Miley Cyrus y su mascota exótica, la cerdita Pig Pig.

Miley Cyrus y su mascota exótica, la cerdita Pig Pig. Instagram: Miley Cyrus

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Miley Cyrus (33) y su mascota exótica, la cerdita Pig Pig: el símbolo del lado más tierno y vulnerable de la artista

La cantante adoptó a Pig Pig en 2014 y se la llevó durante todas sus etapas más difíciles, posando con ella en sus redes sociales.

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Miley Cyrus conoció a su cerdita Bubba Sue (más tarde rebautizada como Pig Pig) en 2014, en pleno huracán mediático tras la era Bangerz y cuando su imagen pública estaba en plena transformación.

Era una cerdita adoptada, de tamaño medio, de piel rosada y moteada, que pronto se convirtió en una presencia constante en sus fotos y en su casa de Malibú. Con su llegada, Miley encontró algo más que una mascota exótica: halló una compañera silenciosa en medio del ruido de la fama.

Pig Pig aparecía en sus selfies sin maquillaje, en el sofá, en la cama, en el estudio, e incluso protagonizó portadas de revistas, como aquella icónica sesión en la que Miley posaba desnuda, cubierta solo por su cerdita.

Una familia animal

En aquellos años, la cantante vivía entre giras, rodajes y cambios sentimentales, y se llevaba a su cerdo siempre que podía. Mientras su carrera se movía entre polémicas y reinvenciones, Pig Pig representaba algo estable y cotidiano.

Se convirtió en parte de su universo creativo. Miley la dibujaba, la mencionaba en entrevistas y la mostraba en vídeos caseros rodeada de perros, gatos y otros animales rescatados, como si fuera una más de la "familia animal" que había formado.

Pig Pig era, para muchos fans, el símbolo de la faceta más tierna y vulnerable de la artista, muy distinta a la provocadora que subía al escenario. Era un animal que no juzgaba, que simplemente estaba ahí, reclamando caricias y comida, ajeno a la fama, a las críticas y a los titulares.

Un refugio pacífico

Esa presencia tranquila contrastaba con el caos de una vida expuesta públicamente, y Miley lo subrayaba cada vez que compartía una foto abrazada a ella, con la cara hundida en su lomo.

Pig Pig se mantuvo a su lado durante años, observando cómo cambiaban de casa, de peinados, de discos y de etapas. Fue testigo silencioso de su regreso a la música, de mudanzas, incendios, reconstrucciones y nuevos comienzos.

Cuando murió, Miley lo comunicó con un mensaje breve pero cargado de cariño, despidiéndose de ella como de una amiga que había compartido una parte muy concreta de su vida.

"Te voy a extrañar siempre. Gracias por tantas risas y buenos momentos, niña", escribía en sus redes sociales. Pig Pig ocupa un lugar especial en la narrativa de la artista: el de la cerdita que la acompañó en una de las etapas más salvajes y vulnerables de su carrera.