Grupo de mujeres en el gimnasio.

Grupo de mujeres en el gimnasio.

Estilo de vida

Así lideran las mujeres a partir de los 45 el nuevo bienestar: hasta 4.000 euros al año en deporte y tratamientos

Más allá de la estética, el autocuidado femenino tiene que ver con la salud y el wellness. Se percibe como un gasto necesario para envejecer mejor.Las mujeres lideran la inversión del nuevo bienestar: entre 1.500 y 4.000 euros anuales en deporte y tratamientos

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Cuidarse ya no es un capricho. Se ha convertido en una prioridad para cada vez más mujeres, que reservan tiempo para ellas mismas, buscando equilibrio, calma y fuerza a través del movimiento y la conexión interior. Pilates, yoga, running o entrenamiento funcional se han consolidado como las disciplinas favoritas, y en los últimos años esta última ha ganado terreno entre el público femenino, rompiendo con la idea de que la fuerza solo era cosa de hombres.

Al mismo tiempo, prácticas como la meditación o los masajes relajantes viven un auge que refleja una transformación más profunda: el bienestar ya no se persigue por estética, sino por salud. Cada vez hay más consciencia de que hay que cuidarse, tanto física como mentalmente.

El bienestar se redefine como un espacio propio, una inversión consciente que se traduce en cifras: las que se cuidan llegan a destinar entre 1.500 y 4.000 euros anuales a su autocuidado, y lo hacen con convicción. No buscan la perfección, sino el equilibrio; tampoco resultados inmediatos, sino un resultado duradero.

Mujeres entrenando en Solid Studio Chamberí.

Mujeres entrenando en Solid Studio Chamberí. Cedida

El llamado wellness economy, que abarca desde gimnasios y alimentación saludable hasta terapias alternativas y viajes de relax, mueve más de 5,6 billones de dólares a nivel mundial, según el Global Wellness Institute. España se sitúa entre los 10 países europeos con mayor crecimiento del sector, impulsado por un público joven, urbano y con interés en la salud mental. Pero, ¿cuánto invertimos realmente estar bien?

Según datos del VII Estudio de Salud y estilo de vida de Aegon, correspondientes a 2024, la cantidad más habitual que destinan los encuestados a cuidado personal (cosméticos, peluquería y tratamientos estéticos), salud (seguros, visitas, vitaminas y medicamentos) y fitness (gimnasio y ropa para hacer deporte) suele estar por debajo de los 50 euros mensuales. Analizando con más detalle, un 58,2% invierte hasta 50 euros en cuidado personal, un 50,4% lo mismo en salud, y en el caso del fitness el 36,1% de la muestra lo dedica al deporte.

Por edades, entre los 26 y los 40 años hay más personas que no gastan nada en cuidados físicos (11,4%) y destaca que entre los más jóvenes está el grupo más numeroso con una inversión superior a los 200 euros mensuales para cuidar su aspecto. Y en cuanto al dinero que se emplea en el deporte, los hombres aventajan a las mujeres en casi 10 puntos porcentuales, un 58,3% invierte mensualmente en esto frente al 48,5% de las mujeres.

Sin embargo, en los últimos años, el gasto femenino crece más rápido. Entre 2020 y 2024, aumentó más de un 30%, impulsado por la expansión del fitness, running y wellness. En su caso, también aumenta la inversión en ropa técnica y sostenible, especialmente entre las mujeres más jóvenes.

Bienestar físico: prácticas y gasto

La práctica deportiva se mantiene como uno de los pilares del bienestar, especialmente entre ellas. Lo corrobora Inma Blanquet, directora de Assari un Health & Wellness Clinic, donde cuentan con una experiencia de 26 años y una amplia oferta de servicios que han ido poniendo en marcha progresivamente por las demandas de sus clientes. Van desde entrenamiento funcional, pilates, yoga, meditación, Shiatsu (práctica tradicional japonesa de terapia manual que busca restablecer el equilibrio energético del cuerpo), hasta servicios terapéuticos, como fisioterapia, reflexología, belleza facial, corporal…

Su experiencia al frente de este centro madrileño, por el que han pasado más de 20.000 personas, le permite afirmar que “cada vez hay mayor consciencia de que hay que cuidarse, tanto física como mentalmente, especialmente en mujeres a partir de los 45 o 50 años, que han dedicado sus últimos años a la crianza de sus hijos y que a partir de esa edad sienten que son ellas las que necesitan prestarse atención”.

Reconoce Blanquet que en Assari, aproximadamente el 75% de sus clientes pertenecen a este género. En cuanto al rango de edad, su clientela va desde los 30 hasta más de 85 años, pero la mayoría está entre los 35 y 65.

El porcentaje crece hasta el 80% en Solid Studio Chamberi, según confirma su manager Elena Guzmán. La empresa cuenta con tres centros en la capital donde se imparten clases de entrenamiento funcional sobre el reformer (máquina clásica del método pilates) y la esterilla con distintos elementos, como mancuernas, bandas de resistencia, pelota, etc. En su caso, la mayoría de las alumnas tienen entre 20 y 45 años.

