Te levantas con sensación de náuseas, dolor de cabeza, te encuentras cansada… ¡ya está! "¡Seguro que estoy embarazada!" te repites una y otra vez. No debes obsesionarte, el estrés no ayuda a la hora de concebir una vida. Lo mejor, si piensas que podrías estar embarazada es realizarte un test de embarazo y salir de dudas.

Enhorabuena, el test ha dado positivo. ¡Estás embarazada!

Semana 1 de embarazo: qué se siente

Esta primera semana de embarazo realmente no cuenta dentro del proceso, es el punto de partida y se ha puesto en marcha tu cuerpo, pero aún no se ha producido la gestación.

Tendremos el periodo y tomaremos el primer día de esta regla como fecha de comienzo oficial del embarazo, a partir de ahí será cuando contemos 40 semanas. El sangrado vaginal se produce porque el endometrio está preparando el espacio para alojar al óvulo fecundado, pero como este no ha llegado aún, la membrana se desprende y da lugar a la menstruación.

Al finalizar esta menstruación, comienza la cuenta atrás y será ahí cuando empecemos a sentir nuestro cuerpo algo extraño. Sin embargo, los cambios son tan leves que te costará notarlos mínimamente.

Síntomas de embarazo: primera semana

El embrión aún no ha comenzado a formarse, pero tu cuerpo ya está preparándose para alojar y alimentar a un bebé. Lo primero que sentirás, debido a la alteración de tus hormonas, son alteraciones en tu estado emocional que pueden provocar cambios bruscos de actitud. Luego existen otros síntomas más claros como, levantarte con ganas de vomitar o náuseas, puede que notes que tus pechos aumentan su tamaño considerablemente.

También sentirás ganas de orinar, mucho más a menudo que de costumbre, ya que el útero está creciendo y presionando tu vejiga. Sentirás también los olores más intensos, puede que te apetezcan alimentos específicos a deshora y tendrás presión en la pelvis o en la cadera como cuando estás en tus días del mes.

Cómo es el bebé en esta semana

El feto aún no se ha formado, de hecho, no comienza la gestación hasta dentro de dos semanas, pero voy a contarte en el proceso en el que está tu futuro bebé. Un día después de haber sido fecundado, tu óvulo se ha dividido para formar lo que se denomina con el nombre de célula embrionaria. A continuación, comienza a construirse la capa germinal con la división de estas células hasta llegar a tener más de 100 en solo cuatro días.

En el quinto, estas células se separan para determinar, por una parte, el lugar donde se alojará el feto, es decir, la placenta junto con el aro exterior. Por otra parte, se forma el aro interior, donde se establecen las células madre, que son las encargadas de crear las nuevas células que darán vida a tu embrión. En el séptimo día, el óvulo fecundado se desplaza por las trompas de Falopio y se implanta en el útero, donde va a ir creciendo hasta que llegue el momento de dar a luz.

Qué hacer cuando ya sabes que estás embarazada

Lo primero es pedirle cita a tus médicos, para que te asignen un ginecólogo cuanto antes, que siga tu embarazo en cada momento y te haga una valoración inicial. Lo segundo, aunque más importante, es cuidarse. Si ya es necesario hacerlo por ti misma, imagínate llevando una vida dentro, tu bienestar debe ser tu prioridad ahora más que nunca. ¡Así que, tómatelo muy en serio!

Es recomendable comenzar a tomar ácido fólico ya que reduce el riesgo de defectos del tubo neural. Estos defectos son los que pueden provocar alteraciones en la médula espinal o en el cerebro. Si el embarazo ha sido premeditado, lo ideal es que empieces a tomar este suplemento vitamínico, antes de nada.

El yodo, también es recomendable, ya que favorece el desarrollo cerebral de nuestro bebé. Estas vitaminas son necesarias para la producción de hormonas tiroideas. Si sufrimos de hipotiroidismo durante el embarazo, corremos un mayor riesgo de sufrir un aborto.

Qué debo comer durante el embarazo

Otro tema importante del que voy a hablarte es la alimentación. No, de la alimentación de tu futuro bebé, sino de la tuya. Seguir una dieta saludable y unos hábitos correctos es, obligatorio. Para empezar, debes evitar los productos lácteos que esté muy procesados o no pasteurizados.

En cuanto a los pescados y mariscos debemos prestar especial atención ya que determinadas especies pueden contener mercurio. Evidentemente debes olvidarte de los embutidos crudos o curados, como el jamón, el chorizo… Suelen decir que si congelas el jamón durante un par de meses, al tercero ya puedes comer ya que el riesgo consiste en evitar un parásito que provoca toxoplasmosis y que muere al estar un tiempo helado. Chicas, no os lo recomiendo, no va a pasaros nada por que estéis 9 meses sin comer embutidos.

Otra bacteria es la salmonella presente en los huevos o el pollo. Lo sé, nos estamos quedando sin alimentos, ¿de que nos vamos a alimentar? Nos quedan frutas, hortalizas, verduras, frutos secos, cereales y siempre podemos comer carne cuando esta esté bien cocinada. Por supuesto, nada de alcohol ni tabaco, esto queda estrictamente prohibido, no solo durante el embarazo, si también si tenemos pensado dar el pecho. Si eres una persona fumadora, te mostramos algunos trucos para dejar el tabaco y mejorar la calidad de vida y la de tu bebé.

¡Vive tu embarazo y disfruta de tu hijo!