Si hay algo bueno de los lugares donde el clima es benévolo es que los usuarios de moto pueden desplazarse en ese medio prácticamente todo el año. Así ocurre en Málaga, donde tradicionalmente el uso de la moto es una de las opciones preferidas por muchos ciudadanos. Inmediatez y economía de uso son las principales razones esgrimidas por los que disfrutan de la moto.

Analizando las últimas seis décadas, la forma de beneficiarse de ese medio de transporte ha cambiado totalmente. En los sesenta, el bajo poder adquisitivo para disponer de un coche hacía indispensable el uso de la motocicleta para desplazarse, sobre todo si era por motivos de trabajo.

En los setenta y ochenta el panorama cambió, porque ya no solo eran los trabajadores los que las utilizaban sino que los jóvenes empezaban a usarlas como medio de movilidad personal, básicamente ciclomotores, vehículos de menos de 50 cc de dos tiempos, que tenían un mantenimiento sencillo y un precio contenido.

Ya en los noventa las cosas empezaron a cambiar y los problemas de circulación en el centro de la ciudad hicieron que conductores de cierta edad que nunca se habían planteado tener una moto se incorporaran a su uso con cierta normalidad, sobre todo después del cambio de la norma para obtener el carné, ya que teniendo el de coche se pueden conducir motos de hasta 125 cc y máximo 15 cv sin pasar ningún examen.

Así las cosas llegamos hasta nuestros días, donde los cada vez más suaves inviernos, la mejora de la indumentaria para ir en moto y, sobre todo, los atascos y las limitaciones para acceder al centro de la ciudad en coche ha provocado una explosión en el uso de los vehículos de dos ruedas.

Todas las ventajas de las motos han dado como resultado un problema recurrente desde hace algún tiempo: no hay sitio para aparcar la moto, sobre todo si se quiere hacer de manera correcta. Es más, es normal dar vueltas y vueltas por varias zonas para encontrar un sitio, algo que en ocasiones se convierte en imposible.

Se estima en 65.000 los vehículos de dos ruedas censados en Málaga capital. Si el 30% de esas motos se usaran habitualmente para esos desplazamientos debería haber sitio para aparcar unas 20.000 motos, pero la cifra de plazas específicas para ellas no llega a 7.000, por lo que el problema es evidente.

Los usuarios de moto llevan tiempo denunciando este gran inconveniente y se están constituyendo en una gran plataforma para elevar sus protestas a las autoridades. Curro Ramírez, uno de sus portavoces, comenta que "no entendemos que un vehículo que ahorra emisiones con respecto a un coche, que paga los mismos impuestos y que colabora a que el tráfico sea más fluido, esté tan olvidado en cuanto a las facilidades para usarlo". Además, Ramírez indica que "algunos de nosotros quiere aparcar nuestras motos en un parking público, pero no están permitidas, ni aun estando dispuestos a pagar la misma tarifa de un coche y ocupando menos espacio”.

El problema irá a más en cuanto las Zonas de Bajas Emisiones que se implantarán durante 2023 entren en funcionamiento; cada vez más conductores pensarán en la moto como alternativa y cada vez habrá menos posibilidades de aparcarlas.