María Patiño (53 años) y su cambio físico: el antes y después de una de las presentadoras más queridas de la televisión

María Patiño (53 años) y su cambio físico: el antes y después de una de las presentadoras más queridas de la televisión

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María Patiño (53 años) y su cambio físico: el antes y después de una de las presentadoras más queridas

La presentadora es el claro ejemplo de que la medicina estética puede ser una apuesta personal por cuidarse y empoderarse, lejos de estereotipos.

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Puedes estar totalmente en contra, absolutamente a favor o, simplemente, optar por la alternativa de dejar que cada cual opte por la manera que considere oportuna para verse mejor físicamente y, por ende, psicológicamente. Pero los retoques estéticos ya forman parte de la sociedad actual.

Estos no ofrecen alternativas: la medicina estética llegó hace unos años a nuestras vidas para quedarse. Cada día son más las personas que deciden acudir a especialistas estéticos para corregir imperfecciones o resaltar puntos fuertes.

María Patiño, una de las presentadoras más icónicas de la televisión española, suele ser noticia por sus intervenciones en la pantalla que, por lo general, no dejan indiferente a nadie. Pero también su drástico cambio de imagen desde que comenzara su carrera mediática no ha pasado desapercibido.

Ella misma no duda en publicar en sus redes sociales los diferentes tratamientos estéticos a los que se somete. La profesional siempre se rodea de grandes profesionales que la aconsejan cómo lucir siempre joven, fiel a su estilo.

Uno de los últimos, fue con motivo del estreno del reality que grabó junto a sus compañeros del programa Sálvame para Netflix, la periodista ha reaparecido con un rostro visiblemente renovado. Pero, ¿qué se ha hecho la presentadora exactamente?

El 'retoquito' más popular entre las famosas

Antes de que su nuevo proyecto viera la luz en la plataforma de streaming, María Patiño se pasó por su clínica de confianza, las conocidas Clínicas Diego de León, para someterse a un tratamiento de "luminosidad extrema".

Según explicó el propio centro en redes sociales, se trata de un protocolo basado en las vitaminas más utilizadas en medicina estética para aportar hidratación profunda, reafirmar la piel y devolver al rostro esa jugosidad que tanto se persigue a partir de cierta edad.

Pero eso no fue todo. La presentadora también apostó por una definición sutil de la mandíbula gracias a la aplicación de ácido hialurónico en puntos estratégicos del óvalo facial.

Fue así como consiguió un rostro más estilizado y rejuvenecido en menos de 10 minutos. Porque sí, hoy en día los tratamientos exprés con efectos inmediatos son la norma entre las celebrities y Patiño lo sabe bien.

Rellenos, armonización y una evolución natural

Según el doctor Alberto Morano, experto en medicina estética y director de la Clínica Morano (grupo Clínica Tufet), el cambio en María Patiño ha sido "meditado, progresivo y con mucho criterio".

Uno de los secretos de su nueva imagen reside en los rellenos con ácido hialurónico aplicados en zonas como los pómulos y los surcos nasogenianos.

Este tratamiento, que cada vez gana más adeptos por su capacidad para rejuvenecer sin cirugía, ha permitido recuperar volumen perdido con el paso del tiempo y mejorar la armonía facial.

Lo más destacable, según los especialistas, es que María ha sabido mantener su esencia. Lejos de una sobrecorrección que borre su personalidad, los retoques han respetado su expresividad y carácter, dos de sus principales señas de identidad. Una armonización bien ejecutada que da como resultado una imagen más fresca, sin caer en lo artificial.

Los labios de María Patiño

Aunque la periodista nunca lo ha confirmado abiertamente, son muchos los que señalan un posible aumento de volumen en sus labios.

Más perfilados, definidos y jugosos que años atrás, los expertos en estética lo relacionan con técnicas de hidratación labial que no alteran la proporción natural. Una tendencia en auge entre quienes quieren mejorar su sonrisa sin renunciar a un acabado natural y discreto.

El Dr. Morano apunta que "la definición del tercio inferior del rostro, con una mandíbula más marcada y labios con mayor turgencia, ha sido clave en su cambio estético global", según declaraba en la revista Semana.

La transformación de su cuerpo

La evolución de María Patiño no se limita al rostro. La periodista ha trabajado en su imagen de forma integral, combinando dieta saludable, ejercicio físico y tratamientos corporales. Según expertos, sus retoques han incluido procedimientos no invasivos que ayudan a tonificar la musculatura y definir la silueta.

En declaraciones recientes, incluso se ha especulado con intervenciones como la dermolipectomía o la abdominoplastia, aunque siempre realizadas de manera controlada y con resultados naturales.

"La medicina estética ha potenciado su musculatura corporal y facial. Su imagen actual refleja fortaleza, equilibrio y seguridad", comenta el Dr. Morano. Y es que su transformación va más allá de lo físico: proyecta una versión más empoderada de sí misma.

La rinoplastia que todos notan

Otro de los cambios más comentados en la imagen de Patiño es su nariz. Aunque no ha confirmado una rinoplastia, quienes han seguido su carrera televisiva aseguran que su forma se ha refinado notablemente.

En palabras de los expertos en medicina estética, esta intervención habría buscado una mayor armonía con el resto de sus facciones sin borrar su expresividad natural. Un pequeño cambio que, sin embargo, marca una gran diferencia.

Además, se apunta a tratamientos con bótox en el tercio superior del rostro para suavizar arrugas y abrir la mirada. Un combo estético eficaz que, en conjunto, logra el efecto de una cara descansada, luminosa y rejuvenecida.

Una actitud sin complejos que rompe tabúes

Más allá de lo que se ha hecho (o no), lo que realmente distingue a María Patiño es su actitud. Nunca ha escondido que se ha sometido a tratamientos estéticos, y ha hablado de ellos con total naturalidad.

Algo realmente muy a valorar en una sociedad donde aún existen muchos prejuicios hacia quienes deciden retocarse. Su transparencia ha servido para normalizar el autocuidado y mostrar que sentirse bien con una misma no tiene nada de superficial.

Su caso demuestra que los retoques estéticos no tienen por qué suponer una transformación radical ni una pérdida de identidad. Al contrario, pueden ser herramientas para potenciar lo mejor de cada uno, siempre que se realicen con criterio, en manos expertas y respetando la esencia del rostro o del cuerpo.