Me levanto el Domingo de Resurrección tras dormir ininterrumpidamente durante 10 horas. La Semana Santa ha sido intensa, nunca he visto tantas procesiones como este año.
Normalmente aprovechamos los días festivos para organizar algún viaje, pero este año nuestra hija mayor ha conseguido no solo que nos quedemos en Málaga, sino que la llevemos cada día a ver las procesiones.
Las generaciones siguen un patrón habitual, rebelarse unas a otras, siendo los hijos antagónicos a los padres con más frecuencia de la que la teoría de la conductualidad intenta predecir, quizás como forma natural de equilibrio en las sociedades. A menudo de padres tolerantes salen hijos extremistas, y viceversa. Afortunadamente, no es este el caso.
La cuestión es que he dedicado la mañana al descanso y he aprovechado para leer la entrevista que Ángel Recio ha realizado a Soledad Antelada en El Español de Málaga. Sí, esta semana toca crossover en toda regla.
Soledad Antelada fue una de las primeras mujeres en estudiar Ingeniería Informática en la Universidad de Málaga y, tras pedir un año sabático en 2010, se mudó casi a la aventura a San Francisco para formarse en ciberseguridad, dejando atrás un puesto y sueldo estables en España.
Fue la primera hispana contratada en el Departamento de Seguridad del Lawrence Berkeley National Laboratory, en 2024 se convirtió en la primera CISO femenina e hispana de una campaña presidencial en EE. UU., de la mano de Kamala Harris, y hoy dirige programas de seguridad en Google desde San Francisco.
De su entrevista me quedo con cuatro ideas clave:
Aprovechar las oportunidades
“Las oportunidades están ahí, pero la mayoría no las toma”, afirma Antelada recordando cómo aceptó retos tan dispares como coordinar el servicio 061 en distintas comunidades y diseñar desde cero un sistema de emergencias en Angola antes de reinventarse en ciberseguridad.
El entorno como palanca de éxito
Subraya que el enclave marca la diferencia: en San Francisco “se prioriza el talento por encima de convencionalismos y el compromiso permite la agilidad en la consecución de metas. Si te dicen que el lunes a las 9 recibirás un email con la respuesta, lo recibes”.
Ética contra la propaganda
Denuncia la “época de la propaganda”: “Se miente descaradamente, estamos en la era de vender humo y no pasa nada. Se ha perdido la ética en la comunicación”, reclama, invitando a recuperar la honestidad en política y empresa.
Preservar la identidad propia
Como colofón, Antelada lanza un mensaje directo a los malagueños: “A Málaga le sobra identidad propia, creatividad y talento; no tiene que copiar a nadie”. Mantener viva nuestra esencia, tanto en innovación tecnológica como en nuestras tradiciones, es la clave para un progreso auténtico y sostenible.
Entre procesión y procesión, su testimonio me recuerda que innovar no consiste solo en mirar al futuro, sino en hacerlo sin perder de vista nuestras raíces. Y en Málaga, esa identidad única es nuestro mejor motor y debe ser la base sobre la que se persiga un crecimiento sostenible.