Mujer aplicándose colorete.

Mujer aplicándose colorete. iStock

Belleza

Marta Arce, maquilladora, alto y claro: "Los coloretes oscuros lo único que consiguen es sumar años al instante"

Como afirma la experta, un maquillaje bonito es el que deja respirar la piel y potenciar lo mejor de ti, sin cubrir ni recargar.

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Cuando llega el verano, muchas aprovechamos para renovar nuestro neceser, probar nuevos tonos de labial o sacar del cajón esos coloretes intensos que prometen resaltar el bronceado. Pero mucho cuidado con este básico tan utilizado a nivel mundial, porque puede convertirse en tu peor enemigo.

La maquilladora Marta Arce, codirectora creativa de la firma U/1ST, avisa que este gesto tan común, como es aplicar coloretes muy oscuros, no solo no favorece, sino que puede hacernos parecer mayores al instante. "Restan frescura, endurecen los rasgos y envejecen el rostro", advierte con claridad.

Y no es el único error que cometemos en verano cuando se trata de maquillarnos. En esta época del año, las altas temperaturas, el sudor, la exposición al sol y los cambios en la rutina requieren que adaptemos no solo nuestra piel, sino también nuestros hábitos de maquillaje. Marta Arce lo deja claro: "El maquillaje debe evolucionar con las estaciones, y el verano pide ligereza, naturalidad y equilibrio".

Colorete oscuro y exceso de producto

Una piel radiante, luminosa y natural es el objetivo del maquillaje estival. Sin embargo, muchas mujeres, en su afán por lograr ese ansiado efecto "bronceado saludable", acaban aplicando productos demasiado oscuros, sobre todo en los coloretes.

"Elegir tonos muy oscuros en verano, especialmente en mejillas, endurece el rostro y marca el contraste con el cuerpo, que muchas veces no está tan bronceado como pensamos", explica Arce. El resultado es un efecto que nos suma años, apaga la expresión y rompe con la armonía facial.

Además, el abuso de producto en verano solo empeora la situación. "Muchas personas aplican demasiada base o polvos compactos para tapar imperfecciones o brillos, pero esto acaba cuarteando la piel y genera un efecto máscara nada favorecedor", señala. La clave, según la experta, está en simplificar: menos es más.

Cuidado con los brillos

Otro error muy habitual es confundir el famoso glow con el sudor. "Los acabados excesivamente brillantes pueden jugar en tu contra si no se usan correctamente", advierte Arce. El verano invita a jugar con la luz natural, pero sin pasarse.

"Un iluminador mal colocado o un producto graso puede hacer que el rostro parezca más graso o sucio, no más joven". Por eso, Marta recomienda usar productos con acabados satinados y ligeros, que aporten luz sin recargar. "El equilibrio entre frescura y luminosidad es lo que da ese efecto buena cara", asegura.

Pero, si hay algo que la maquilladora repite como un mantra es que la preparación de la piel es fundamental, sobre todo en verano. Después de un día de playa, sol, cloro y sudor, la piel necesita más que nunca ser mimada antes de aplicar cualquier producto.

"Limpiar con suavidad y aplicar una buena hidratación es clave. Maquillarse sin preparar bien la piel es uno de los errores más habituales que se cometen cuando hace calor", destaca. Esto no solo ayuda a que el maquillaje quede mejor, sino también a que dure más tiempo sin moverse ni oxidarse.

Protector solar y maquillaje

Aunque cada vez somos más conscientes de la importancia de usar protector solar, Marta señala que aún cometemos fallos importantes: elegir un SPF bajo, no reaplicarlo y, sobre todo, usar productos que no funcionan bien con el maquillaje. "La textura y la absorción del protector son claves para que el maquillaje no se estropee y aguante los retoques del día", indica.

Por eso, su consejo es claro: elegir protectores solares con texturas ligeras, de rápida absorción y especialmente formulados para convivir con productos de maquillaje. Existen opciones en bruma, en stick o incluso con color que pueden facilitar la rutina sin renunciar a la protección.

La maquilladora resume en tres los productos que conviene evitar en los meses más cálidos:

  • Texturas empolvadas: tienden a cuartearse con el sudor y se mezclan mal con el SPF.
  • Acabados demasiado brillantes: pueden dar un efecto poco favorecedor.
  • Texturas cremosas no resistentes: se derriten y ensucian el rostro.

Por tanto, este verano, si quieres un look favorecedor, duradero y sin artificios, escucha el consejo de quien sabe: nada de coloretes oscuros ni excesos.