Cocinar varios platos a la vez puede ser una tarea relajante.

Cocinar varios platos a la vez puede ser una tarea relajante.

Estilo de vida

Por qué cocinar para toda la semana es sano y además alimenta: el poder emocional del 'batch cooking'

Más allá de ahorrar tiempo y dinero, destinar unas horas a preparar el menú de toda la semana tiene efectos beneficiosos en tu salud mental.

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¿Batch cooking? Seguro que te suena. Es ese palabro moderno que básicamente significa cocinar un par de horas y tener la semana resuelta. Normalmente, se vende como la fórmula mágica para ahorrar tiempo y dinero. Pero entre nosotras: su verdadero poder está en la cabeza, no en el estómago.

Porque no es lo mismo abrir la nevera y encontrarte un yogur solitario y medio limón seco, que ver colores, orden y comida lista para calentar. Lo primero genera ansiedad; lo segundo te hace sentir que podrías conquistar el mundo (o al menos sobrevivir a la semana laboral sin dramas).

Cocinar como ritual (aunque lo odies)

Lo sé, lo veo a menudo en consulta: a mucha gente la cocina le da pereza. Se asocia con fregar cacharros, improvisar menús y discusiones tipo “¿qué quieres cenar? – me da igual – pues pizza otra vez”. Pero el batch cooking emocional va de montarte tu pequeño ritual de calma.

El secreto del 'batch cooking' está en el color y la variedad.

El secreto del 'batch cooking' está en el color y la variedad. iStock

Piénsalo: dos horitas el domingo, con tu música favorita, un vino (o kombucha si te apetece algo más healthy), y en vez de perder la tarde doomscrolleando en el sofá, la inviertes en hacerte la vida más fácil.

Abrir la nevera llena de tuppers listos reduce lo que se llama fatiga decisional. Para entendernos: dejas de quemar neuronas decidiendo tres veces al día qué demonios comer. A menos decisiones, más paz mental.

Y, ojo, que el orden externo influye en el interno. Igual que tener la casa recogida da sensación de calma, ver la nevera ordenadita y con tonalidades distintas te da la impresión de que tú también lo tienes todo bajo control (aunque por dentro seas un caos absoluto).

Beneficios extra que suman

  • Tiempo: cocinas una vez y listo.

  • Dinero: compras lo justo, no tiras comida, no acabas pidiendo delivery.

  • Salud: dejas de improvisar cenas de yogur o pizza congelada.

  • Estrés cero: llegas a casa, abres la nevera y magia: ¡ya está hecho!

  • El batch cooking es como ponerte un seguro antidrama semanal.

Cómo hacerlo menos aburrido

Para mí, esta rutina se convirtió en mi terapia semanal cuando entendí que era mi momento para cuidar de mí y de los míos, y cuando pedí que no se me molestara en ese tiempo, porque estaba trabajando por nuestra salud.

Además, ¿qué puede ayudar? Pon música o un pódcast guay: convierte la cocina en tu discoteca privada. Si lo prefieres, hazlo en compañía. Si crees que eso te va a estresar, entonces regálate ese tiempo de tranquilidad.

Tuppers bonitos: sí, importa. No es lo mismo bucear en tu frigorífico y ver plástico cutre que cristal con etiquetas monas. ¡Que haya colores en todas partes: verduras, salsas, especias…! Huye del menú marrón.

Ejemplo real

El batch cooking se basa en combinar bases, que juntas, se transforman en varios platos. Aquí te dejo una propuesta de menú para tener una semana decente. Con seis preparaciones tienes para mil combinaciones.

  • Bases:

    Verduras asadas (mete al horno todo lo que pilles: calabacín, pimientos, cebolla, berenjena).

    Arroz integral.

    Pollo al horno especiado (pimentón, curry, lo que quieras).

  • Salsas:

    Hummus (el clásico, que nunca falla).

    Salsa de yogur con hierbas.

    Vinagreta de mostaza y miel.

  • Y ahora la magia de las combinaciones:

    Bowl de arroz + pollo + verduras + hummus.

    Wrap de pollo + verduras + salsa de yogur.

    Ensalada templada con todo, un huevo a la plancha y vinagreta.

    Plato rápido de arroz + hummus + verduras para esos días en que no puedes ni respirar.

La parte emocional

El batch cooking es como terapia encubierta: mientras pelas zanahorias, desnudas también tus pensamientos; cuando hierves arroz, bajas revoluciones; y al etiquetar tuppers, ordenas mentalmente tus prioridades.

Vale, suena místico, pero es real: cocinar con calma baja la ansiedad. Te da sensación de control y, de paso, te recuerda que cuidarte no tiene que ser complicado.

Si eres principiante, puedes agobiarte, así que conviene empezar poco a poco. Aquí van algunos trucos para alcanzar el éxito.

  • No quieras cocinar para toda la semana a la primera. Haz dos bases y ve pillándole el truco.

  • Sé flexible: no te obsesiones si un día cenas fuera o cambias planes. Los tuppers no se ofenden (y se pueden congelar).

  • Bloquea un día fijo: domingo tarde, lunes mañana, el que te venga bien. Que sea ritual, no improvisado.

  • Reutiliza sabores: misma base, distintas especias. Así no comes lo mismo, aunque técnicamente sí.

Amiga, el batch cooking no es solo llenar recipientes, sino vaciar la cabeza de marrones. Es convertir el “no sé qué cenar” en “ya lo tengo hecho”. Es terapia gratis con resultado tangible: menos ansiedad, más calma y más salud.

Así que la próxima vez que pienses en cocinar como obligación, dale la vuelta: que tu cocina sea tu spa mental. Spoiler: funciona.