Helena Palau es fotógrafa y autora del libro 'Supongamos que viajo sola'.

Helena Palau es fotógrafa y autora del libro 'Supongamos que viajo sola'.

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Helena, la fotógrafa que defiende viajar sola: "Paso más miedo yendo de noche a casa que en Hanói"

Viajar sola se convirtió en una vía de escape para Helena Palau, en el peor momento de su vida. Ahora reflexiona sobre todo lo aprendido en su libro 'Supongamos que viajo sola'.

10 noviembre, 2021 00:14

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Helena Palau (Barcelona, 1996) lleva años viajando por todo el mundo. La fotografía y viajar son sus pasiones y hace unos años le ayudaron a superar uno de los momentos más difíciles de su vida. Ha pasado por lugares tan distintos como Nueva York, Vietnam, Indonesia o Uganda, que han quedado retratados por su cámara. Estos viajes, algunos de los cuales hizo completamente sola, se convirtieron en una forma de mejorar sus aptitudes como fotógrafa, pero también de evolucionar y crecer como persona. 

En este tiempo ha mostrado sus aventuras en las redes sociales, donde acumula miles de seguidores (cuenta con más de 57.000 en Instagram) y ahora plasma lo aprendido en Supongamos que viajo sola (Arpa). La soledad, la exposición en redes sociales, el medioambiente o el feminismo son solo algunos de los temas sobre los que reflexiona en este libro que relata "una historia en la que paso de chica joven a mujer adulta". "Por el camino voy descubriendo y reflexionando sobre temas que me interesan a mí y yo creo que va a toda una generación. Es una historia de superación. Nace del peor momento de mi vida, cuando me planteo que el viajar sola puede ser una solución a mis problemas", cuenta a MagasIN.

Siguiendo la línea de sus redes sociales, el libro va acompañado de sus extraordinarias fotografías y 'tips' para viajeros y fotógrafos: desde cómo dar profundidad de campo a una imagen a consejos sobre edición, o una guía para preparar un viaje. "Es un libro con texto en el que las fotografías sirven de ilustración. Con las caras, los colores y las formas de las imágenes pretendo que los lectores y las lectoras se puedan imaginar lo que les estoy describiendo". 

La valentía

Portada de 'Supongamos que viajo sola'.

Portada de 'Supongamos que viajo sola'.

El título del libro, Supongamos que viajo sola, es un guiño a la obra Supongamos que Nueva York es una ciudad, escrita por Fran Lebowitz. "Nueva York fue además la primera ciudad a la que fui sola", apunta Helena. Sin embargo, también puede relacionarse con esa sorpresa que muchos sienten cuando una mujer decide embarcarse en un viaje en solitario. "Pensar que no deberíamos viajar solas no deja de ser un juicio de valor que nos responsabiliza de lo que nos pueda pasar y que coarta nuestra autonomía. A la vez, existe una cierta mitificación de que tenemos que ser supervalientes", expresa en su libro. Helena es consciente de que "las mujeres tenemos peligros añadidos" a los que tiene cualquier persona que viaje sola, pero asegura que eso no puede limitarte si quieres conocer mundo.

"Aunque esté sometida a potenciales peligros, no voy a dejar de viajar. Parece ser que las mujeres tenemos que ser muy valientes. Yo reflexiono mucho sobre mi nivel de valentía y me da la impresión de que estoy mucho menos segura de mí misma cuando estoy en Barcelona que cuando viajo sola. Al viajar adopto una actitud, una armadura de valentía, de seguridad, de autoestima que es necesaria para emprender un viaje en solitario. Es algo en lo que insisto mucho en el libro: que no es una asignatura que tienes que hacer sí o sí, tienes que estar preparada para viajar en general y para hacerlo sola aún más. Entonces, tengo la sensación de que tengo más miedo cuando vuelvo a mi casa de noche que cuando paseo sola por las calles de Hanói, en Vietnam. Es decir, que ya no es tanto una cosa del viaje, sino que pasamos miedo siempre, sea donde sea", afirma.

