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Belleza

La crema facial que no puede faltar en tu rutina si quieres prevenir las arrugas según una experta: "Es lo más importante"

En contra de lo que muchos creen, la protección solar es necesaria todos los días del año y no solo cuando vamos a la playa.

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En nuestra rutina de belleza, hay cosméticos que no pueden faltar. La crema hidratante, por ejemplo, hace que los niveles de agua de la piel estén equilibrados y que la barrera protectora se vea más fortalecida. Si nos ponemos un poquito más concretos, podemos hablar del contorno de ojos, el sérum, el aceite facial y, por su puesto, del maquillaje —que, además, aguantará mejor si priorizamos todo lo anterior—.

Depende de la época del año en la que nos encontremos, es cierto que la rutina puede cambiar, ampliarse o reducirse. En invierno, por ejemplo, podemos optar por cremas más hidratantes debido al frío y en verano por la crema solar con mayor protección. Sin embargo, en este último paso cometemos un error, y es que este cosmético deberíamos usarlo los 365 días del año.

El protector solar es uno de los pilares fundamentales en el cuidado de la piel y el mejor aliado en la lucha contra el envejecimiento prematuro. A pesar de su importancia, tendemos a asociar su uso únicamente a los días soleados, cuando la radiación ultravioleta parece más evidente. La realidad es que la exposición a los rayos UV ocurre durante todo el año, sin importar la estación, el clima o incluso si estamos en interiores.

La importancia de la protección solar

Es bastante habitual pensar que en invierno no se necesita protección solar. No hay prácticamente días soleados y aquellos en los que sale el sol, no molesta. Sin embargo, este es uno de los grandes errores de millones de personas. Aunque el sol no se perciba con la misma intensidad que en verano, los rayos UVA y UVB siguen atravesando las nubes y afectan la piel de la misma manera. 

Incluso en días lluviosos, la radiación ultravioleta sigue presente y puede generar alteraciones celulares que con el tiempo se traducen en signos de envejecimiento y, en el peor de los casos, en enfermedades cutáneas como el cáncer de piel. Es por ello que la aplicación diaria de protector solar es una necesidad innegociable, sin importar las condiciones climáticas, tal y como explica la experta Helena SAS.

"El protector solar es lo más importante para el antienvejecimiento", explica la experta. No es solo un producto cosmético, sino una herramienta de salud y prevención que debería formar parte de la rutina diaria de todas las personas, independientemente de su edad, tipo de piel o estilo de vida.

Utilizar protector solar todos los días contribuye a retrasar el envejecimiento de la piel. La radiación solar aumenta la degradación de colágeno y disminuye su síntesis provocando la aparición de arrugas y flacidez facial. A su vez, también produce alteraciones del melanocito que se traducen en manchas en el rostro.

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La exposición a los rayos UV no solo envejece la piel más rápido de lo que lo haría de forma natural, sino que también protege contra afecciones mucho más serias. Es un escudo esencial contra afecciones graves como el melanoma y otros tipos de cáncer de piel. La exposición prolongada y sin protección a la radiación ultravioleta puede provocar mutaciones celulares que desencadenan enfermedades cutáneas de gravedad. 

Además de su importancia, la experta trata un tema que en ocasiones pasa desapercibido: el impacto de la luz artificial en la piel. Aquellos que trabajan frente a pantallas de ordenador, teléfonos móviles o dispositivos electrónicos están expuestos a la luz azul, que también puede contribuir al daño cutáneo.

Se ha demostrado que esta luz, aunque no es tan agresiva como los rayos UV, tiene la capacidad de penetrar profundamente en la piel y favorecer la aparición de manchas, hiperpigmentación y estrés oxidativo. Además, la combinación de luz azul con la exposición solar diaria puede acelerar aún más el deterioro de la piel, afectando su calidad y acelerando el proceso de envejecimiento.

Cómo elegir el mejor protector solar

Cada piel reacciona diferente a la exposición solar, esto es debido al tipo de fototipo, que define los caracteres propios de un tipo de individuo para establecer su sensibilidad al sol. Entre estos caracteres nos encontramos la pigmentación de la piel, los ojos, el cabello, la cantidad de pecas y la capacidad para broncearse.

Existen 6 tipos de fototipos:

  • Fototipo I: personas con piel muy blanca, ojos azules y pecas. Deberán utilizar un FPS 50+, ya que este tipo de piel requiere una fotoprotección muy alta
  • Fototipo II: personas de piel clara, ojos azules o claros, y pelo rubio o pelirrojo. El FPS variará entre 40 y 50, deben utilizar una protección alta.
  • Fototipo III: personas cuya piel es blanca, ojos y pelo claros. El FPS deberá ser como mínimo entre 30 y 40, ya que este tipo de pieles tienden a quemarse con facilidad.
  • Fototipo IV: personas con piel, ojos y pelo marrones. Este tipo de piel se quema moderadamente y se pigmenta con facilidad. Su FPS podría ser de 30 o superior.
  • Fototipo V y VI: Personas con piel, ojos y pelo oscuros. Alcanzan el bronceado con mayor facilidad, pero deben de protegerse del sol igualmente, por lo que mínimo tendrán que utilizar un FPS 30, ya que por debajo de 30 no se recomienda su utilización.

También hay que tener en cuenta otros factores individuales como la edad, si estás embarazada o con algún tratamiento médico. Además, hay que tener en cuenta la hora del día y la estación del año.

En las horas centrales del día (entre las 12 y las 16 h), debemos reforzar la fotoprotección, ya que las radiaciones solares son más fuertes. Además de utilizar una crema que contenga FPS 50+, se recomienda utilizar gafas de sol, sombreros o sombrillas.