Pequeños gestos al volante y en el mantenimiento pueden marcar una gran diferencia
El infalible truco que conocen los mecánicos para reducir el consumo sin tocar el motor
Una serie de consejos prácticos y fáciles de aplicar para que tu coche consuma menos sin necesidad de intervenir el motor.Más información: JuanFran, experto automotriz, alerta sobre la invasión de los coches chinos en Europa: “En 2027 habrá más de 40 marcas en España”.
Conducir de forma eficiente no requiere necesariamente modificar el motor, sino emplear una serie de pequeñas acciones que los mecánicos suelen recomendar para reducir el consumo. En esta guía recogemos los mejores tips que aparecen en la web de Barum: desde comprobar la presión de los neumáticos y escoger el aceite adecuado, hasta anticipar la conducción o planificar los trayectos, todo ello sin tocar directamente el motor del vehículo.
Presión de neumáticos, aceite y peso: la base para consumir menos
Una parte clave del ahorro proviene de lo que podríamos llamar el “trasfondo mecánico indirecto” al motor. Según Barum, mantener los neumáticos bien inflados, unos 0,3 a 0,5 bar por encima de lo que indica la etiqueta en la puerta del conductor, puede convertir cualquier juego de ruedas en “neumáticos de bajo consumo”. También es fundamental usar el aceite que recomienda el fabricante: un lubricante inadecuado “puede hacer que se desperdicie combustible por problemas fácilmente evitables”.
Una técnica sencilla que puede ahorrarte euros en cada depósito, sin modificar el coche. Freepik
Apagar los “extras”, cambiar al momento justo y conducir con cabeza
Otro gran “truco” que a menudo usan los mecánicos tiene que ver con los sistemas adicionales del coche, el momento de uso de cada función y el estilo de conducción. Por ejemplo: usar el aire acondicionado o climatización de forma descontrolada, mantener el motor en marcha esperando mucho tiempo o depender del control de velocidad adaptativo en zonas sinuosas, incrementan el consumo.
La recomendación es sencilla: cuando estemos a baja velocidad, abrir ventanas y apagar aire si no es imprescindible; apagar el motor si esperamos más de 30 segundos; y no usar el control de crucero en cuestas o curvas, ya que “no reacciona tan bien como el conductor”.
Finalmente, el estilo de conducción importará: mantener una velocidad constante, anticipar las maniobras, evitar aceleraciones y frenazos bruscos y circular con marchas largas (bajas revoluciones) ayuda a que el motor trabaje menos y consuma menos. Así, sin tocar el motor, se logra una conducción más eficiente y ligera.
Planificación de trayectos y hábitos: ahorrar antes de arrancar
El tercer pilar es la planificación. Es común pensar que el consumo solo depende de lo que hacemos al volante, pero también importa cuántos trayectos y cómo los organizamos. Barum subraya que combinar varias gestiones en un solo trayecto es beneficioso: “Varios viajes cortos implican varios arranques en frío del motor, lo que eleva el consumo”.
Por tanto, agrupar recados, optimizar la ruta, evitar trayectos innecesarios y asegurar que el motor alcanza su temperatura óptima de funcionamiento reduce el combustible consumido del coche. En otras palabras: planificar antes de arrancar puede ser tan eficaz como ajustar las ruedas o la presión.