Pili añadió que a pesar de todas las dificultades, no trató de convencer a su esposo de cambiar de trabajo.
Pili, esposa de un camionero internacional, sobre el día a día lejos de la pareja: “Primero lloras y luego sigues”
La española comentó que aprender a convivir con la ausencia fue un proceso lento.
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Vivir ligada a la carretera sin sentarse nunca al volante también forma parte del transporte profesional. Pili, esposa de un camionero internacional, conoce de primera mano el impacto que tiene esta forma de vida en quienes se quedan en casa, sosteniendo la familia, los hijos y la rutina diaria mientras el camión sigue sumando kilómetros lejos.
La vida que se queda en casa cuando el camión se va
En una entrevista con Mario, del canal Rutas de Éxito, Pili puso voz a esa realidad menos visible del transporte internacional y explicó cómo la ausencia prolongada de su pareja ha marcado su trayectoria personal y familiar, obligándola a asumir decisiones, responsabilidades y cargas emocionales en soledad.
Pili relató cómo dejó España para empezar una nueva vida en Francia junto a su marido, llevándose a dos hijos pequeños, en un entorno desconocido, sin red de apoyo y sin dominar el idioma. Explicó que el proyecto inicial se truncó cuando el trabajo previsto para su pareja no salió adelante y él tuvo que volver a la ruta internacional.
Comentó que se quedó sola con dos niños de tres y cuatro años en un país donde no conocía a nadie y sin apenas hablar francés, lo que la obligó a aprender el idioma por su cuenta mientras se hacía cargo de la casa, la escolarización y la atención médica. Recordó situaciones de gran dificultad, como problemas de salud de sus hijos y la complejidad para acceder a servicios básicos sin apoyo ni acompañamiento.
Pili añadió que, ante la falta de ingresos suficientes, tuvo que incorporarse al mercado laboral para sostener la economía familiar, combinando trabajos en hostelería, cuidados infantiles y desplazamientos diarios, mientras su marido pasaba largas temporadas fuera de casa.
Soledad, maternidad y decisiones sin margen de error
La entrevistada explicó que la vida lejos de la pareja no fue una elección idealizada. Señaló que muchas decisiones se tomaron sin alternativas reales y que la maternidad se vivió desde una soledad constante. Relató episodios especialmente duros, como un aborto vivido sin acompañamiento, debido a que su marido no pudo regresar por exigencias laborales.
Añadió que la presión emocional se vio agravada por problemas económicos derivados de decisiones inmobiliarias fallidas, que acabaron con importantes pérdidas y obligaron a la familia a rehacer su vida en varias ocasiones. Según explicó, estas experiencias reforzaron su necesidad de independencia personal y económica.
Pili comentó que aprender a convivir con la ausencia fue un proceso lento. Aseguró que primero lloró y después siguió adelante, evitando quedarse atrapada en la soledad. Señaló que mantenerse activa y no detenerse fue clave para sostener a su familia y a sí misma.
Crianza, pareja y el peso invisible del transporte internacional
En el ámbito familiar, explicó que siempre fue clara con sus hijos sobre el trabajo de su padre y el motivo de sus ausencias. Comentó que priorizó la calma durante los pocos momentos en los que él regresaba a casa, evitando conflictos que, según dijo, ya aparecían de forma natural durante las semanas de separación.
Pili señaló que uno de los mayores retos fue la convivencia intermitente, ya que la pareja debía reencontrarse tras largos periodos separados sin apenas tiempo para reajustarse. Añadió que la comunicación se veía limitada por la falta de espacios tranquilos y por la acumulación de tensiones.
También subrayó que nunca intentó cambiar la profesión de su marido. Afirmó que el transporte internacional es una forma de vida que no se modifica de un día para otro y que, en su opinión, quien decide compartirla debe construir su propio espacio, su trabajo y su autonomía.
Para cerrar, dejó claro que no acepta juicios externos sobre las decisiones tomadas. Aseguró que la experiencia le enseñó a ser autónoma, a asumir la responsabilidad de sus actos y a no delegar culpas. Según concluyó, vivir junto a un camionero internacional exige paciencia, fortaleza y la capacidad de seguir adelante incluso cuando la carretera parece no terminar nunca.