Vejer de la Frontera.

Vejer de la Frontera. iStock

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El precioso pueblo blanco del sur, entre playas y calma, perfecto para perderse y desconectar

Vejer de la Frontera es uno de los pueblos más bonitos del sur, con calles blancas, playas cercanas y rincones perfectos para desconectar y disfrutar.

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Cuando se acercan los periodos vacacionales, es habitual que nos encontremos en la búsqueda de posibles destinos para disfrutar de unos días de descanso y relajación. Aunque España está repleta de lugares para ello, existe un pueblo blanco en el sur que destaca especialmente.

Estamos hablando de Vejer de la Frontera, un encantador pueblo rodeado de playas en las que perderse y poder desconectar paseando entre sus calles con bonitas casas de fachada de color blanco, siempre impolutas para convertirse en una estampa digna de postal.

Este pueblo andaluz, situado en la provincia de Cádiz, cuenta con numerosos lugares que han tenido gran importancia en su historia, como el Convento de las Monjas Concepcionistas, fundado en 1552 y que actualmente alberga el Museo Municipal de Costumbres y Tradiciones de Vejer.

También podemos encontrarnos con las murallas que rodeaban el Castillo de Vejer, y el Mirador de la Cobijada, desde donde disfrutar de una de las mejores vistas panorámicas de Vejer de la Frontera. En él se podrán encontrar sus cobijadas, representativas del pueblo.

Las cobijadas son un monumento que homenajea la figura de las mujeres vejeriegas, que se cubrían tanto el cuerpo como el rostro con un mantón negro. A pesar de que tienen un origen castellano, también se relaciona con la cultura islámica.

Con motivo de la celebración de sus fiestas patronales, entre el 10 y el 24 de agosto, esta tradición se mantiene y son las jóvenes vejeriegas las que lo lucen por las calles de un pueblo que tiene mucho que ofrecer.

Otra de las curiosidades la encontramos en la estatua de Juan Relinque, que explica la relación de Vejer con las Hazas de la suerte, una de sus tradiciones más arraigadas y que es candidata a ser Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO.

Hay que tener en cuenta que, dada la situación fronteriza de Vejer, sus ciudadanos estaban continuamente en peligro ante diferentes amenazas, motivo por el que sus vecinos gozaban de ciertos beneficios concedidos por la corona.

Un pueblo blanco cercano al Atlántico

Vejer de la Frontera está ubicado al suroeste de Cádiz, limitando con el Atlántico, Chiclana, Conil, Barbate, Tarifa y Medina Sidonia, y cuenta con un núcleo histórico ocupado por el castillo a 190 metros de altura, además de unas calles laberínticas y en pendiente.

La ruta por la ciudad amurallada lleva a su castillo en un paseo muy agradable. La antigua villa de Vejer defendió a su pueblo frente a un recinto amurallado y cuatro puertas, además de dos torres, que son la Torre de la Corredera y la Torre de Mayorazgo.

El castillo data de los siglos X y XI, siendo construido sobre otro castillo de la época árabe que vivió en la ciudad. Es muy recomendable visitar su interior, siendo el acceso totalmente gratuito y, desde sus almenas, se pueden contemplar unas vistas increíbles.

Mención aparte necesita la Plaza de los Pescaitos, donde hay una fuente repleta de azulejos sevillanos que es muy bonita, y en la que se encuentra el Ayuntamiento y muchos bares en los que se puede almorzar y disfrutar de la gastronomía local.

Continuando con el paseo por Vejer de la Frontera, se puede llegar a la Iglesia del Divino Salvador, situada en la parte alta del pueblo y en cuyo exterior se puede contemplar la imagen de la Virgen de la Oliva, patrona del pueblo.

Qué hacer en Vejer de la Frontera

En Vejer de la Frontera, además de visitar su parte antigua, hay mucho que poder hacer y disfrutar, pues existen muchas opciones para el visitante, entre ellas la de disfrutar de las diferentes rutas de senderismo, que merecen mucho la pena.

Durante la visita al pueblo no puede faltar una parada en los molinos de viento, otro de los grandes símbolos del pueblo. Actualmente, se pueden contemplar cuatro de ellos en la barriada de San Miguel, pero hay muchas más rutas que la de los molinos.

Una de ellas es la que lleva a la Barca de Vejer, donde se encontrarán las clásicas Ventas para poder disfrutar de su gastronomía, con caminos que siguen el curso del río y muchos más. A pocos kilómetros se encuentra el Parque Natural de la Breña y las Marismas de Barbate.

Si se prefiere un destino de playa, en Vejer tienes muchas posibilidades, con El Palmar, una franja costera de 7 kilómetros. Su costa tiene playas infinitas con un mar salvaje, lo que lo hace ser un destino idílico para los amantes del surf.

Por otro lado, este pueblo gaditano celebra durante todo el año numerosas fiestas, siendo una oportunidad para conocerlo con más profundidad, como son su carnaval, la Fiesta de los Patios, la Noche de las Velas, el Festival de Jazz o la Semana Santa.

Tampoco hay que dejar pasar las fiestas en honor a la Virgen de Oliva, y durante el verano celebran también la Noche Flamenca, el Flamenco por los balcones, cine de verano, tertulias y lecturas.
Vejer de la Frontera es también un buen destino gastronómico, destacando especialmente la calle de la Corredera, donde encontrar una amplia cantidad de terrazas y restaurantes con espectaculares vistas a la sierra de Cádiz en las que disfrutar de una buena comida.

También se puede acudir al Mercado Gastronómico de San Francisco a probar el producto fresco, así como a otros restaurantes clásicos del pueblo que tienen mucho que ofrecer al visitante.