Eli Defferary, gestora, en el videopódcast de Wall Street Wolverine.

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Estilo de vida

Eli Defferary, gestora, sobre por qué los españoles no quieren trabajar: "Prefieren vivir de ayudas como el paro"

El relato de la experta contrasta con el de miles de trabajadores que denuncian precariedad, sueldos insuficientes y un encarecimiento generalizado.

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Según datos del Ministerio de Trabajo y Economía Social y el SEPE, a finales de 2025 España tenía 2.424.961 personas registradas en paro, la cifra más baja para ese mes desde 2007. Pese a esta mejora, el volumen de parados continúa siendo lo bastante elevado como para mantener al país entre los que presentan las tasas de desempleo más altas de la Unión Europea.

Esta situación se debe a una mezcla de factores estructurales, como la dualidad del mercado laboral —contratos temporales vs. fijos— que genera inestabilidad, el desajuste entre la formación y la demanda, la falta de experiencia laboral y, para muchos, los pocos empleos disponibles con salarios dignos.

Sin embargo, frente a este discurso, algunos expertos sostienen una interpretación distinta. A su juicio, el desempleo en el país no responde a la escasez de ofertas, sino a una "actitud de acomodamiento". De acuerdo con Eli Defferary, existe una falta de interés real por incorporarse al mercado laboral mientras se prioriza prolongar las prestaciones como el paro.

¿Los españoles no quieren trabajar?

Este mes de diciembre, España ha vuelto a coronar como la campeona del paro en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) tras cerrar octubre con una tasa del 10,5%.

Mientras los economistas insisten en que el problema es estructural y multifactorial, una parte creciente de la sociedad —incluidos profesionales de recursos humanos y pequeños empresarios— asegura estar observando un cambio de actitud en ciertos candidatos.

Una de las personas que ha percibido este cambio es Eli Defferary, una asesora y divulgadora financiera española, ex-empleada de banca, que se ha hecho muy popular en redes sociales. Precisamente en este lugar es donde ha compartido sus procesos de selección fallidos.

De acuerdo con la gestora, la situación es tan dramática que cree que los españoles "prefieren vivir de las ayudas". "La gente no quiere trabajar. Hago entrevistas y me dicen que les llame cuando se les acabe el paro", denuncia.

Defferary explica que ofrece puestos cualificados con teletrabajo completo con un horario estándar de lunes a viernes, pero aun así se encuentra con candidatos que no leen las condiciones o preguntan dónde habría que acudir físicamente.

"Ofrezco un trabajo que muchos consideran un sueño y, aun así, todavía me preguntan que dónde tienen que ir a trabajar. Tómate la molestia de leerte la oferta, por lo menos", cuenta la gestora en sus redes sociales.

@elidefferary

La gente NO ❌quiere trabajar…

♬ sonido original - Eli Defferary

Para perfiles que requieren experiencia en derecho bancario, hipotecas o área comercial, esta falta de implicación resulta, en su opinión, especialmente llamativa. Su conclusión es tajante: no faltan ofertas, sino motivación.

Este relato contrasta con el de miles de trabajadores que, desde la otra cara del mercado laboral, denuncian precariedad, sueldos insuficientes y un encarecimiento generalizado del coste de vida que hace inviable aceptar empleos mal remunerados.

Afirman que no se trata de desgana, sino de una especie de supervivencia. A su juicio, no se puede trabajar por salarios que no cubren gastos básicos o aceptar jornadas incompatibles con la vida familiar.

Universitarios recién titulados y profesionales con experiencia coinciden en que el problema no es la voluntad de trabajar, sino la calidad del trabajo disponible.

En este contexto, las empresas buscan perfiles altamente especializados que, a menudo, escasean y, por otro lado, los trabajadores exigen condiciones que consideran mínimas para mantener un nivel de vida digno.

En medio de esta tensión, el debate se polariza: unos interpretan la falta de candidatos como señal de acomodamiento y exceso de ayudas, mientras otros aseguran que es la consecuencia lógica de un modelo laboral que no ha sabido modernizarse.

"No sé si quizás es mi culpa, que apunto muy alto", dice Defferary. "Tan solo quiero gente espabilada en mi equipo, que haya trabajado en el ámbito jurídico o en la banca, especialmente en derecho bancario, hipotecas, en el área comercial, es decir, con experiencia", finaliza.