Una imagen de los agentes en la habitación.

Una imagen de los agentes en la habitación.

Marbella

"Entre tanto malo en Marbella, ayudar a traer al mundo a Damián ha sido un regalo": tres policías, matronas por sorpresa

El parto inesperado en un coche de una joven a solo unos metros del hospital será recordado por Sofía, Juan José e Ismael como uno de los servicios más bonitos de sus vidas.

Más información: Tres policías se convierten en comadronas por una noche en Marbella: así fue el parto de un bebé en un coche

Publicada

La madrugada del 21 de mayo quedará para siempre grabada en la memoria de Ismael, Juan José y Sofía. Estos tres agentes de la Policía Nacional patrullaban por la avenida Severo Ochoa de Marbella en un coche camuflado cuando, de repente, se vieron inmersos en una situación tan inesperada como inolvidable: el parto de una mujer en el interior de un vehículo.

Todo comenzó cuando un coche se detuvo bruscamente frente al Hospital Quirónsalud de Marbella. Un hombre se apeó de él y salió corriendo, visiblemente alterado y gritando.

"No sabíamos qué pasaba. Marbella nos está acostumbrando a cosas feas últimamente, y al ver a alguien tan nervioso, te esperas lo peor: un apuñalado o algo similar", recuerda Ismael en conversación con EL ESPAÑOL de Málaga.

Sin embargo, ninguno de los tres imaginaba que estaban a punto de vivir el servicio más bonito de sus vidas. En el interior del vehículo se encontraba Halyna, una joven ucraniana en pleno trabajo de parto. El pequeño Damián estaba llegando.

Cuando los agentes se acercaron, vieron que la cabeza del bebé ya asomaba: había que actuar de inmediato.

Reaccionaron con rapidez y coordinación. Juan José asumió el papel principal y asistió el parto. Sofía, que estaba en su último día de prácticas, se encargó de comunicarse en inglés con la pareja. Mientras tanto, Ismael calmaba a Nykola, el padre, y se mantenía en contacto por la emisora con otros compañeros contando todo lo que iban haciendo, por si era necesario un traslado urgente en ambulancia.

Todo ocurrió en menos de cinco minutos y la estrechez del coche no ayudaba a coordinarse. "Fue tan rápido que cuando llegaron los sanitarios, solo les dio tiempo de cortar el cordón umbilical. Mi compañero fue el que tuvo más mérito. Cuando vimos que el bebé comenzó a reaccionar, nos emocionamos todos", relata Ismael, aún visiblemente afectado por la intensidad del momento.

Con 15 años en la Policía Nacional, Ismael asegura que jamás había vivido una experiencia tan brutal. "No soy padre, estamos en proyecto, pero con esto me han dado más ganas y por eso preferí ser solo compañero de asistencia", admite con una sonrisa.

Juan José coincide en que tras 17 años en el cuerpo tampoco había sido testigo de algo tan espectacular uniformado. Si bien él sí es padre de dos niños. Recuerda que en el parto de su segundo hijo los nervios y la emoción le hicieron marearse y tuvo que retirarse. "Aguanté como un campeón, es para estar orgulloso", comenta con una mezcla de humor y felicidad.

Una foto del coche de la pareja.

Una foto del coche de la pareja.

También rememora, entre risas, los momentos de tensión por la barrera idiomática: "Yo le decía que se tranquilizara, que moviera las piernas... Pero hablaba solo, porque no me entendían".

Ambos destacan la importancia de la presencia de Sofía, la agente en prácticas, como pieza clave de la intervención gracias a su manejo del inglés, que la convirtió en el nexo indispensable entre todas las partes.

El parto fue tan rápido como intenso. Halyna se colocó en posición de cuadrupedia en el asiento trasero del coche. "Con los empujes, poco a poco fueron saliendo los hombros y los bracitos hasta la expulsión total", describe Juan José, que por unos minutos se convirtió en una improvisada matrona.

Damián nació sano. El momento fue tan emocionante que Ismael lo describe como "de película". "Todo pasaba lento, como a cámara lenta. Esos segundos eternos hasta que escuchamos el llanto... no los olvidaré jamás", asegura.

La emoción fue compartida. Al escuchar el llanto de su hijo, Nykola rompió en lágrimas y abrazó a los tres agentes entre sollozos. "Nos abrazaba, nos daba las gracias, no podía parar. Y nosotros igual, conmovidos", recuerda Ismael. La pareja es ucraniana, pero viven en San Pedro de Alcántara y el pequeño Damián es su segundo hijo.

Una imagen de los agentes con la pareja y el bebé.

Una imagen de los agentes con la pareja y el bebé.

El reloj marcaba en ese momento las dos y cuarto de la madrugada. Horas más tarde, hacia las cinco, los tres policías regresaron al hospital para visitar a la familia. Pero no lo hicieron con las manos vacías: recorrieron varias gasolineras de Marbella hasta encontrar unos bombones y un peluche bonito para el pequeño. El elegido fue Chase, el perro policía de la Patrulla Canina. "Nos vino de perlas", comentan entre risas.

Para Ismael, esta intervención ha sido "una de las mejores experiencias" de su carrera. Pero no duda en lanzar una reflexión crítica: "No tenemos la formación continua suficiente para este tipo de emergencias. Lo que hicimos fue gracias a la intuición, a mantener la calma y al trabajo en equipo, pero necesitamos más preparación. Porque hoy todo salió bien, pero podría haber salido mal".

Y es que tanto Ismael como Juan José han vivido de todo: homicidios, violaciones, tiroteos... Lidian a diario con 'los malos', pero nada los preparó para lo que ocurrió esa noche frente al hospital. "Ese servicio nos vino grande, y eso que llevamos años viendo de todo en la calle", reconoce Ismael con total honestidad.

Ambos creen firmemente que la labor policial va mucho más allá de lo represivo. Momentos como este, aseguran, ayudan a humanizar su trabajo. "Yo siempre trato de llevarme lo mejor de mi trabajo. Me quedo con lo bonito. Al final estamos para ayudar, ya sea para intentar abrir una puerta cuando no puedes o traer una vida al mundo", reflexiona Juan José.

Eso sí, también subraya la falta de formación continua. "El último curso que me dieron fue hace dieciséis años en Ávila. Lo demás que tengo ha sido porque yo he querido seguir aprendiendo y renovándome", explica el veterano. Sofía, por su parte, sí tenía algo más fresca esa lección al haber salido recientemente de la academia y se ha llevado un colofón de prácticas totalmente inolvidable.