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Un 76% pide más educación frente a la violencia de género y un 51% considera inútiles las campañas del ministerio

La ciudadanía expresa su preocupación ante esta lacra social y cree de forma más firme en la prevención que en la intervención.

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El próximo 25 de noviembre es el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. De acuerdo a los datos del Servicio de Estadística para el Observatorio contra la Violencia Doméstica del Consejo General del Poder Judicial, en 2024 se registraron 199.094 denuncias por violencia de género en el país.

Por otro lado, según las informaciones del Ministerio de Igualdad, a fecha de publicación de este artículo, en lo que va de año, 38 mujeres han sido asesinadas por esta causa.

En este contexto, SocioMétrica ha elaborado una encuesta abordando diferentes preguntas relacionadas con esta lacra social para EL ESPAÑOL | Magas.

El cuestionario dibuja un panorama claro: la ciudadanía percibe este problema como una realidad estructural, profundamente enraizada y que exige respuestas sostenidas en el tiempo.

La educación como clave

Los datos apuntan a un consenso mayoritario en torno a la necesidad de actuar desde la base del sistema educativo. El 75,8% de la población considera que este plano es la herramienta más eficaz para frenar la violencia.

Además, uno de los detalles más interesantes que refleja esta cifra es el hecho de que el porcentaje que apuntan hombres y mujeres es muy similar, 75,2% ellos y 76,5% ellas. Por otro lado, también hay consenso entre todos los grupos de edad, que se clasifican en tres franjas: 17-35 años (69,7%); 36-59 años (74,9%); y 60-100 (80,9%).

Esta estadística es una señal inequívoca de que el debate social se centra en la prevención y en el cambio cultural. Es decir, la intención es actuar antes de que el daño aparezca.

¿Qué revela esta información que se extrae del estudio de SocioMétrica?

  • La sociedad identifica el problema como estructural, no puntual.
  • Hay conciencia de que la violencia se aprende y, por tanto, puede desaprenderse.
  • Existe una demanda de intervenciones preventivas, no solo reactivas.

En cuanto a esto, el hecho de que la población se posicione de esta forma sobre la cuestión educativa tiene múltiples lecturas de acuerdo a Lara Ferreiro, psicóloga especialista en adicción emocional, autoestima, pareja y desarrollo personal para la mujer.

En primer lugar, menciona el reconocimiento de que la violencia de género es un fenómeno aprendido: "Están expresando que es algo que se construye a partir de creencias, estereotipos y roles de género transmitidos desde la infancia".

También aborda el hecho de que se deposita más confianza en la prevención que en la intervención. "La escuela permite trabajar habilidades socioemocionales, resolución pacífica de conflictos, detección temprana de señales de control y promover relaciones igualitarias antes de que los patrones tóxicos se arraiguen", comenta Ferreiro.

En esto coincide el sociólogo y politólogo Javier Santoro: "La educación aparece como el eje más robusto y menos polarizado para la intervención pública".

Igualmente, la profesional de la psicología expresa que este alto porcentaje refleja un deseo de transformación generacional profunda.

La última lectura que menciona es la de la validación social de la educación emocional y es que "cada vez más personas entienden la importancia de que trabajar el consentimiento, los límites, la autoestima, la mentalización o la empatía no es un adoctrinamiento".

En este punto, las declaraciones de Lara Ferreiro entroncan con las que trasladan a este medio desde AFAVIR (Asociación de Ayuda a Familiares y Víctimas Rocío López Agredano). Esta entidad nació de la mano del matrimonio formado por Félix y Lucila, padres de Rocío López Agredano, víctima de violencia de género que fue asesinada por su expareja en 2008 con 25 años.

"Para nosotros un tema fundamental ha sido la educación. Fue lo que le trasladamos al secretario de Justicia bajo la cartera ministerial de Alberto Ruiz-Gallardón. Pedíamos que hubiese una asignatura obligatoria de igualdad y de convivencia. ", comenta Félix López.

La propia pareja se ha encargado durante años de dar charlas sobre esta lacra social en centros escolares. "En la última, los profesores nos advirtieron de que los alumnos eran un poco revoltosos. Pero nadie se movió del sitio. Al final algunos terminaron con lágrimas", dicen.

Llama la atención que los mayores de 60 años son quienes más apoyan la educación escolar (80,9%).

El fallido sistema VioGen

En este mismo apartado también se hace referencia a la percepción social sobre la necesidad de mejorar el sistema VioGen (35,5%), las conocidas como pulseras antimaltrato. En este sentido, la diferencia de valoración sobre este detalle sí resulta más honda entre hombres y mujeres. Ellos lo valoran con un 31,1% y ellas casi con 10 puntos más, con un 40,2%.

Hace algo menos de dos semanas, el Sistema de Seguimiento Integral en los casos de Violencia de Género volvió a dar errores. Un servidor falló y las geolocalizaciones de los agresores se trasladaron de manera indebida durante casi 12 horas, provocando una desprotección en las afectadas.

