Tras casi tres décadas de Gorki como referencia gastronómica del Centro Histórico de Málaga, el adiós de la marca culinaria de la señera calle Strachan, una de las más hosteleras de la capital, dejó un vacío que desde hace apenas semanas ha sido ocupada por una nueva firma: Ultramarinos Benjamín.

Por más que el nombre invita a pensar en una tienda de comestibles, el negocio es un restaurante de nuevo cuño, sustentado sobre una base parecida a la de su antecesor. Un lugar donde poder consumir productos de conserva adecuadamente reacondicionados, como anchoas, sardinas ahumadas, mejillones en escabeche o la gilda clásica, hasta arroces, carnes y pescados.

La nutrida carta de Ultramarinos Benjamín introduce, incluso, un guiño evidente a las elaboraciones de Gorki. Lo hace en un apartado específico en el que se introducen Catalana Andaluza (baguette paleta), Requeté (baguette bonito y pimiento asado), Gorki en Estado Puro (Rebanada de queso brie y cebolla glaseada con vinagre de módena), Gorki Malagueña (Campero de pata asada y queso de cabra).

Otra de las curiosidades que deja este negocio recién abierto es el emplazamiento en el que se localiza. Sí, es la calle Strachan. Pero en la web del establecimiento no sólo se hace referencia a esta dirección, sino a otra mucho más antigua: la calle del Desengaño.

Ese era el nombre con el que, según aseguran desde Benjamín, era conocida esta vía del casco antiguo en la época musulmana. Y ¿por qué? Por "una frustrada historia de amor que aún resuena en cada rincón de esta famosa vía malagueña". "Yasmina era una joven musulmana de incomparable belleza que atraía la mirada de numerosos pretendientes. Benjamín, un muchacho de origen humilde que abandonó su hogar para labrarse un futuro en Málaga", se relata en la página. 

Interior del restaurante.

Según la leyenda, Benjamín se alojó en una posada de la calle del Desengaño, donde empezó a trabajar en la cocina. Ante la negativa del padre a que tuviese una relación con su hija Yasmina, Benjamín centró sus esfuerzos en reinventar la cocina de la posada, que pasó a llamar La Casa de Comidas Benjamín.

La fama del establecimiento fue tal que llegó a atraer a viajeros y marineros que llegaban al puerto. Tras su muerte, se dice, su Casa de Comidas sigue siendo recordada. Y es justamente este legado el que el nuevo negocio quiere continuar. 

"Por la tradición. Por las buenas costumbres. Por los malagueños y las malagueñas. Por los viajeros y las viajeras que elevan esta maravillosa ciudad. Por Benjamín. Por Yasmina. Por ti. Esta historia también la continúas tú. Bienvenido a nuestra casa de comidas", se recoge.