Carolina Hernández y su libro

Carolina Hernández y su libro Cedida

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El viaje desde el diagnóstico de cáncer, hasta la recuperación del bienestar perdido

Carolina Hernández
Publicada

El diagnóstico de cáncer de mama me encuentra con 45 años, con una vida que me parecía inagotable y que dilapidaba como si fuera eterna. Me hallaba plenamente adaptada a esa trepidante velocidad, dando respuesta a mis diferentes roles en lo que yo evaluaba como eficiente.

El éxito lo marcaban agendas apretadas de tareas profesionales, sociales y familiares con cuatro hijos donde los imprevistos suponían un drama.

La enfermedad me sorprende en esa rueda del hámster donde la inercia consume los días, haciendo múltiples tareas que ya ni recordamos cuando nos parecieron nuestra mejor opción para vivir.

Ahora tocaba mantener un cierto equilibrio para minimizar el gran e inevitable impacto familiar que produce toda la incertidumbre que se nos venía encima.

Este frenazo en seco me sacó de la rueda súbitamente y entendí ese mismo día que empezaba un nuevo camino. Ya intuía que otra manera de vivir era la posible y que a partir de ahora la productividad dejaba de tener ningún sentido.

Aquí empieza esta historia, que es la mía. Pero todas tienen un comienzo que cada una podemos reconocer. Y el mío me encontró paleando a mar abierto sin rumbo.

Siempre imaginé lo que debía ser la vida y cómo vivirla, pero ahora daría paso a interiorizar que la vida es una. Y como el náufrago que llega a tierra, empecé una vida de cero, en la que todo sería cuestionado en este nuevo viaje.

La única certeza era que en cualquier momento me podía morir, esta nueva visión del mundo marcó la búsqueda de la vida que quería.

Recuperé esa velocidad que somos capaces de sentir, escuchar, mirar a los ojos, disfrutar, admirar e incluso descubrir. Donde la intuición, la genuinidad, la curiosidad y la creatividad afloran para marcar el camino, anteponiendo a los demás.

También quería dar visibilidad a mi experiencia desde que supe la noticia, hasta recuperar el bienestar integral, donde se hace inevitable coger las riendas de tu recuperación. Que no significa solo estar libre del tumor, sino lograr la plenitud física, emocional, psicológica y social.

Esta experiencia me provocará una revisión de todas las creencias, los valores, las necesidades que van a cambiar o ser cuestionadas, desestabilizando mis pilares.

De aquí surgirán las reflexiones de temas universales que han sido dinamitados y cuya reestructuración será necesaria para comenzar esta nueva etapa.

Comienza un periodo con una visión de la vida muy distinta en el que tenía el tiempo por “castigo” y así empecé a disfrutarlo como el regalo de esta enfermedad. Lo que después se ha convertido en el gran lujo a mi alcance, atesorar tiempo a la vez que mis necesidades materiales disminuyen en sintonía.

Surgen algunas reflexiones acerca del control, la libertad, la tiranía de la felicidad, el desasosiego de vivir acelerado y los diferentes roles y su impacto. Se acentúa en mí la defensa de la importancia de un enfoque holístico de la salud que tenga en cuenta los planos emocional, mental, social y espiritual.

Y la necesidad de un estilo de vida saludable como herramienta clave para prevenir enfermedades, mejorar la calidad de vida y facilitar la recuperación tras un diagnóstico. Así comienza el libro, con un camino en el que pedir ayuda sería el primer síntoma de la resiliencia, desmarcándome del “yo puedo con todo”.

Esto me mostrará a la compasión, el perdón y el agradecimiento como los valores más poderosos para salir airoso de este avatar. Con los menos estragos personales y familiares después de esta experiencia que ya intuía que sería de las más duras por las que me tocaría pasar.

Tuve que tomar las riendas de mi recuperación y ponerme a trabajar en alcanzar un bienestar integral, superando la calidad de vida que teníamos antes de la enfermedad. ¿Qué hubiera sido de Hércules sin el León, la hidra y el resto de los peligros? ¿Qué hubiera hecho en ausencia de esos desafíos?

Descubrirás que a veces es necesario atravesar el dolor para encontrarte contigo mismo y comenzar una etapa donde entenderte mejor a ti, a los demás y al mundo.

La enfermedad te va a traer la oportunidad de rehacer tu vida y convertirte en la mujer que quieres ser y comenzar una nueva relación con tu entorno.