Juan Francisco Iturri (Ceo de Iturri), Concha Yoldi (presidenta de Persán) y Manuel Domínguez de la Maza, presidente de Mayoral.

Juan Francisco Iturri (Ceo de Iturri), Concha Yoldi (presidenta de Persán) y Manuel Domínguez de la Maza, presidente de Mayoral.

Economía

Las reglas de oro de las grandes empresas familiares andaluzas: "Si funcionan es espectacular trabajar así"

Los máximos directivos de Mayoral, Persán, Iturri, Grupo MAS, Barbadillo, Osborne o Famadesa dan las claves de su éxito en el I Congreso Andaluz de la Empresa Familiar celebrado en Málaga.

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El 92% de las empresas andaluzas son familiares. Representan el 74% del empleo regional y, entre ellas, hay gigantes como Mayoral, Persán, Grupo MAS, Iturri, Osborne o Famadesa que cuentan con miles de empleados y facturan miles de millones de euros.

Algunas, como Osborne, tienen siglos de historia. Otras están aún dirigidas por sus fundadores. Pero en todas hay un denominador común: trabajo, ideas claras y "tragarse muchos sapos".

Si no es fácil gestionar una empresa cualquiera, mucho más difícil es hacerlo en una familiar porque los socios y empleados son padres, hermanos, primos, cuñados... Y no siempre es sencillo separar lo que es la familia del negocio.

¿Qué están haciendo los dirigentes de esas multinacionales andaluzas para tener éxito? "Somos estabilidad, propósito, legado y continuidad con un equilibrio entre alma y gestión y por eso no es extraño que haya muchas centenarias", apunta Manuel Barbadillo, presidente de la Asociación Andaluza de la Empresa Familiar y de Bodegas Barbadillo.

Manuel Barbadillo en su intervención.

Manuel Barbadillo en su intervención.

Más de 250 empresarios y directivos de empresas familiares andaluzas se reunieron ayer en Málaga con motivo del I Congreso Andaluz de la Empresa Familiar.

Los primeros espada dieron consejos llenos de sabiduría tras años de experiencia. "El éxito de las empresas familiares son las personas. A la empresa hay que gestionarla con la cabeza y a la familia con el corazón", añadió Barbadillo.

Una cosa quedó muy clara. La empresa es la empresa y la familia es la familia. Y el buen funcionamiento de la empresa va por delante porque de ello no solo depende el presente y futuro de esa familia sino también de todos sus empleados.

"Cada noche me acuesto con mis 3.500 empleados", bromeó Concha Yoldi, presidenta de Persán, en referencia a las muchas preocupaciones que supone capitanear una empresa de esta envergadura y la responsabilidad que supone.

"La vocación empresarial es estar dispuesto a pasar las noches sin dormir porque esto es muy duro y hay que tragarse muchos sapos", recalcó Juan Francisco Iturri, CEO de Iturri.

Manuel Domínguez de la Maza, presidente de Mayoral, insistió en que "para ser profesionales hay que poner a la empresa antes que la familia porque, además, si la empresa va mal la familia acaba peleada". Eso sí, subrayó que "si una empresa familiar funciona es espectacular para trabajar".

Una de las reglas de oro en las que todos coinciden es que no por ser de la familia hay que trabajar en la empresa familiar. Si alguno de los miembros no quiere hacerlo debe tener la libertad de guiar sus pasos donde quiera y hay muchos ejemplos.

Otro aspecto básico es que para trabajar en la empresa familiar, sobre todo en puestos directivos, es prácticamente obligatorio haber estado antes en otras compañías para coger experiencia.

"Nosotros pedimos tres años de experiencia relevante en otras empresas antes de entrar en la nuestra. Eso da seguridad y confianza al resto de la familia", aseguró el presidente de Mayoral.

Vicente Martín, presidente del Consejo Administración de Grupo MAS, habló también alto y claro. "Una trampa mortal de las empresas es la sucesión. No nos hagamos trampas al solitario. La empresa tiene que crear riqueza. La empresa se recibe, se engrandece y se pasa a la siguiente generación", dijo. Palabras dignas de enmarcar en cualquier libro sobre economía y empresa.