"Por desgracia, las mujeres son, estadísticamente, quienes más sufren violencia, lo que hace que tengan una experiencia mucho más cercana del problema me lo han verbalizado víctimas en terapia—", comenta Ferreiro, que además añade que los hombres rara vez perciben algo así como una amenaza real.

"La socialización femenina incorpora una alerta constante ante el peligro, mientras que la masculina tiende a normalizar la sensación de seguridad en el espacio público. Este estado emocional hace que perciban como imprescindible disponer de un sistema de protección más eficaz", detalla.

Igualmente, destaca el hecho de que muchas mujeres han escuchado o compartido experiencias sobre denuncias que no prosperaron, órdenes de protección que no se aplicaron, víctimas no atendidas a tiempo o dificultades dentro del proceso judicial. "También conocen casos en los que no hubo un seguimiento adecuado del agresor. Esta memoria colectiva de fallos hace que identifiquen con mayor claridad la necesidad de reforzar y mejorar VioGen", señala la experta.

Sensibilidad institucional

Por otro lado, uno de los datos más llamativos es la desconfianza generalizada hacia determinadas acciones institucionales.

Ante la pregunta ‘¿Son útiles las campañas públicas para luchar contra la violencia de género?’, un 51% de los encuestados ha respondido que no. El porcentaje de hombres que ha dado esta negativa es del 49,8% y de mujeres el 52,3%.

Este dato resulta especialmente relevante, dado que implica que la mayoría de la ciudadanía duda de la practicidad de las campañas del Ministerio de Igualdad o de su capacidad para generar cambios reales en el comportamiento social.

La brecha pone en evidencia la necesidad de repensar el contenido, el tono y el enfoque de estas iniciativas, buscando formatos que conecten mejor con las nuevas realidades.

Sobre esto se pronuncia Moisés Ruiz, el experto en liderazgo político de la Universidad Europea: "La sociedad está muy polarizada y los dirigentes políticos ahora mismo están en descrédito, especialmente aquellos que gobiernan. Por lo tanto, todo lo que impulsa el organismo central se recibe con rechazo por parte de la población".

Esto que relata el profesional se agudiza, según su apreciación, con aquellas acciones provenientes del Ministerio de Igualdad por dos razones: "En primer lugar, las suelen considerar demasiado caras. Y, por otro lado, sienten que son propuestas demasiado ideologizadas".

En esta línea también se centra la conclusión del sociólogo y polítologo Santoro, que comenta que estas apuestas que se hacen desde el Gobierno están mediadas por claves ideológicas en lugar de por evaluaciones objetivas de su eficacia. "En este sentido, el desencanto refleja un desgaste del enfoque comunicativo institucional y la demanda de estrategias evaluables, diversificadas y menos politizadas", explica.

Félix y Lucila, por su parte, aluden al hecho de la falta de verdad. Consideran que lo que conecta a la gente con la realidad son los casos que también habitan en este plano, como el de ellos, como el de Rocío.

El experto en liderazgo político destaca que, desde su visión, sería interesante, para darle la vuelta a estos resultados y que las campañas tengan mayor impacto en la población, contar con perfiles con gran aceptación social y no con un profundo sentido ideológico.

Respecto a este revés que recibe las acciones institucionales, la psicóloga Lara Ferreiro destaca que también es sinónimo de "una percepción generalizada de desgaste y falta de impacto real. Muchos sienten que estos mensajes se han repetido durante años con formatos similares, lo que genera saturación y reduce la capacidad de creer en ellos".

Por otro lado, también hace alusión a la existente desconexión entre el contenido y la complejidad de la violencia que la ciudadanía observa en su día a día. "Los anuncios suelen mostrar situaciones simplificadas que no recogen la diversidad de las situaciones ni los fallos del sistema que la sociedad conoce a través de casos reales", idea que enlaza con la que expresan Félix y Lucila.

"A esto se suma una desconfianza creciente hacia las instituciones. Cuando no se perciben resultados visibles o sigue viendo casos graves de violencia, interpreta que las campañas no funcionan, aunque su efecto preventivo sea más lento y estructural", determina la profesional.

En conjunto, la encuesta dibuja un país que reconoce la gravedad del problema y que demanda soluciones estructurales, pedagógicas y comunitarias. Un país que sabe qué necesita, pero que aún debate cómo hacerlo posible.

Ficha técnica

Se han realizado 1.500 encuestas a españoles con derecho a voto, sistema CAWI-Panel entre los días 15 a 18 de noviembre de 2025. La muestra se ha equilibrado en fases sucesivas mediante cuotas de sexo, edad, provincia, y recuerdo de voto. El ajuste de la convergencia por interacción para el total nacional es del 97% (no procede error muestral por tratarse de un muestreo no probabilístico). El estudio ha sido realizado por la empresa SocioMétrica, miembro de I+A y dirigida por Gonzalo Adán, doctor en Psicología Social y DEA en metodología de las ciencias del comportamiento. Los microdatos estarán disponibles a partir del sábado 22 en las páginas del periódico.