Según el experto, la creciente dependencia del software y de sistemas electrónicos complejos provoca situaciones en las que un coche puede quedar inmovilizado durante meses por una avería.

Según el experto, la creciente dependencia del software y de sistemas electrónicos complejos provoca situaciones en las que un coche puede quedar inmovilizado durante meses por una avería. Freepik

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Un experto mecánico habla sin filtros sobre los coches actuales de cara a 2026: “Parecen premium la primera semana y luego empiezan a crujir”

El experto añadió que actualmente los propios fabricantes tienen dificultades para reparar sus vehículos.

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La compra de un coche nuevo o seminuevo en los próximos años puede convertirse en un serio problema si se confía solo en la marca o en la apariencia. Sergei, mecánico y divulgador del canal NeedCarHelp, advirtió que muchos modelos actuales proyectan una imagen de calidad que no se sostiene con el uso, especialmente entre marcas tradicionalmente consideradas premium, donde la complejidad técnica y la pérdida de robustez están generando averías difíciles, y costosas, de resolver.

El gran problema de los coches modernos: demasiada tecnología y poca fiabilidad

Según el experto, durante una charla en el canal Al Corte, la automoción atraviesa una etapa en la que los propios fabricantes tienen dificultades para reparar sus vehículos. La creciente dependencia del software y de sistemas electrónicos complejos provoca situaciones en las que un coche puede quedar inmovilizado durante meses por una avería que ni siquiera la marca sabe solucionar con rapidez.

A nivel software muchas veces no saben arreglarlo. Te queda el coche muerto medio año hasta que algún ingeniero da con la tecla”, explicó Sergei.

Este escenario afecta especialmente a vehículos recientes y de gama alta, donde la acumulación de centralitas, sensores y normativas anticontaminación ha disparado el número de posibles fallos. Para el mecánico, no se trata solo de que haya más componentes, sino de que cada uno añade una nueva posibilidad de avería que puede bloquear todo el sistema.

Más allá del modelo concreto, el experto puso el foco en un problema que afecta a buena parte del mercado actual: la desinformación sobre el mantenimiento real de los vehículos modernos. Según explicó, muchos fabricantes comunican que ciertos componentes, como las cajas automáticas, no requieren mantenimiento, cuando en realidad el propio proveedor del sistema recomienda cambios de aceite periódicos.

Para la marca, la vida útil del coche coincide con el periodo de garantía; a partir de ahí, el problema ya es del propietario”, señala. Esta falta de información provoca que muchos conductores sigan al pie de la letra indicaciones incompletas y acaben enfrentándose a averías costosas que podrían haberse evitado con un mantenimiento adecuado.

Las marcas premium que ya no son lo que eran

Uno de los puntos más críticos de la conversación fue la advertencia sobre ciertos modelos actuales de marcas históricas. Sergei fue especialmente contundente con Mercedes, señalando que muchos compradores siguen confiando en la reputación de hace dos décadas. “La gente se está comprando ahora los nuevos Mercedes basándose en lo que era Mercedes hace 20 años”, afirma, mencionando directamente modelos como Clase A, CLA o GLA.

En su opinión, estos coches mantienen el emblema, pero no el nivel de construcción ni la solidez que definían a la marca. La sensación inicial puede ser positiva, pero dura poco. “Son coches que parecen premium la primera semana y luego empiezan a crujir”, sentenció, apuntando a ajustes deficientes, plásticos de baja calidad y una experiencia que no está a la altura del precio pagado.

Motores problemáticos y decisiones de compra que salen caras

El experto también alerta sobre motorizaciones con problemas estructurales conocidos, especialmente en algunos SUV de marcas premium. Puso como ejemplo los motores Ingenium de Land Rover y Jaguar, utilizados en modelos como el Range Rover Evoque o el Discovery Sport. Según Sergei, no se trata de casos aislados, sino de fallos endémicos. “Prácticamente todos van a fallar”, aseguró, advirtiendo de reparaciones que pueden superar fácilmente los 10.000 euros.

A esto se suma el uso inadecuado de tecnologías como el FAP o el AdBlue, que no siempre fallan por diseño, sino por un uso que no se ajusta a lo que el sistema requiere. Vehículos diésel utilizados solo en ciudad, con trayectos cortos o largos periodos al ralentí, acaban saturando estos sistemas y generando averías prematuras que muchos compradores no esperan en coches caros y relativamente nuevos.

Qué sí se salva y por qué el mercado puede cambiar radicalmente

Frente a este panorama, Sergei destacó que no todo es negativo. Señala que BMW, especialmente en su gama M reciente, mantiene un alto nivel técnico en motores y transmisiones, con especial mención a las cajas automáticas ZF por su fiabilidad y rendimiento. Aun así, reconoció que incluso estas marcas han perdido sensaciones y calidad de materiales respecto a generaciones anteriores.

El experto también anticipó un cambio profundo en el mercado cuando lleguen a Europa los coches chinos premium. Según explicó, estos modelos ofrecerán mayor calidad percibida, mejor confort de rodadura y más equipamiento por un precio muy inferior al de las marcas tradicionales, lo que podría poner en jaque a Mercedes, Audi o incluso BMW si no reaccionan a tiempo.