La actitud que Helena ha adoptado para superar esa inseguridad durante sus viajes es ponerse esa "coraza" y seguir el mantra: fake it until you make it (fíngelo hasta que lo hagas). "Se trata de que si estás un poco insegura, hacer ver que estás tranquila". "Una vez más, el fingir es algo que no cambia tanto de la rutina, lo que te pasa día a día, al viaje. Yo me considero bastante afortunada porque he tenido pocas experiencias desagradables, aunque sí que las he tenido. También otras en las que he tenido que hacer ver que tenía el control y otras que me han superado". 

"En el capítulo dos cuento la situación que viví en Vietnam cuando me encontré rodeada de 15 hombres que me chillaban y me gritaban cosas que no entendía. Fue un malentendido, pero yo me metí en ese lío por 20 euros que no quería pagar dos veces. Me pareció interesante contar esta historia, dejando muy claro que Vietnam es un país maravilloso, para mostrar que a veces pasan cosas que podrías evitar fácilmente. Pero otras situaciones tenían más relación, por ejemplo, con relaciones con chicos que había hecho una noche, de conocer a alguien en un bar, y de repente darme cuenta de que no me interesaba nada. Pero, una vez más, eso no es tanto del viaje, te lo puedes encontrar igual una noche en un bar en Barcelona".

La sororidad

En sus viajes, no todo ha sido "llevar una coraza". Helena también se ha dado cuenta de que estando sola puede mostrar toda su vulnerabilidad. Igual que adopta una actitud más segura, también confía más en las personas "porque es lo único que me queda". Esta vulnerabilidad le hizo descubrir "esta virtud que tenemos las mujeres de cuidarnos las unas a las otras y empatizar, protegernos. Yo creo que lo he visto mucho de viaje a pesar de las diferencias culturales, las desigualdades, las limitaciones por lengua o las diferencias de edad".

"Lo he vivido en primera persona de viaje y me ha ayudado a darme cuenta de lo potente que puede llegar a ser la sororidad. Tenemos como muy integrada esta cultura de la rivalidad, pero durante el viaje de repente esto deja de existir. No es que las personas que viajan sean mejores, pero creo que es las dinámicas que te encuentras cambian por lo que decía al principio de que sales de casa pensando que eres otra persona. La vulnerabilidad que te da el estar sola también te hace ser más buena con los demás porque tú también puedes correr el mismo riesgo que el otro".

Sus consejos

Aunque el libro está repleto de consejos para los viajeros principiantes, Helena recomienda empezar por ir a una ciudad que no sea muy abrumadora y, si te da más seguridad, que esté cerca de tu casa o en un lugar en el que se hable tu idioma. "Hay gente que es al revés, que se quita la tirita haciendo lo más grande como irse un mes a India, pero yo creo que empezaría por una cosa sencilla". 

También, destaca que irse solo no implica estar solo siempre y hay muchas formas de conocer gente por el camino. "Aunque no nos lo creamos, todo el mundo está igual cuando viaja. Yo te hablo de la experiencia de una veinteañera, de que al menos los jóvenes vamos con esa predisposición. Entonces, depende del destino, pero puedes buscar en plataformas como Booking hostales u hoteles en los que haya gente joven y, por ejemplo, ir al bar a en la Happy Hour. Ahí habrá gente dispuesta a ser amiga tuya. Incluso yendo por la calle, si ves a gente que también es turista puedes acercarte a ellos. Sobre todo es no tener miedo. La gente en general cuando va de viaje está abierta y si no, lo verás de entrada".

Por último, y aunque "suena a tópico": "Déjate llevar". "La metodología de viaje es muy distinta en función de cada persona. Hay gente a la que le gusta ir súper planificada y otra que prefiere ir a la aventura. Yo lo que diría es que cojas un destino que te apetezca mucho, busques recomendaciones, preguntes, leas blogs... Lo que me aplico yo es prepararme todo lo que puedo y luego pasármelo por el forro. Es bueno tener un plan para no encontrarte con sorpresas, pero también hay que estar dispuesta a que puedan pasar cosas distintas a lo que habías pensado, dejarte llevar y disfrutar porque seguro que son superpositivas".