Acaban de fallarse los Nobel y hemos conocido que a Ben Bernanke, el presidente de la Reserva Federal durante la anterior crisis de 2009 con Obama recién llegado a la Casa Blanca, le han dado ex aequo con dos colegas más (Diamond y Dybvig) el de economía por ayudar a entender por qué es vital evitar los colapsos bancarios. Que den el Nobel de Economía a tres economistas no es una novedad, se lo dieron también a Ester Duflo y a su marido (Abhijit Banerjee) y no me extrañaría, de hecho, me gustaría, que se reconozca el trabajo de la profesora de la London School Of Economics, Mariana Mazzucatto que ha abierto, aunque sea parcialmente, los ojos a los gobernantes en Europa sobre la necesidad de un Estado Emprendedor, título de su más famoso libro (RBA). El más reciente, Misión Economía (Taurus), lo recomiendo mucho al lector interesado en que nuestras economías sean pujantes. La innovación por misiones tiene su paradigma en los programas Apolo de la NASA y en lo que al final ha sido una categoría, los Moonshots. Poner un hombre en la luna fue una misión que transformó de manera duradera la economía de los EE. UU. y del mundo.

Poner un hombre en las Indias, o circunnavegar el globo no fueron retos menores, transformaron la economía y aportaron innovaciones de toda índole, comerciales, culturales, tecnológicas, monetarias y sociales.

El día a día nos arrastra, los cambios son tan rápidos, son exponenciales y nuestra mente no está preparada para pensar en potencias, pensamos linealmente, y proyectamos así el futuro, construimos inferencias y expectativas mirando al pasado. Pero la realidad actual cambia como lo hacía la muy conocida Ley de Moore, uno de los creadores y principal tecnólogo de Intel. En 1965, Gordon Moore vaticinó que cada generación de chips de microprocesadores duplicaría el número de transistores por unidad de superficie integrados en ella. Solo han pasado 75 años desde la invención del transistor por Walter Brattain, William Shockley y John Bardeen en los laboratorios Bell, antes se hacía electrónica con válvulas de vacío. Seguro que algún lector las recuerda en aquellos preciosos aparatos de radio de madera de la primera mitad del siglo XX. Hoy los chips más avanzados tienen 100 billones americanos de transistores. Se está llegando a tecnologías de 3 nanómetros, es decir 3 milésimas de micra. Para hacernos una idea, en ese espesor sólo hay unas decenas de átomos de silicio. Lo que se puede hacer con esta ingente capacidad de proceso, cuando se ponen a trabajar cientos o miles de estos procesadores en paralelo, es imposible de entender en nuestra lógica diaria.

El transistor ha sido sin duda la mayor invención de los últimos 100 años y ha convertido a los EEUU y sus empresas en la primera potencia económica mundial y ha propiciado la cuarta revolución industrial. ¿Acabarán las máquinas con la humanidad que hoy conocemos? En su libro Exponential Azeem Azhar nos ilustra con múltiples ejemplos de cómo no nos enteramos de los cambios porque están sucediendo exponencialmente y en paralelo, en este instante, y en todo el mundo.

Estamos sometidos a la mayor transformación de la historia de la humanidad y necesitamos entenderlo. Necesitamos pensar lento. Necesitamos recurrir al único Nobel de Economía que no es economista, es psicólogo. En Pensar rápido, pensar despacio (Debate), el profesor de Princeton Daniel Kahneman nos cuenta, de una manera muy amena, cómo en su facultad de psicología de la Universidad de Tel Aviv fueron haciendo experimentos sencillos para entender cómo nuestro cerebro decodifica, entiende y razona las cosas, la primera impresión, la reacción rápida, guiada por un instinto de conservación de la energía, de hacer el mínimo esfuerzo, utiliza mecanismos ágiles. Cuando, por el contrario, nos dedicamos a reflexionar en profundidad sobre las cosas, llegamos en muchos casos a conclusiones distintas, incluso vemos que las conclusiones iniciales y ágiles, las perezosas, eran equivocadas. Pensar despacio, emplea partes del cerebro distintas y requiere consumos energéticos mayores, más tiempo y más esfuerzo.

