Podría decirse que, durante la gestación, nuestro corazón está sometido al equivalente a una "prueba de esfuerzo", como la que solicitan algunos médicos con fines diagnósticos y que pueden desenmascarar diferentes trastornos metabólicos o vasculares latentes.

El trabajo de parto y el parto también aumentan el esfuerzo que debe realizar el corazón. Durante el trabajo de parto, especialmente al pujar, sentirás cambios abruptos en el flujo sanguíneo y en la presión, y pasarán varias semanas después del parto hasta que la sobrecarga ejercida sobre el corazón vuelva a los niveles anteriores al embarazo.

En la actualidad, la enfermedad cardiovascular es la primera causa de muerte entre las mujeres gestantes y puérperas de países desarrollados. Por ejemplo, en Estados unidos se producen 4,23 muertes por complicaciones cardíacas por cada 100.000 nacidos vivos, representado el 26,5 % de las muertes totales relacionadas con el embarazo.

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Esto se debe principalmente a las siguientes razones:

  • En primer lugar, al aumento en el número de embarazos en mujeres menores de 35 años. Últimamente, las mujeres retrasamos cada vez la maternidad por motivos económicos, laborales y, en algunos casos, para mantener determinados estilos de vida. Hoy en día, está descrito que un embarazo a partir de los 40 años aumenta el riesgo de enfermedad cardiovascular hasta 30 veces más que en una mujer de menor edad.

  • En segundo lugar, al incremento de los factores de riesgo (obesidad, falta de actividad física, diabetes, hipertensión arterial crónica, tabaquismo, historia de quimioterapia, etc.), que han producido una mayor cantidad de embarazos que cursan con hipertensión arterial, parto pretérmino, abortos espontáneos o diabetes gestacional.

  • En tercer lugar, los avances médicos y tecnológicos en todo lo que respecta a la reproducción asistida han hecho posibles embarazos en muchas mujeres con enfermedades crónicas que les habrían impedido ser madres de otra manera.

  • Por último, las mejorías en las técnicas y correcciones quirúrgicas de aquellas mujeres con cardiopatías congénitas han hecho posible que un mayor número de pacientes en edad fértil puedan quedar embarazadas, precipitando en algunos casos complicaciones cardiológicas debido al aumento del trabajo cardíaco y a los cambios que se producen con la gestación.

Es por esto por lo que, en los últimos años, se han creado equipos médicos de diferentes especialidades, tales como ginecología, cardiología, neonatología y anestesia, entre otras, para poder abordar y manejar las posibles complicaciones de estas mujeres gestantes.

¿Cuándo debería visitar al especialista en cardiología?

¿Cuándo debería visitar al especialista en cardiología?

Se recomienda visitar y tener seguimiento cardiológico en caso de tener diagnóstico de alguna patología cardíaca previa al embarazo actual, tal como hipertensión arterial, embarazos previos con preeclampsia o eclampsia, valvulopatías, arritmias o cardiopatías congénitas.

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Además, cada obstetra recomendará al menos una evaluación cardiológica siempre que lo considere necesario. Eso puede justificarse en la edad de la madre mayor de 35 años, en un diagnóstico de hipertensión gestacional, preeclampsia o síntomas que podrían corresponder a una afección cardíaca, como síncopes, falta de aire, palpitaciones o taquicardias. Dicha prueba, siempre que sea precisa, puede disminuir las posibles complicaciones durante el embarazo y el parto.

En la consulta cardiológica se controlará la presión arterial, se realizará un electrocardiograma y en la mayoría de los casos también un ecocardiograma, ya que es una prueba no invasiva que no daña al bebe y aporta información valiosa acerca de cómo está funcionando el corazón de cada embarazada.

¿Cómo puedo prevenir complicaciones?

  • Asiste a las visitas prenatales con tu ginecólogo o ginecóloga.

  • Toma tus medicamentos según las indicaciones.

  • Controla tu peso. Aumentar la cantidad adecuada de peso contribuye al crecimiento y desarrollo del bebé, pero una ganancia excesiva de peso genera un esfuerzo adicional al corazón.

  • Ten un estilo de vida saludable. Evita fumar y consumir alcohol, cafeína en exceso y drogas ilegales. Trata de realizar actividad física regular, siempre que no esté contraindicado por tu médico.

¿Qué signos y síntomas debería informarle a mi ginecólogo?

  • Hipertensión arterial: presión mayor o igual a 140/90 mmHg.

  • Dificultades para respirar.

  • Falta de aliento al realizar esfuerzos o en reposo.

  • Palpitaciones cardíacas, frecuencia cardíaca rápida o pulso irregular.

  • Dolor en el pecho.

  • Mareos o pérdida de la conciencia: síncope.

  • Tos con sangre o tos por la noche al acostarse.

Por la Dra. Antonela Costa Varsi, cardióloga clínica del Instituto del Corazón Quirónsalud Teknon.