Un perro y un gato.

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Mascotario

Jaume Fatjó, veterinario, sobre el papel emocional de los animales: "7 de cada 8 personas frenaron sus ideas suicidas"

El director de la Cátedra Fundación Affinity Animales explica el rol fundamental de los animales como apoyo social, imposible de sustituir.

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"El apoyo social es uno de los principales predictores de buena salud física y emocional", afirma Jaume Fatjó, veterinario y director de la Cátedra Fundación Affinity Animales, en una ponencia durante el V congreso de derechos animales.

"Si bien los perros y gatos tienen limitaciones para proveer ayuda instrumental o informativa (consejos), son expertos en la dimensión emocional". "Es la más importante de todas y la que más protege a la persona".

Los perros proporcionan compañía constante, generando una sensación de disponibilidad completa. Además, son confidentes principales. Muchas personas hablan con sus animales como no lo harían con otras personas.

Lo que se comparte con la mascota es lo que más preocupa a la persona o la hace sentir peor. "Este fenómeno convierte al animal en el trato perfecto debido a la discreción biológicamente garantizada".

Frenar un suicidio

En un estudio cualitativo sobre aspectos extremos del bienestar emocional, Fatjó reveló un hallazgo inesperado: "Entre personas con ideación suicida, siete de ocho declararon que lo que las frenó fue pensar: 'y si yo me voy, ¿quién cuida a mi mascota?'".

Esta responsabilidad del cuidado revierte positivamente en el bienestar del tutor. Al comparar al animal de compañía con otras fuentes de apoyo social (pareja, amigos, hijos), el experto utilizó un símil potente. "El apoyo social ideal debe cumplir con cercanía, disponibilidad, accesibilidad y receptividad para el cuidado".

Mientras que las relaciones humanas cercanas pueden verse limitadas por la accesibilidad, el animal destaca en todas las categorías, particularmente en disponibilidad. "Su perfil de apoyo es único y se integra en la estructura familiar, no como sustituto de nadie".

Debido a que los animales cumplen las funciones esenciales de un miembro del grupo, son cada vez más considerados como figuras de parentesco asumido. El experto insistió en que reconocer científicamente que un animal es un pariente funcional es crucial para que la sociedad responda a través de la protección legal.

Catalizador social

En el contexto de la transición demográfica—donde la natalidad se desploma y las familias se vuelven más atomizadas—la necesidad de apoyo continúa. "La incorporación de un animal de compañía no solo tiene un efecto individual, sino que restablece la dinámica familiar y actúa como un catalizador social".

En el programa Mejores Amigos, que apoya a personas en situación de vulnerabilidad, el tamaño promedio de la red social de estas personas es de 4.5 individuos. Sin embargo, si se mide la profundidad de la red (a quién acuden cuando realmente lo necesitan), el número desciende a 1.6, cifra que incluye al animal de compañía.

En esta situación, el valor del animal se amplifica. El experto enfatizó que en escenarios límite, el animal se convierte en "la única fuente fiable o consistente de apoyo social".

Sin embargo, no son el remedio para todo. La sociedad debe garantizar buenas redes de apoyo social, siendo el animal un complemento, un refuerzo y un aliado vital.

La empatía emocional

Si bien un vínculo emocional fuerte aumenta la motivación para cuidar del animal, esta no es una garantía de bienestar objetivo. "En un estudio, las personas percibían la felicidad de su perro sin corresponderse con medidas objetivas de bienestar animal".

Esto se debe al "salto de especie" y a la dificultad de traducir la empatía emocional en un cuidado que satisfaga las necesidades reales del animal. "Nada de esto tiene sentido si el bienestar del animal no está garantizado".

Desde un punto de vista ético, la historia construida sobre el valor del vínculo es inválida si el animal no tiene una buena calidad de vida. Por ello, si se reconoce el valor del vínculo, este debe ser protegido por las instituciones y administraciones.

Fatjó cuenta que para él, su perro está a la altura de un hermano, incluso actuaba como un padre por la protección que le brindaba. "Su pérdida representó uno de los duelos más complicados que ha tenido".