Kanheman nos explica por qué es más fácil y entretenido encontrar la paja en el ojo ajeno que la viga en el propio. Algunas de las experiencias que desarrollaba con su colega Amos, le animaban y se retaban mutuamente a seguir avanzando y aprendiendo. Es importante no solo pensar lento, también lo es hacerlo con otros. En palabras del Nobel, "es mucho más fácil encontrar la perfección cuando nunca se está aburrido".

¿Podemos entender que en un minuto del día en internet en 2021 se habían consumido 79 zettabytes o 79 billones españoles de Gigabytes? Cada 60 segundos 167 millones de usuarios veían vídeos en TikTok en 2021.

¿Cómo será el futuro del trabajo? ¿Cómo interpretan el futuro las diferentes regiones del mundo? Estas y las anteriores son preguntas que nos hemos hecho en la patronal de las empresas de tecnología, en Ametic. El líder de estas reflexiones es el cordobés Javier Rodríguez Zapatero, que conoce bien, por haberse formado en EEUU, haber trabajado en P&G, en Yahoo y como directivo de Google, no solo los cambios tecnológicos sino las mentalidades y esquemas culturales a ambos lados del Atlántico. Javier apostó por defender sin paliativos una España Digital y así se llamó su libro (Por una España Digital. Deusto 2020) del que nosotros regalamos muchas copias a todos los que pensábamos que les podía ser de interés en nuestra comunidad.

Pensar lento, en compañía y con expertos es una iniciativa magnífica. ¿Por qué con expertos? Porque como demuestra Kahneman, la intuición experta, la del ajedrecista, la del médico, la del ojo clínico, que hace un excelente diagnóstico con una mirada al paciente, nos parece mágica, pero no lo es. La intuición es fruto del entrenamiento. La intuición es la integral de la razón. Herbert Simon, que estudió en profundidad cómo funciona la intuición en expertos, asegura que "la situación proporciona la ocasión, esta da al experto acceso a información almacenada en la memoria, y la información da la respuesta. La intuición no es ni más ni menos que el reconocimiento". Los expertos han aprendido a reconocer elementos familiares en una situación nueva y a actuar de manera adecuada a ella.

Necesitamos entender las consecuencias profundas de lo que está pasando y aún no nos estamos enterando ni de su velocidad ni de su impacto. Necesitamos pararnos dos días, para la reflexión. Hemos pensado en el Davos de la Tecnología.

Pienso que, si nuestra Málaga es un lugar de acción, de intuición, de pensar rápido, de pragmatismo, de innovación, de emprendimiento, de no mirar el color del gato, como decía Deng Xiaoping, sino de que cace ratones, Córdoba, puede ser el lugar para la reflexión serena para mirar con los ojos del historiador, del filósofo, del sociólogo, del antropólogo. ¿No es acaso la tecnología digital una herramienta que transformará la sociedad como lo hicieran el fuego, la rueda, la metalurgia, la imprenta o las máquinas?

¿Cuál será el impacto de la digitalización en la humanidad? ¿Nos hemos parado a pensar en que esto es una nueva dimensión humana? En Sapiens (Debate), el Profesor Yuval Noah Harari nos recuerda que el hombre ha creado muchísimas cosas que no existen en la Naturaleza, desde las empresas, a los países, los impuestos, las instituciones y hasta los paraísos fiscales. Algunos de los entes más poderosos del mundo, las grandes empresas, no existen más que porque el consenso de los hombres lo reconocen. ¿Cuántas cosas nuevas estamos creando en el mundo digital, con la tecnología? ¿Qué duplicidades en esta nueva dimensión tienen los estados? Si no se puede tener más que una identidad en el mundo real, ¿cómo se pueden tener múltiples en el digital? ¿Qué es y quién confiere identidad, legitimidad y ciudadanía con derechos y obligaciones en el ciber espacio?

¿Qué impactos en el Planeta tendrá toda esta nueva era que solo ha existido desde que recientemente hemos podido contar con millones de transistores calculando, comunicando y almacenando datos en memoria? ¿Cuáles son las barreras éticas? ¿Cómo se regula y se adopta el derecho natural al ciber espacio?

Nuevas tecnologías y el futuro del empleo son aspectos de gran relevancia que se combinan con una nueva economía, la de los intangibles, que aún no estamos incorporando. ¿Se puede manejar la economía de los intangibles en la que las mayores empresas del mundo, las tecnológicas tienen sus principales activos, con un plan contable como el nuestro? ¿Cuál es el activo de una compañía con millones de usuarios como Tik Tok o AliBaba o Google?

