Un chimpancé bebé en un prado.

Un chimpancé bebé en un prado.

Mascotario

Edwin rescata a un chimpancé que vivió 34 años en una jaula diminuta: "La primera vez que lo vi a pleno sol fue emocionante"

Canoe fue importado ilegalmente por un traficante de vida silvestre y vivió recluso hasta que un santuario le regaló una vida mejor.

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Canoe es un chimpancé que logró sobrevivir a una realidad terrible. Importado ilegalmente por un traficante de vida silvestre, su historia es un testimonio de la resiliencia animal y de la dedicación humana.

"Es increíble que haya sobrevivido mental y físicamente", comenta Edwin, responsable del santuario Wildlife Friends Foundation Thailand.

Tras pasar más de 34 años viviendo en condiciones deplorables en una escuela de Bangkok, Canoe finalmente ha encontrado la libertad en su propio santuario insular.

Su vida anterior estuvo marcada por el confinamiento y la miseria. "Fue miserable, la jaula era diminuta; tuvo una vida horrible allí". Sobrevivir más de tres décadas en esas circunstancias es, según su rescatista, un hecho asombroso.

La promesa de un cambio

El santuario se interesó por él y decidió luchar para mejorar sus condiciones de vida. Desde Tailandia, encontraron una oportunidad para sacarlo de aquel infierno al que había sido condenado.

"Tuve una charla con él y le dije que su vida iba a cambiar a partir de hoy y que todo iba a ser mejor". Edwin fue a recogerlo personalmente a su antiguo hogar para iniciar el viaje hacia una nueva vida.

Ese mismo día, Canoe tuvo que ser anestesiado para un chequeo médico exhaustivo. Una vez concluidas las pruebas, estaba listo para emprender el camino hacia su libertad.

El trayecto fuera de Bangkok fue profundamente emotivo para su rescatista. "Sostener su mano mientras miraba fuera de la jaula me emocionó mucho". El destino final de Canoe era una isla, "el siguiente paso hacia una vida mejor".

La transformación en la isla

La llegada de Canoe a su nuevo hogar trajo consigo un cambio inmediato y evidente. Su transformación fue "increíble"; su vida cambió, literalmente, de un día para otro. "Estaba muy agradecido, disfrutando de su nuevo espacio, de su nueva vida".

Parecía, según Edwin, que había "olvidado el pasado" al instalarse en la isla. Uno de los momentos más felices para el equipo de rescate fue verlo disfrutar en su entorno natural.

"La primera vez que lo vi a pleno sol, estaba tumbado en la hierba, estirando las piernas y los brazos. Creo que ese fue uno de los momentos más felices", recuerda Edwin.

Hoy, Canoe parece haber aceptado plenamente su libertad. Trepa a los árboles, se revuelca en la tierra y corre por los paisajes naturales que lo rodean. "Lo ama. Se siente como en casa".

Encontrar un hogar

Edwin lo observa y, entre risas, dice que parece un anciano feliz que, por fin, ha encontrado su hogar. "Es feliz donde está ahora".

El impacto de este rescate ha sido profundo para todos los que participaron en él. Pudieron mejorar sus condiciones y ofrecerle la vida que siempre mereció.

"Me siento muy orgulloso de que finalmente hayamos podido mejorar su vida. Me hace sentir que marcamos una diferencia", concluye Edwin.