Martín repitió en varias ocasiones que, independientemente del tamaño de la compañía que se tenga, y MAS es de las grandes con más de 4.000 empleados, "hay que saber de dónde se viene, yo no me olvido de que empecé guardando ovejas".

Federico Beltrán, presidente de Famadesa, habló, como es habitual en él, con claridad meridiana y optimismo. "Yo veo todo cada día mejor. Hay que ser rápidos. Todo consiste en luchar mucho, ser formal, serio y honrado y los mercados están ahí. No hay que asustarse porque el mundo es muy grande", señaló.

Una imagen de los empresarios y directivos asistentes

Una imagen de los empresarios y directivos asistentes

Y dio otra regla de oro que en Famadesa está funcionando bien: "no permitimos que ningún cliente represente más del 2 o el 3% de las ventas. Prefiero tener 8.000 clientes que uno muy grande porque cuando alguien representa el 10% de tu negocio se te mete en la casa".

Entre las ventajas de las empresas familiares respecto al resto, todos estos directivos pusieron de relieve los "valores claros, la mirada a largo plazo y la agilidad en la toma de decisiones".

Incertidumbre internacional

Los empresarios necesitan certidumbre en sus negocios a la hora de invertir. Pero la palabra que más se repite en estos momentos es "incertidumbre" por la tensión política y económica internacional.

"Hay incertidumbre, ansiedad y eso deriva en populismos", comentó el diplomático y escritor Jorge Dezcallar, quien recalcó que estamos viviendo varias revoluciones al mismo tiempo: la de la robotización, la genética, la tecnológica con los microchips y la demográfica.

Este experto indicó que "Trump ha entrado como un elefante en una cacharrería y no creo que sea bueno para EEUU porque está cayendo el empleo y la economía crece menos".

En este contexto, Dezcallar lamentó que haya una "Europa debilitada que ha cometido el error de poner nuestra seguridad en manos de EEUU, nuestra economía en manos de China y nuestra energía en manos de Rusia y ninguno es fiable". No obstante, cree que "Europa es capaz de ponerse las pilas". El ritmo para ello será otro cantar.

El diplomático también criticó el "decaimiento de las organizaciones y el derecho internacional porque los fuertes se sienten por encima de la ley y eso es malo y preocupante".

Claves económicas

Los economistas José Carlos Díez y José María O´Kean hablaron de la situación actual y lo que se espera. "Vamos a un mundo con más inflación, tipos de interés más altos y difícil para hacer negocios", dijo Díez, aunque apuntó que "habrá que buscar ingresos en otros mercados, aumentar márgenes y controlar los costes".

O´Kean, por su parte, lamentó que las empresas puedan perder competitividad "en un entorno de euro fuerte" ante la devaluación del dólar y apuntó la necesidad de "ser eficientes en los costes y subir la productividad".

José María O´Kean en su intervención.

José María O´Kean en su intervención.

Por otra parte, José Ignacio Jiménez, presidente de Talengo; Ramón Sotomayor, miembro del Consejo de Administración de Velatia; y el consejero independiente y experto en empresa familiar Javier Ruano hablaron sobre las virtudes y la necesidad de que haya consejeros independientes en las empresas familiares para que la empresa funcione y evitar conflictos.

Vicente Padilla, CEO de Aertec Solutions, y Carla Terry Osborne, responsable de Relaciones con los Accionistas de Osborne, desgranaron la importancia de la tecnología y la innovación en sus respectivas empresas. En el caso de Osborne, por ejemplo, es más que curioso el estudio que están haciendo con los esturiones y el caviar.

El congreso fue inaugurado por el consejero de Industria, Jorge Paradela, quien destacó la apuesta por las energías limpias que está realizando la Junta de Andalucía y recordó que hay 700 millones de euros en incentivos para empresas.

El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, clausuró el congreso y aprovechó su intervención para pedir financiación a las empresas privadas para construir el Auditorio en Málaga. Por intentarlo que no quede.