Una imagen de la idea tan curiosa de esta heladería.
La heladería ideal para los indecisos está en Ronda (Málaga): tienen un corcho para llevarte 12 sabores distintos
Raúl Rico, de La Ibense, descubrió esta idea en una feria italiana y no dudó en traerla hasta su negocio, obteniendo un gran resultado.
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Cuando un malagueño se postra delante de la nevera de una heladería se debate durante al menos unos minutos cuál va a ser su elección. Clásicos como el chocolate o la vainilla, o excentricidades como el helado de lengua de chuche o con el sabor del caramelo picota. Es por ello por lo que el heladero Raúl Rico ha traído a su heladería La Ibense, en Ronda, la solución a todos los problemas: una tarrina enorme con doce sabores ideal para llevarte a casa.
Rico observó en un primer momento esta idea en la feria de Rímini, un referente en el mundo heladero al que cientos de profesionales del sector acuden cada año a renovarse, "descubrir nuevas técnicas y productos". "Este año, por ejemplo, vinimos con ideas como el chocolate dubái, el sabor de café con Baileys o el de Snickers", explica Rico a EL ESPAÑOL de Málaga.
Además de ello, fue allí donde descubrió un corcho similar al que se usa para que el cliente se lleve a casa un litro o medio litro de helado, pero en forma de cubo y con una cuadricula que a su vez creaba en su interior doce apartados diferentes, ideal para poner doce bolas de helado distintas.
"Vi los envases, los pedí y me los trajeron. La verdad es que surge de la necesidad de ofrecer más variedad a la hora de que el cliente quiera llevarse el producto a casa", indica Rico, consciente de la buena acogida de la idea.
La Ibense tiene décadas de historia. Su nombre viene del pueblo de Ibi, el pueblo valenciano de los juguetes, donde nació Rico, pero apenas estuvo su primer año de vida viviendo allí. Fue allí donde se creó La Ibense, una marca que se fue extendiendo por toda España bajo el mismo nombre, pero con diferentes propietarios.
Sin embargo, la vida quiso que Rico creciera en la provincia de Málaga. Sus padres se trasladaron a Ronda, donde se metieron de lleno en el mundo heladero. "En 1981 comenzaron con el negocio ellos, pero mi tío tenía la heladería desde 1978", declara.
Aunque empezaron con la heladería en los ochenta y se tiraron varias décadas al pie del cañón, por circunstancias personales la familia decidió cerrar el negocio y en 2012, la madre de Raúl, María Dolores Reche, aboga por reabrir La Ibense.
"Empezamos con un local en la calle Espinel, 42. Luego en la pandemia abrimos el obrador donde creamos helados para todas las heladerías, que también es un punto de venta, en Espinel, 31. Y en julio abrimos en Espinel, 20", explica.
Así, Raúl recuerda que sus helados desde 1992 son todos propios, "con leche fresca y materia prima de primera calidad en la ciudad monumental de Ronda". El tiempo previo, sus padres fueron distribuidores de La Ibense-Bornay, una empresa de helado industrial como podría ser Nestlé o Frigo. "Esta es la historia de una familia de trabajadores, luchadores y autónomos corrientes", zanja Raúl con una sonrisa.