácalo día y medio antes de la fecha en la que vayas a servirlo.

El resultado, según Lourdes, es impecable: textura perfecta, sabor intacto y un ahorro que se agradece, especialmente en un diciembre donde cada kilo suma.

Este método no solo sirve para el marisco tradicional: se puede aplicar también a gambones, langostinos, quisquillas, cigalas e incluso a algunos cefalópodos de pequeño tamaño.

El objetivo siempre no es otro que preservar el sabor del mar sin necesidad de congelar en crudo, que a veces reseca o altera la textura.

Quizá por eso su truco se ha convertido en una referencia para miles de personas que buscan organizar la Navidad sin estrés, sin improvisaciones y sin dejarse el sueldo en el intento.

En un diciembre donde la inflación todavía aprieta y las familias buscan fórmulas más prácticas para celebrar, el método de Lourdes no solo garantiza sabor: garantiza tranquilidad.