Kike Ferrer, fundador de Talleres Kike, el mejor taller mecánico de España durante 3 años consecutivos

Kike Ferrer, fundador de Talleres Kike, el mejor taller mecánico de España durante 3 años consecutivos

Motor

Kike Ferrer, mecánico, sobre el dinero que gana un taller en España: "Las cifras pueden estar entre 500.000 euros y 1 millón"

Kike Ferrer asegura que, aunque un taller facture un millón, la rentabilidad real no suele superar el 20%; todo depende de la eficiencia y costes.

Más información: El mercado de segunda mano roza los 1,6 millones de beneficios y un mecánico alerta: "Lo barato puede salir caro"

Publicada
Actualizada

El sector de la mecánica en España mueve cada año cifras que pueden sorprender a muchos.

Kike Ferrer, propietario de 'Talleres Kike', explica junto al creador de contenido Adrián G. Martín cómo funciona realmente la rentabilidad de un negocio de este tipo y cuáles son los desafíos que enfrentan los profesionales del taller hoy en día.

Cuando Adrián le pregunta cuánto puede facturar un taller de mecánica, Ferrer es claro: "Depende del volumen de trabajo. Las cifras pueden estar entre medio millón, 800.000 y 1 millón de euros. Depende del año también", comenta.

Un negocio complejo

El mecánico recuerda que en tiempos anteriores la situación era aún más favorable: "Yo siempre diré que antes del COVID se ganaba muchísimo dinero", afirma.

Sin embargo, facturar grandes cantidades no significa necesariamente que el beneficio sea igual de alto.

Ferrer detalla que, aunque un taller pueda llegar al millón de euros en ingresos, la rentabilidad real no suele superar un porcentaje concreto.

"La rentabilidad neta suele ser de un 20%. O sea, lo que es dinero para el dueño del taller, si se lleva un 20%, es un éxito", explica.

La clave, dice, está en ajustar al máximo los costes: "Yo como hago low cost, me tengo que preocupar mucho en ajustar los precios todo lo que puedo. ¿Dónde está el secreto? En la compra de las piezas", añade.

Para él, la eficiencia en la gestión de materiales es lo que permite ofrecer precios competitivos sin perder margen.

Otro de los temas sobre los que se pronuncia es la llamada "piratería" en el sector.

Ferrer no la niega, pero sí la matiza: "Hay, como en todos los oficios. Está controlada, hay muchas inspecciones", asegura.

Aun así, admite que existen talleres clandestinos que operan sin licencia ni impuestos: "Cualquiera puede coger un local y con que sepa quitar un tornillo del aceite puede cambiar aceite sin pagar impuestos", explica.

Este tipo de competencia desleal, dice, perjudica a los profesionales que cumplen con todas las obligaciones legales y fiscales.

En cuanto a la reputación de los talleres, Ferrer reconoce que el sector arrastra ciertos prejuicios.

"Con todo el respeto del mundo hacia mis mayores y hacia los mecánicos de antes, todo tiene su lógica", comenta.

Recuerda que en el pasado, cuando la peseta circulaba y el poder adquisitivo era mayor, el trato con los clientes era distinto.

"He visto cómo iban y le decían a mi padre: 'Haz lo que quieras'. Claro, mi padre hacía lo que quería y cobraba lo que quería, y la gente no se quejaba porque había dinero", relata.

Hoy, sin embargo, el contexto ha cambiado. Los clientes llegan al taller con información al alcance de su móvil y comparan precios antes de aceptar un presupuesto.

"Existe el estigma de 'hostia, voy al taller a ver qué me pasa'. Yo creo que en Talleres Kike lo he conseguido eliminar. Aquí somos transparentes: si te digo que esto cuesta tanto cuando me dejas el coche, cuando vienes a recogerlo, eso es exactamente lo que cuesta", concluye.