El proyecto de ampliación de uno de los más singulares museos de Málaga, el del vidrio, parece quedar ya definitivamente allanado. Tras muchos años sobre la mesa, el promotor de este equipamiento cultural va a poder avanzar en una propuesta que incluye ganar espacio para el espacio expositivo, al tiempo que para la vivienda que ya existe,

Así ocurre después de que la Gerencia de Urbanismo de Málaga haya dado validez al plan para desarrollar toda la obra prevista, que afecta al propio museo y a la vivienda del promotor, en diferentes fases. 

Hay que recordar que este proyecto cuenta con licencia de obras desde marzo de 2021, siendo presentado en agosto de 2022 el proyecto básico reformado. La primera fase de los trabajos afecta a la ampliación del museo; la segunda, permitirá ampliar la vivienda.

La expedición del citado permiso de obra fue posible tras el informe favorable de la Consejería de Cultura, que estuvo pendiente del resultado de los sondeos arqueológicos realizados. Los mismos permitieron constatar "la intensa labor alfarera del arrabal de Fontanalla en época musulmana". 

La primera de esas prospecciones permitió detectar "una estructura muraria del inicio de la ocupación de la zona, S.XI-XIII, amortizada con nueva estructura de ladrillo que recorre el solar en sentido norte-sur". La segunda confirmó "la ocupación del solar con anterioridad a los S.XIII-XIV, vinculada a la organización del alfar". 

Ello obligó a fijar una serie de medidas correctoras, como el soterrado y la protección de los sondeos; la modificación de la cimentación, con el fin de salvar la estructura de ladrillo documentada. Esto llevó a la promotora, Espacio Vidrio y Cristal de Arte, a modificar la documentación técnica. A esto se suma la autorización de Cultura para realizar el control arqueológico de movimiento de tierras en Plazuela Santísimo Cristo de la Sangre, 4.

El ámbito del estudio de detalle, que fue aprobado por la Junta de Gobierno Local en octubre de 2018 está constituido por una parcela de 145,27 metros cuadrados y tiene por objeto ordenar el volumen edificatorio. 

La propuesta volumétrica aporta una amplitud a la plaza del Cristo de la Sangre, así como al acceso a la calle Chinchilla. Se libera el volumen, de forma que, la configuración del edificio ofrece al transeúnte la posibilidad de disfrutar de una nueva perspectiva de la Iglesia de San Felipe Neri, desde la bajada por calle Chinchilla y desde el patio interior del museo.

Los promotores del museo explicaron años atrás que entre los objetivos pretendidos con la ampliación se incluía, además de ganar espacio para la exhibición de su colección, estaba salvar el horno alfarero del siglo XVII de la familia Chinchilla, crear un espacio público e "intentar preservar el espíritu y la historia de nuestro barrio".

El nuevo edificio será una construcción moderna de inspiración tradicional que se alzará sobre el mismo suelo del viejo corral de los Cassini y que recordará su pasado como casa de servicio.