Con la estadística en la mano, si preguntas a 1.000 malagueños de forma totalmente aleatoria por sus apellidos, lo más probable es que al menos 56 compartan uno. Esa es la proporción de ciudadanos de la provincia que llevan tras su nombre, en primer o segundo lugar de forma indistinta, García.  

Este apellido es el más común no solo en Málaga, sino también en Andalucía, donde lo llevan casi 63 de cada 1.000 personas; y en España. Pero, ¿por qué lo lleva tanta gente?

Quizá la clave esté en que es uno de los más antiguos entre los registrados en España. Los expertos lo califican como un apellido patronímico, es decir, que designa a una saga, un origen o linaje concreto.

Hay varias teorías sobre su origen, que no se conoce a ciencia cierta. Filólogos e historiadores de la talla de Ramón Menéndez Pidal, Antonio Tovar o Alberto Montaner Frutos apuntan a que se remonta a la época prerromana, a los pueblos iberos y aquitanos (sur de Francia) anteriores a la romanización de la Península Ibérica. 

Este apellido provendría, según defienden, del étimo euskera (h)artz (oso), que con el paso de los siglos habría evolucionado etimológicamente hasta llegar al García actual. Su significado, de acuerdo con estos teóricos, sería "familia de los osos".

Hay otras líneas de investigación, como la de Alfonso Irigoyen, que defienden que la etimología viene de la palabra gaztea, que se traduce como "joven", algo que Montaner Frutos, por ejemplo, refuta por ser "fonéticamente inviable".

Incluso, hay otras teorías que lo vinculan a un pueblo germánico procedente de Escandinavia y, según las cuales, García se traduciría en este idioma godo como "príncipe de vista agraciada".