Francisco Rosero.

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Salud y Bienestar

Francisco Rosero, endocrino: "La clave para perder peso en la menopausia es dejar de comer estos tres alimentos"

Adoptar un enfoque consciente en la alimentación durante la menopausia puede marcar una gran diferencia en la calidad de vida.

Más información: Marta Marce, nutricionista: "Las dietas bajas en grasas durante la menopausia pueden generar más inflamación"

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El aumento de peso es una de las consecuencias más comunes de la menopausia. Esta etapa de la vida puede contribuir a una redistribución de la grasa corporal, acumulándose más en el abdomen, y a cambios en el metabolismo que hacen más difícil mantener el peso.

Este incremento no solo afecta la apariencia física, sino que también puede tener implicaciones en la salud metabólica y el bienestar general. La solución, para los expertos como el endocrino Francisco Rosero, es tan simple como hacer cambios en nuestro estilo de vida.

Más allá del ejercicio y la gestión del estrés, la alimentación juega un papel fundamental. No solo debemos añadir ciertos nutrientes para contrarrestar los cambios corporales, sino que hay otros que se deben eliminar: el azúcar, el pan y la leche.

Los tres alimentos que debes evitar en la menopausia

La razón detrás del aumento de peso en la menopausia radica en la disminución de estrógenos, lo que provoca un cambio en la distribución de la grasa corporal y una mayor resistencia a la insulina, una hormona clave en la regulación del metabolismo y la acumulación de grasa.

Cuando los niveles de insulina en el cuerpo son elevados, se genera un almacenamiento excesivo de grasa, ya que esta hormona actúa como un potente promotor de la lipogénesis.

Regular la insulina no solo ayuda a prevenir la ganancia de peso, sino que también reduce el riesgo de padecer enfermedades metabólicas como la diabetes tipo 2 y el síndrome metabólico.

Según el endocrino Francisco Rosero, hay tres alimentos que desempeñan un papel crucial en el aumento de los niveles de insulina y, por lo tanto, en la acumulación de grasa: el azúcar, el pan y la leche.

La eliminación de estos alimentos de la dieta puede marcar una diferencia significativa en el control del peso y la salud en general.

El azúcar es el principal factor que estimula la producción de insulina en el organismo. No importa en qué forma se consuma, ya sea azúcar blanca, morena, panela o miel, su impacto en la insulina es relevante.

Es un condimento innecesario en la dieta y al eliminarlo, se logra una estabilización de los niveles de glucosa, lo que permite un mejor manejo del metabolismo y un menor almacenamiento de grasa.

El segundo alimento que se debe evitar es el pan, independientemente de su presentación. Aunque algunos tipos puedan parecer más saludables por contener semillas o fibra, siguen siendo una fuente predominante de carbohidratos simples.

Estos carbohidratos generan picos de insulina en el organismo, promoviendo la acumulación de grasa en el área abdominal.

Por último, la leche es otro alimento que es recomendable evitar en esta etapa de la vida. Muchas personas asocian la leche con una fuente indispensable de calcio, pero existen muchas otras alternativas para obtener este mineral sin comprometer la salud metabólica.

La leche contiene lactosa y galactosa, dos azúcares que impactan negativamente la insulina y pueden dificultar la pérdida de peso.

En lugar de consumirla, se pueden incorporar a la dieta alimentos ricos en calcio como las almendras, el brócoli, las espinacas o el salmón.