Un transportista de animales vivos revela la verdad oculta sobre su trabajo Freepik
Un conductor de animales vivos revela la verdad oculta sobre su trabajo: "Somos los primeros que nos llevamos la bronca"
El chófer Jordi Zamorano explica cómo se desarrolla la carga y el traslado de cerdos entre granjas y mataderos, un oficio con presión y normas estrictas.
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El testimonio de Jordi Zamorano, un conductor con más de cinco años en el transporte de animales vivos, abre una ventana a un oficio casi invisible. Su paso por el pódcast Rutas de Éxito sirve para mostrar un entorno con reglas precisas, decisiones rápidas y una responsabilidad que recae directamente sobre quien se sienta al volante.
La selección de los animales y las normas que condicionan el trabajo
Zamorano habla de la ley del bienestar animal y la define como “un poquito toca huevos”, aunque reconoce que en ocasiones resulta útil. Explica que el conductor debe observar cada animal antes de cargarlo, ya que cualquier detalle puede provocar problemas en el matadero.
El chófer describe varias situaciones habituales:
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Cerdos con el lomo abierto o el “culo fuera”, que no pueden subir al camión.
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Animales cojos que aún caminan y que pueden viajar siempre que no sean demasiados.
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Riesgo de sanciones para las granjas si los veterinarios detectan irregularidades.
Según su relato, el cerdo “se estresa más que el chófer”, lo que obliga a extremar la atención para evitar incidentes.
"Somos los primeros que llevamos la bronca": un papel de mediador bajo presión
El transportista se sitúa entre dos partes que esperan un trabajo impecable. Desde la granja confían en su criterio para elegir los animales, y en el matadero revisan cada detalle. Cualquier fallo genera reproches.
Zamorano lo resume sin rodeos: él decide qué sube al camión y recibe las críticas si algo no encaja en destino. “Somos los primeros que nos llevamos la bronca”, afirma.
Cuánto gana un transportista de animales vivos
El chófer reveló: “Lo que cobro yo se suele rondar 2.300, 2.500; incluso algún mes 2.600, depende de los viajes”.
Este salario lo obtiene trabajando de lunes a viernes, y terminando la jornada entre las 12:00 y la 13:00 del mediodía. Eso le permite tener “toda la tarde libre” y una calidad de vida que valora por encima de ganar más a costa de jornadas excesivas.