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Estilo de vida

Ni sofocos ni insomnio: los expertos en España alertan del síndrome que sufren las mujeres en la menopausia

Se trata de una condición que combina problemas venosos (fleco) con problemas óseos y articulares (artrósicos).

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El Instituto Nacional del Cáncer (NCI) define la menstruación como la época en la vida de la mujer en la que los ovarios dejan de producir hormonas y se detienen los periodos menstruales.

Aunque en la gran mayoría de los casos, la menopausia no requiera de visita médica, nuestro cuerpo comienza a vivir una serie de cambios, así como síntomas bastante molestos en algunos casos.

Mientras que los sofocos, escalofríos o los cambios de humor son fáciles de identificar, existen otros síntomas desconocidos que pueden afectar en mayor medida a las mujeres, como es el caso del síndrome fleboartrósico: la unión de las varices y los problemas óseos.

Qué es el síndrome fleboartrósico

El síndrome fleboartrósico se trata de un trastorno poco conocido que mezcla dos tipos de molestias: las que tienen que ver con la circulación de las piernas y las que afectan a las articulaciones (como las rodillas o las caderas).

Durante la menopausia, el cuerpo de la mujer experimenta una serie de cambios hormonales profundos, siendo el más destacado la disminución progresiva de los niveles de estrógenos.

Estas hormonas femeninas no solo juegan un papel crucial en la regulación del ciclo menstrual y la fertilidad, sino que también tienen una función protectora sobre el sistema vascular y el metabolismo óseo y articular.

Debido a su función, cuando los estrógenos disminuyen, es más fácil que aparezcan problemas como varices, hinchazón en las piernas, sensación de pesadez o calambres, y también dolores en las articulaciones, rigidez o dificultad para moverse bien.

Aquí es donde entra en juego el síndrome fleboartrósico. Este trastorno es, entonces, una combinación de estos dos tipos de problemas: los venosos (flebo) con los óseos y articulares (artrósicos).

Por un lado, las venas de las piernas ya no funcionan tan bien y no logran hacer que la sangre suba correctamente hacia el corazón y por otro, las articulaciones también se resienten y empiezan a doler o a perder movilidad.

Mujer tocándose la rodilla.

Mujer tocándose la rodilla. iStock.

Esto ocurre con más frecuencia en mujeres con sobrepeso o que llevan una vida muy sedentaria, ya que eso empeora tanto la circulación como la salud de las articulaciones.

Debido a la combinación de dos tipos de dolencias, con el síndrome fleboartrósico se combinan dos tipos de síntomas: dolor, pesadez y edema en las piernas, típicos de la enfermedad venosa, junto con molestias articulares, rigidez matutina y dolores de tipo artrósico, especialmente en las rodillas, caderas y tobillos.

Cómo identificar el síndrome fleboartrósico

Aunque debido a la cantidad de síntomas pueda parecer que es fácil de identificar, la realidad es que muchas veces se confunde con otras enfermedades.

Las mujeres acuden al médico por dolor de rodillas y los expertos pueden pensar que se trata de artrosis o de una hinchazón propia de la menopausia. Sin embargo, se deben tener en cuenta todos los síntomas.

Es importante observar todos los síntomas juntos, no solo los expertos, sino nosotros también como personas afectadas.

Si estamos en la menopausia, tenemos dolor en las articulaciones, pero también, problemas de circulación, puede ser motivo para acudir a consulta.

El tratamiento debe ser completo. Lo ideal es hacer una combinación de medidas, como hacer ejercicio, usar tratamientos que mejoren la circulación, cuidar el peso, y a veces también tomar medicamentos que ayuden a las articulaciones.