Rafa Mesa, enfermero del Hospital Universitario Costa del Sol.

Rafa Mesa, enfermero del Hospital Universitario Costa del Sol.

Salud

Rafael Mesa, enfermero de Málaga: "Hay casi más pacientes crónicos que agudos, pero siguen priorizando los urgentes"

El profesional con su investigación sobre el seguimiento de pacientes con insuficiencia cardíaca quiere "detectar de manera temprana signos de alarma ante posibles crisis".

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Rafael Mesa Rico es un profesional al que le cuesta encasillarse. Enfermero de vocación, investigador apasionado, periodista de formación y hasta figurante en series de televisión. Su trayectoria profesional ha viajado mucho, pero siempre ha oscilado entre la asistencia sanitaria, la divulgación y la gestión. "Soy un prototipo raro", dice entre risas, consciente de que su curiosidad lo ha llevado a explorar terrenos tan diversos como la economía de la salud, la inteligencia artificial o la comunicación científica.

Ha ganado premios por sus investigaciones, pero lo que realmente le llena es el trato directo con los pacientes. “Una sonrisa puede cambiarle el día a alguien que está enfermo, y eso no lo cambia ningún reconocimiento”, confiesa a EL ESPAÑOL de Málaga.

Con su proyecto Evaluación de la efectividad y eficiencia de un programa de seguimiento enfermero en pacientes con insuficiencia cardíaca: coste-utilidad, que se va a implementar en varios hospitales de la provincia, se hizo con uno de los galardones de los IV Premios de Investigación del Consejo General de Enfermería. Además, está entre los ocho candidatos a los Premios Admirables 2025 en la categoría de enfermería.

¿Cuál es el principal objetivo de su proyecto?

Es un programa de seguimiento de enfermeros para pacientes con insuficiencia cardíaca y se implementará en tres hospitales. El centro principal donde se llevará a cabo es el Hospital Universitario Costa del Sol. Además, participarán otros dos hospitales de la provincia: el Hospital de la Serranía de Ronda y el Hospital de la Axarquía.

El programa está dirigido a pacientes con insuficiencia cardíaca y tiene como objetivo principal realizar un seguimiento estrecho para detectar de manera temprana signos de alarma ante posibles crisis. Uno de los aspectos fundamentales del programa es fomentar la adherencia al tratamiento, ya que es un factor clave para la estabilidad de estos pacientes. Asegurar que sigan correctamente su tratamiento es esencial para reducir tanto la mortalidad como el riesgo de reingresos hospitalarios.

La novedad de este proyecto es la incorporación de un elemento innovador: la evaluación económica. En el ámbito de la enfermería, este tipo de análisis no está suficientemente optimizado, por lo que su inclusión permitirá mejorar la gestión de los recursos sanitarios en los hospitales y, al mismo tiempo, contribuir a una mejor calidad de vida para los pacientes con insuficiencia cardíaca.

¿Qué le llevó a querer investigar este ámbito específico de los problemas cardíacos?

Trabajo en el área de cardiología desde hace más de 30 años, específicamente en la unidad del Hospital Universitario Costa del Sol. Cursé un máster en Economía de la Salud, Gestión Sanitaria y Uso Racional del Medicamento, el cual requería el desarrollo de un proyecto. Dado que mi trabajo se centra en pacientes con enfermedades cardíacas y que la insuficiencia cardíaca es una de las patologías más prevalentes a nivel mundial, decidí analizar un programa de seguimiento que ya se estaba implementando en el hospital de Marbella. Mi objetivo no era solo evaluar su efectividad en la reducción de la mortalidad, sino también comprobar su coste-efectividad, es decir, si introducir un programa de seguimiento liderado por una enfermera de práctica avanzada, algo poco común en este tipo de cuidados altamente especializados, podría mejorar la calidad de la atención.

¿Cómo mejora la calidad de vida de los pacientes?

El seguimiento precoz evita que los pacientes lleguen a situaciones críticas y tengan que ser hospitalizados. Las hospitalizaciones, además de ser muy costosas, afectan negativamente la calidad de vida del paciente. Los pacientes con insuficiencia cardíaca son crónicos, y cada vez que sufren una descompensación y su estado empeora, es difícil que vuelvan a su nivel anterior de bienestar. En muchos casos, nos conformamos con que no bajen más su calidad de vida, porque una vez que pierden autonomía o estabilidad, recuperarla es complicado.

¿Por qué decidió centrarse en el trato al paciente y su beneficio?

Actualmente, el sistema sanitario está diseñado principalmente para atender enfermedades agudas, pero el aumento de la cronicidad supone un reto, ya que las enfermedades crónicas son cada vez más prevalentes. Sin programas específicos de seguimiento, los pacientes crónicos terminan acudiendo repetidamente a urgencias o requiriendo hospitalizaciones que podrían haberse evitado con un control adecuado desde casa.

