La incorporación a las ciudades de los Vehículos de Movilidad Personal, es decir, patinetes eléctricos, ha dado como resultado que la convivencia con los peatones y el resto del tráfico urbano se haya visto enormemente perjudicada. No era muy complicado darse cuenta de lo que estaba por venir y que ya se traduce en cifras: miles de incidentes en los que se ven involucrados estos vehículos, que además carecen de matrícula, de seguro y de una licencia para conducirlos.

Las ciudades europeas están empezando a limitar, cuando no prohibir directamente, el uso de los patinetes. El caso más sonado es el de París, donde su alcaldesa ha convocado un referéndum entre los conciudadanos para conocer la opinión al respecto.

Los datos reflejan el hartazgo de los parisinos con respecto a este tipo de vehículos: el 89,3% de los votos fueron a favor de prohibirlos, en este caso los de alquiler. Si sumamos también los patinetes particulares el dato es demoledor en París: 415 accidentes, 459 heridos y 3 muertos, solo en el año 2022. Y estos son solo datos de los accidentes registrados y sus investigaciones porque nunca se podrá saber cuántos más han sido situaciones de peligro en las que ha estado a punto de ocurrir un atropello y finalmente no ha sido así.

En España hemos pasado de 6 muertos en 2021 a 13 en 2022, sin contar con los centenares de heridos que se han producido en miles de incidentes. Una encuesta hecha en nuestro país no deja lugar a dudas porque su resultado indica que entre los mayores de 65 años el 85% considera como principal problema para ellos la circulación de los patinetes por las aceras, aunque ahora no esté permitido su uso por ellas.

Además, otras ciudades han prohibido subir con un patinete en el transporte público, como Sevilla. En Cataluña han dado un paso más y la prohibición se extiende a toda la comunidad en todo tipo de transporte público, porque ya ha habido casos donde en el metro se ha incendiado de manera espontánea algún patinete, con fuegos intensos y repentinos, asociados a gases tóxicos, muy peligrosos si ocurre en un tren que está pasando por un túnel.

Los patinetes eléctricos son, según un estudio de la Universidad de Los Ángeles, el medio de transporte allí con más lesionados por millón de habitantes, 115, por encima de las motos, con 104, las bicicletas, con 15, y los automóviles, con 8 lesionados, todo ello en un país con menor tasa de uso de patinetes eléctricos.

De nada están sirviendo las multas por aparcar mal estos vehículos o las sanciones a las empresas de alquiler por no aplicar las limitaciones que deben tener cuando se usan y que degradan la convivencia, en una ciudad como Málaga, donde el espacio urbano es cada vez más limitado.

Lo que en un principio era un juguete ha acabado por ser en menos de diez años un problema de seguridad ciudadana e incluso de orden público. Esto es solo el principio, algo que se nos puede ir de las manos y que hay que atajar de manera radical.