Asegura que no buscan sólo “hacer ejercicio”, sino sentirse bien de forma integral: “Se nota el interés en temas de salud, como el descanso, hábitos saludables, nutrición y formas de reducir el estrés. Cada vez hay más conciencia sobre la importancia del bienestar integral”.

Guzmán, que también es instructora y nutricionista, explica que las que acuden a sus clases “buscan sentirse bien y fuertes, pero sin presiones estéticas. Quieren moverse con conciencia, desconectar y cuidarse desde la calma. El ambiente también importa: se valora la energía positiva, el acompañamiento y la sensación de comunidad”.

Respecto al gasto, Blanquet reconoce que, tanto hombres como mujeres están dispuestos a invertir en bienestar, pero hay diferencias en las preferencias. Ellos son más de entrenamiento funcional y ellas, aunque cada vez más buscan trabajar la fuerza, y apuestan también por el yoga, el pilates o incluso la meditación.

En Assari, cuentan con clientes ocasionales que gastan entre los 400 y 800 euros año, y habituales, que además de deporte aprovechan las sesiones de fisioterapia, masajes e incluso algún tratamiento de belleza. En este caso, su gasto anual puede ir de los 2.000 a los 4.000 euros anuales. "La gente ha tomado conciencia de la importancia que tiene para la salud el cuidado físico, y una vez que empiezan y ven los resultados, lo consideran una buena inversión”, confirman.

Asimismo, Guzmán asegura que el gasto que realizan las clientas en su centro “depende del número de clases semanales, y de si compran un pack o una membresía, pero suele ser entre 150 y 300 € al mes, es decir, entre 1.800 y 3.600 euros anuales”.

Destaca que “las mujeres ya no ven el bienestar como un lujo, sino como algo necesario a incluir en su rutina diaria. Invierten con más conciencia y buscan calidad, priorizarse, dedicarse tiempo y entender que cuando una se siente bien, todo lo demás fluye mejor. Los hombres están empezando a seguir ese camino al ver los numerosos beneficios que se obtienen al invertir en el bienestar integral”.

Si Inma Blanquet tuviera que resumir en una frase el nuevo enfoque diría que “cada vez hay más conciencia de que hay que cuidarse desde hoy para vivir mejor desde mañana”.

Por su parte, Elena Guzmán lo resume como “el nuevo bienestar femenino consiste en cuidarse sin exigirse, escuchando el cuerpo y priorizando el equilibrio por encima de la perfección”.

¿Qué lleva a las mujeres a cuidarse?

En la mayoría de los casos confluyen tres grandes motivaciones: sentirse bien, cuidar la salud y reducir el estrés. Las cuestiones estéticas cada vez son menores porque el bienestar se entiende menos como apariencia y más como equilibrio entre cuerpo y mente.

Un buen ejemplo es el de Alicia Freire, arquitecta madrileña que a sus 73 años continúa en activo. Aunque sus viajes de trabajo le impiden mantener una rutina fija, siempre reserva tiempo para entrenar fuerza, al menos dos veces por semana cuando está en Madrid. Además, practica esquí y vela de competición, deportes exigentes que, como ella misma explica, “requieren fuerza en brazos y piernas”.

Es clienta de Assari desde hace más de una década. Comenzó con sesiones de Shiatsu, “que entonces era una novedad en España”, y con los años ha incorporado yoga, pilates, mindfulness, fitness, fisioterapia y tratamientos faciales y corporales. “Necesitamos mantener la fuerza y mejorar el equilibrio que vamos perdiendo con la edad. El deporte, unido a una dieta equilibrada, es fundamental para envejecer mejor”, afirma.

Para ella, cuidarse no es un gasto (y no lo contabiliza) sino una inversión: “Tengo buena genética, pero hay una parte de la salud que depende de uno mismo, y esa está en nuestras manos”.

Opina lo mismo Sara Sáenz, funcionaria abulense de 53 años, que lleva más de 15 años practicando ejercicio de forma regular y reconoce que su salud física y mental han mejorado notablemente en este tiempo.

Dedica unas ocho horas semanales al running, pilates y entrenamiento funcional, y cuando puede, suma bici o partidos de pádel. Entre clases y equipamiento, su gasto anual ronda los 1.500 euros, una cifra que asume “encantada, porque me hace sentir más fuerte y con más energía”.

Cristina Rodríguez, de 30 años y consultora de profesión, es habitual de Solid Studio, empezó “por cuidar mi postura y aliviar el dolor de espalda por estar tantas horas sentada, pero ahora lo hago por cómo me hace sentir. Después de cada clase salgo más relajada, con más energía y mucho mejor humor”.

Practica deporte una media de tres veces por semana, y asegura que, entre clases, sesiones de fisioterapia y cuidados básicos (como suplementos) gasta unos 1.500 euros al año. “Es dinero, sí, pero lo veo como una inversión en sentirme bien y evitar problemas físicos a futuro”, confiesa.

El bienestar femenino vive un momento de madurez. Ya no se trata de seguir modas ni de alcanzar una forma física concreta, sino de construir rutinas que aporten equilibrio, energía y serenidad. Porque cuidarse hoy es invertir en salud para el futuro.