Los hechos sucedían cuando pasaban las tres y veinte de la tarde. Un conductor que llevaba una furgoneta blanca entraba desde la Alameda Principal de Málaga en dirección contraria por el carril bus. Los hechos han tenido lugar en las inmediaciones del edificio de correos. 

Pese a las indicaciones que el propio chófer de un autobús le hacía al conductor del vehículo, este no reaccionaba. Finalmente, le dio tiempo a pisar el freno antes de cometer una catástrofe.

Al parecer, todo se debe a una subida de glucosa. Según cuentan los testigos que han presenciado los hechos "el chico padecía problemas de azúcar". Así, esta idea se postula como principal causa del siniestro.

"Estaba muy tenso y no reaccionaba a ningún estímulo", cuentan a este periódico las personas que han visto en directo el suceso. Debido a este "gran susto", el tráfico de la zona ha estado paralizado durante varios minutos.

Especialmente complicada ha sido la situación para los autobuses de la empresa municipal de transporte de la ciudad. Apenas tenían margen de maniobra para evitar colapsar la carretera. Además, el vehículo oprimía el carril destinado para estos bólidos, lo que dificultaba más todavía la situación.

Hasta el lugar de los hechos se desplazaron efectivos de la Policía Local de Málaga para esclarecer lo ocurrido. Así, en torno a las cuatro y media de la tarde, la circulación ya había recuperado la normalidad en la zona.

El autobús que se encontró de frente la furgoneta era uno perteneciente a la línea 11, que cubre el trayecto desde Playa Virginia hasta la Universidad. En el interior, los pasajeros, tras 10 minutos de incertidumbre, decidieron abandonar el vehículo.

En este sentido, algunos de los pasajeros decidieron proseguir su camino a pie. Otros, sin embargo, optaron por apearse y esperar al siguiente vehículo de la EMT en la parada correspondiente para llegar a su destino final, interrumpido por este incidente.