El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, juega a contracorriente y baja las inversiones proyectadas en año electoral. Pese a la habitual tentación de subir este capítulo coincidiendo con la cita de los comicios municipales de mayo de 2023, buscando con ello un mayor impacto político, el proyecto de presupuestos diseñado por el equipo de gobierno reduce la cifra a poco menos de 119 millones, cuantía que puede crecer hasta los 140 millones si se incluyen las transferencias destinadas a conservación de distritos y barrios.

Sin embargo, de acuerdo con las explicaciones dadas este martes por De la Torre, acompañado en la presentación de las cuentas por el concejal de Economía, Carlos Conde, la decisión de restringir las inversiones para el año que viene ha estado obligada por el tremendo incremento de las partidas destinadas al pago de la energía y del combustible.

Según los datos municipales, el encarecimiento del suministro eléctrico se deja notar en una subida de 16,18 millones de euros respecto a 2022 (+63,18%). En concreto, se pasa de 21 a 35,2 millones de euros. El incremento en combustible se cifra en 2,53 millones de euros (23,61%), pasando de 10,7 a 13,2 millones.

Dos elementos de impacto evidente sobre las arcas municipales que vienen a sumarse al descenso previsto en los ingresos por el cobro del impuesto de plusvalía, con 18 millones menos. Pese a ello, el capítulo de ingresos diseñado para 2023 crece hasta superar los 984 millones de euros, un parámetro por encima de los 976,6 millones de gastos (incluye casi 19 millones más en el capítulo de Personal). 

¿Cómo se alcanzan estos valores? Acudiendo de nuevo a los bancos y elevando el endeudamiento. En concreto, para el año que viene se presupuestan 54,6 millones de euros en operaciones de crédito, cifra que baja en 38,7 millones respecto a los acuerdos de 2022.

Pese a ello, De la Torre, que ha destacado que todos los impuestos quedan congelados para el año que viene, sin ni siquiera aplicar el IPC, ha apuntado que la idea es que el nivel de endeudamiento municipal a finales de 2023 sea de en torno al 58%, "muy lejos del límite legal del 110%".

El paquete de inversiones va a permitir desarrollar 250 iniciativas, destacando por su cuantía los casi 27,9 millones de los que va a contar la Gerencia de Urbanismo para activar operaciones como la adecuación deportiva del complejo de piscinas de El Pato y los 1,2 millones para poner las bases de la futura ampliación del Palacio de Ferias. Casi 1,5 millones se destinan a la futura intersección de la calle Jiménez Fraud, en la zona de la Universidad.

Una partida algo superior es la que va a tener la Sociedad Municipal de Viviendas, con 27,9 millones, para el desarrollo de nuevas promociones residenciales. De esta suma, casi 24 millones quedan reservadas para cinco de las intervenciones previstas en el sector Universidad.

Al tiempo, Málaga mantiene la apuesta por el impulso de nuevos aparcamientos soterrados para residentes, con más de 12 millones de euros. Un dinero que debe permitir avanzar en los edificios de La Trinidad y La Princesa. A estos dos proyectos, ya contemplados en las cuentas de 2022, se suman los de Vistafranca-Flex y Plutarco.

Destacan igualmente 4 millones para la mejora de instalaciones de tratamiento reciclado, proyecto que cuenta con financiación Next Generation, y 3 millones para mejora de eficiencia energética. Asimismo, el Ayuntamiento quiere desarrollar en 2023 el plan de reducción del ruido en el túnel de Gibralfaro.

La mayor carga económica sigue siendo de Limasam, la empresa de limpieza de Málaga, con una asignación directa de 117,9 millones de euros, a los que sumar otros 4 millones en proyectos de inversión directamente vinciulados a Servicios Operativos.

De la Torre, que ha calificado de "rigurosas" las cuentas del próximo años, así como de "austero", ha explicado que la idea es que la aprobación definitiva sea posible a mitad de enero del año que viene, sin que sea necesario prorrogar el presupuesto del presente ejercicio.