Hemos visto que empresas como Tesla valen mucho más que empresas como Volkswagen o Mercedes, unas evidenciando que el valor de lo digital, de la economía del dato, de las aportaciones de la inteligencia artificial en la prevención de accidentes, la conducción autónoma o la gestión de las baterías y su conexión con el medio ambiente son factores clave. ¿Acaso los nuevos vehículos eléctricos y autónomos no son más bien un Smartphone con ruedas?

Los datos son el nuevo petróleo de la economía digital, ¿de quién son? Según Google sus servidores albergan entre 10 y 15 exabytes de datos, algo así como 30 millones de ordenadores juntos. Debatir y conocer qué se hace y se puede hacer con millones de datos de todo, de máquinas, personas, vehículos, industrias…. La propiedad, la ética y el valor de los datos es clave. Estamos viendo que los Gobiernos empiezan a tener la Oficina del Dato y Cartas de Derechos Digitales.

La geopolítica, las potencias y bloques que se configuran en torno al dominio del nuevo fuego, del nuevo hierro. En la edad del bronce, el que dominaba el hierro tenía la supremacía, luego otras armas como la caballería, o la navegación daban la supremacía a unas civilizaciones sobre otras. El descubrimiento del transistor y su capacidad para multiplicarlo ha llevado a que el dominio de la inteligencia artificial, la computación cuántica o la supercomputación, así como las comunicaciones, sea el nuevo campo de juego geoestratégico. La capacidad de fundir chips de 10, 5 y 3 nanómetros otorgan a ciertos países la capacidad de hacer dispositivos superiores, compatibles con redes como el 5G y el 6G que ya no son sólo una tecnología de telecomunicaciones sino verdaderos sistemas operativos ultra rápidos, casi instantáneos, que permitirían que todos los datos y la capacidad de computar estén centralizados y el que los tiene dispone de ventajas exponenciales sobre los demás.

Escucharemos a la Secretaria de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial, una profesional que lleva años liderando en este mundo de la IA, escucharemos a Ott Velsberg, el Chieff Data Officer del Gobierno de Estonia, uno de los países más avanzados del mundo en gobierno y servicios digitales para la ciudadanía.

En Córdoba Crisol de Cultura Digital queremos acercar a todos y hacerles conscientes de que este nuevo mundo es una nueva oportunidad para el desarrollo del talento, de la economía, de la cultura, de la formación y la investigación, de la innovación y de las humanidades, no solo de las tecnologías, en nuestra tierra. Creación, ideación, composición, música, economía, derecho, artes plásticas, sociología, adquieren nuevas dimensiones y perspectivas.

Desde un lugar icónico de la convivencia y el pensamiento, desde las piedras donde los dos Sénecas, el joven y el viejo, miraban a Roma y disfrutaron tras aprender la nueva civilización de ser parte relevante del Imperio. Desde la Córdoba del maestro de filosofía, medicina, matemáticas, teología del Imperio Almorávide Averroes, nieto del cadí de la ciudad y él mismo cadí de Sevilla, antes de que el fanatismo le llevara al destierro en la judía Lucena, en la que defendió la unidad del intelecto. En Lucena se formó el maestro de Maimónides, Joseph Ibn Migash, ciudad que representa la edad de oro de la cultura judía en Al Ándalus y que suministró al Califato con las mejores mentes en medicina, matemáticas, poesía y filosofía. Como Averroes, tuvo que escapar de la barbarie y llegó a ser médico personal de Saladino en Egipto.

El camino del mar, por el que salieron de Córdoba no sólo Séneca El Viejo, que hizo más de 20 viajes a Roma, en aquella época una proeza, y en los que aprendió retórica del mismísimo Cicerón, el camino del exilio de estos dos genios árabe y judío y el de las manufacturas de seda fina, joyería, tejidos, aceite de oliva, harinas, material médico y medicinas, obras literarias y exégesis del Corán y la Torá y magníficos vinos Pedro Ximénez era el camino de Lucena, Antequera y finalmente Málaga. Un camino antiquísimo, prerromano, que convirtieron en calzada, tras las guerras púnicas, aquellos ingenieros civiles que obraban para el Imperio lo que la fibra óptica y las redes 5G obran ahora. No se pierdan el 17 y 18 de noviembre #CórdobaCulturaDigital .