Julia, en el debate de LaSexta Xplica.
Julia coge un avión todos los días para ir a trabajar: "Me sale más barato que pagar 500 € por una habitación"
La joven trabaja en un hotel y durante los meses que abre, le sale mucho más rentable pagar un billete de avión que una habitación en Mallorca.
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Cada vez más personas en España tienen dificultad para acceder a una vivienda digna. La escasez de oferta, la poca disponibilidad de viviendas amplias y en buen estado y, sobre todo, el aumento desmesurado de precios (tanto de compra como de alquiler) hacen que un 66% de la población haya declarado que no puede permitirse comprar la vivienda donde vive.
Según un informe de fotocasa, el coste medio de una habitación en España es de 520 euros al mes, con un precio que puede variar significativamente según la ciudad y la comunidad autónoma. En Barcelona, por ejemplo, la cifra ascendería hasta los 638 euros.
Esta circunstancia ha obligado a miles de españoles a tomar medidas más allá de compartir piso. Algunas de ellas parecen, incluso, extremas. Como es el caso de Julia Sintes, quien ha confesado en un debate de LaSexta Xplica que coge un avión todos los días para ir a trabajar porque esa acción "le sale más barato que alquilar".
La rutina de Julia
Cada madrugada, Julia Sintes prepara su mochila y se dirige al aeropuerto. Su jornada laboral empieza en Palma de Mallorca, pero su hogar está a más de 130 kilómetros de distancia, en la isla vecina de Menorca.
Para llegar a su puesto de trabajo, coge un avión cada mañana y, cuando termina su jornada, coge otro. Una rutina aérea que, paradójicamente, le resulta más asequible que alquilar una habitación en la ciudad donde trabaja.
"La vivienda es un derecho y está amparada en la Constitución", recuerda la joven en el debate, donde también insiste en que "todo el mundo debería tener derecho a ella, tenga los recursos que tenga".
La historia de Julia no es única, sino que el acceso a la vivienda es un problema que cada vez afecta a más personas en las Islas Baleares. En su caso, la imposibilidad de encontrar un alquiler asequible le ha empujado a esta decisión.
"Una simple habitación en Mallorca me cuesta 500 euros, sin tener en cuenta finanza y aval", asegura Julia. En cambio, un billete de avión, al ser residente de Islas Baleares, le sale con un 75% de descuento.
El coste del billete, sumado al transporte hasta el aeropuerto y los pequeños gastos asociados al desplazamiento, no supera lo que tendría que pagar por un alojamiento en la capital balear. Más en su caso, que como explica, trabaja en un hotel y son "unos simples meses".
Imagen de una mujer en un avión, ilustrativa.
El fenómeno no es nuevo, pero su caso lo pone de nuevo en el foco mediático. En los últimos años, los precios de la vivienda en Palma han alcanzado niveles que superan con creces los ingresos medios de muchos trabajadores.
El auge del turismo, la proliferación de alquileres vacacionales y la escasez de oferta residencial han convertido el acceso a una vivienda en una especie de privilegio para quienes tienen contratos temporales o viven con sueldos mínimos.
En total, Julia realizará unas tres horas diarias de desplazamientos entre islas, sin contar los inevitables retrasos o cancelaciones que a veces complican su regreso a casa.