Balneario de los Baños del Carmen

Balneario de los Baños del Carmen

Málaga ciudad

Blindando una de las joyas marítimas de Málaga: así evitarán que el mar devore la playa de los Baños del Carmen

El Gobierno impulsa una obra de regeneración que permitirá proteger el enclave de los efectos del cambio climático. La nueva playa tendrá 12.700 metros cuadrados.

Más información: El Gobierno lanza por fin la regeneración de los Baños del Carmen: obras por 6 millones de euros

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Tras décadas de abandono absoluto, la gran obra marítima con la que se pretende proteger uno de los grandes enclaves de Málaga, los Baños del Carmen, abandonan el cajón de los proyectos olvidados.

El Gobierno central acaba de poner en marcha el contador para adjudicar unas obras estimadas en unos 6 millones de euros y que, desde la formalización del contrato, deben estar listas en unos 9 meses.

Con este calendario sobre la mesa y teniendo en cuenta que las empresas tienen de plazo hasta el 8 de julio para presentar sus ofertas, es posible pensar que la operación puede quedar completada en el verano de 2026.

Analizando el contenido del proyecto de ejecución, resulta cuanto menos llamativa la importancia que tiene esta intervención no sólo para proteger el Balneario, catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC), sino también para salvaguardar esta parte del frente litoral de la capital de la Costa del Sol de los importantes efectos del cambio climático.

Así queda recogido en el documento de Tecnoambiente. En el mismo, se pone en valor que la obra prevista, que incluye un espigón y una recarga de arena con unos 73.800 metros cúbicos, permitirá generar una playa con una superficie útil de 12.700 metros cuadrados, cifra que contrasta con los 2.700 actuales.

Los estudios de dinámica costera incorporados en los documentos técnicos alertan de que, sin esta intervención, los efectos del cambio climático provocarían una pérdida considerable de arena debido a la subida del nivel del mar.

En concreto, se calcula que la cota media de la playa bajaría de 1,00 metro a 0,75 metros, lo que implicaría la pérdida directa del 25% de la superficie de la playa actual, cuya anchura no supera los 15-20 metros.

Sin embargo, con las obras proyectadas, el impacto de la subida del mar se reduce drásticamente.

Aunque se estima un retroceso máximo de la línea de orilla de 4,60 metros debido a la combinación del ascenso del mar y el cambio en la dirección del oleaje, esta pérdida supone solo un 7,5% del nuevo ancho de playa, que alcanzará los 61 metros tras la regeneración.

Una proporción considerada compatible con el uso recreativo y la estabilidad morfodinámica del litoral.

Además, las estructuras marítimas previstas están diseñadas con criterios de máxima seguridad y capacidad de deformación, lo que las hace resistentes incluso a los escenarios más extremos de inundación.