¿Cómo ayudan estos programas?

La clave está en la atención individualizada. Este tipo de programas se llevan a cabo en hospitales de día, lo que permite que los pacientes estén la mayor parte del tiempo en su hogar, evitando ingresos innecesarios. Esto no solo mejora su calidad de vida, sino que también permite que los hospitales reserven sus recursos para atender a los pacientes con enfermedades agudas.

El gran desafío del sistema sanitario actual es decidir hacia dónde debe enfocarse. Hoy en día, hay casi más pacientes crónicos que agudos, pero las estrategias de atención siguen priorizando los problemas urgentes, lo que genera colapsos en urgencias y una falta de recursos para los crónicos, que son los que más utilizarán el sistema en los próximos años.

Entonces, ¿habría que generalizar más este tipo de programas?

Exactamente. Estos programas de seguimiento existen, pero no están implementados en todos los hospitales. En Málaga, por ejemplo, este tipo de seguimiento se realiza en el Hospital Universitario Costa del Sol, y también en el Clínico y en el Regional, pero no se han desarrollado aún en hospitales como el de la Axarquía o el de Guadalhorce.

Para que estos programas se extiendan es necesario que el Servicio de Cardiología de cada hospital los impulse, con un cardiólogo responsable y una enfermera de práctica avanzada, que es la figura clave en este tipo de seguimiento. A día de hoy, las especialidades en enfermería no están completamente desarrolladas, pero la enfermera de práctica avanzada es un perfil que reúne las competencias necesarias para liderar estos programas.

La investigación en la enfermería

En los últimos años, el papel de la enfermería en la investigación ha evolucionado mucho. ¿Cómo ha vivido ese cambio como profesional?

La evolución ha sido enorme. Cuando yo estudié, la enfermería era una diplomatura, y la investigación no estaba tan desarrollada en nuestra formación, pero desde que se instauró el grado en enfermería, el nivel ha subido muchísimo. Ahora todos los profesionales de enfermería que salen de la universidad tienen herramientas para investigar, lo que ha impulsado el avance en este campo.

Se habla mucho de la importancia de "retener talento" en el sector sanitario. ¿Cómo lo ve en el caso de la enfermería?

Ese es un problema grave. Las condiciones laborales en enfermería son tan precarias que muchos profesionales buscan mejores oportunidades fuera de España. Los contratos son temporales, inestables y muchas veces duran solo un mes. Esto genera frustración en los jóvenes enfermeros, que, después de años de formación, se encuentran con una realidad laboral muy difícil. Es una pena porque el sistema sanitario invierte mucho dinero en la formación de estos profesionales, pero luego no les ofrece estabilidad, lo que provoca que muchos abandonen la profesión o se marchen al extranjero.

¿Por qué decidiste ser enfermero?

Creo que fue algo que siempre tuve en mi ADN. Mi madre fue una figura clave en mi decisión, porque siempre me transmitió el valor del cuidado y el servicio a los demás. Me gusta esa parte humana de la profesión, la conexión con los pacientes, el poder ayudar en momentos de vulnerabilidad.

¿Y cómo llegó a la investigación?

Curiosamente, mi camino hacia la investigación empezó por el periodismo. Estudié Comunicación Audiovisual y, en un congreso de cardiología, surgió la necesidad de alguien que dirigiera una revista científica en la Asociación Española de Enfermería en Cardiología. A raíz de eso, dirigí una revista científica durante seis años, revisé cientos de artículos y empecé a profundizar más en la investigación. He sido revisor en revistas como la European Journal of Cardiovascular Nursing, una de las más prestigiosas en enfermería, y en la revista española de Enfermería Cardiológica. Desde entonces, la investigación me apasiona. Todo empezó con una beca de investigación cuando estudiaba enfermería, y una cosa llevó a la otra.

Mirando hacia el futuro, ¿cómo ve la evolución de la enfermería y la investigación?

En investigación, el futuro es esperanzador. Ahora contamos con herramientas muy potentes, y una de ellas es la inteligencia artificial. La IA nos permite ahorrar muchísimo tiempo en la búsqueda de información y también tiene un gran potencial en la atención a pacientes crónicos. Por ejemplo, en el seguimiento telefónico de pacientes con insuficiencia cardíaca, la IA puede detectar signos de descompensación de forma más rápida y eficiente.

En cuanto a la parte asistencia, el futuro es más incierto. Los sistemas sanitarios están desbordados, los profesionales trabajan en condiciones precarias y no hay una planificación clara sobre cómo hacer sostenible el sistema. Si no se mejora la estabilidad laboral, muchos profesionales seguirán abandonando la profesión. No tiene sentido invertir en formar enfermeros si luego no les ofrecemos condiciones dignas para quedarse.